10 historias inspiradoras de la pandemia que te hacen valorar las pequeñas cosas y el ejemplo que han dado muchas personas

El guion parece sacado de una película de terror:

31 de diciembre de 2019. 

La Comisión Municipal de Salud de Wuhan (China) notifica un conjunto de casos de neumonía, que posteriormente se identificarán como causados por un nuevo coronavirus.

11 de marzo de 2020.

"Profundamente preocupada por los alarmantes niveles de propagación de la enfermedad y por su gravedad, y por los niveles también alarmantes de inacción", la OMS declara el COVID-19 como una pandemia.

14 de marzo de 2020. 

España decreta el confinamiento, con toda la población cerrada en sus casas durante más de tres meses, para tratar de reducir el nivel de incidencia del virus.

Un año después de la declaración de la pandemia el coronavirus sigue muy presente en todo el mundo. 

Ha sido un año duro, con un impacto a todos los niveles (de salud, laboral, económico; individual, familiar, nacional, mundial), la sensación de que nada volverá a ser exactamente igual a como era y la certeza de que muchas cosas ya no lo serán.

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Pero la pandemia, aunque haya sido por las malas, ha dado lugar también a aprendizajes y adaptaciones, una reacción mundial y numerosos ejemplos de solidaridad.

Estas son algunas historias inspiradoras que han tenido lugar durante la pandemia. 

Son historias de todas partes, de personas famosas y anónimas, de vecinos y enfermeras; que devuelven la fe en el ser humano, ayudan a valorar las pequeñas cosas —o no tan pequeñas— y dejan la sensación de que quizá no hemos agradecido lo suficiente a quienes tanto han hecho desde la primera línea del frente.

El desarrollo de las vacunas a contrarreloj

El desarrollo de las vacunas es un proceso enormemente complejo que suele llevar entre 4 y 7 años. En el caso de la vacuna contra el COVID-19, ese plazo se ha conseguido reducir a menos de un año.

El increíble esfuerzo y la cooperación de actores como la comunidad científica, ONG, estados de todo el mundo, coaliciones internacionales y empresas han sido claves para movilizar recursos "como nunca antes se había hecho". 

También para conseguir financiación y lograr la producción de millones de dosis en el menor tiempo posible, explica la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios).

María Jesús, que no puede ver a su familia, recibe el homenaje de sus vecinos por su 80 cumpleaños

María Jesús es una de las muchas personas cuyo cumpleaños tuvo lugar en pleno confinamiento, sin poder salir de casa ni visitar a sus familiares y amigos. 

En su caso, ella echó de menos a su hermana y a su sobrina, pero logró distraerse cocinando y no se perdió ningún día los aplausos de las 8 de la tarde dirigidos al personal sanitario.

Además, hizo amigos entre los habitantes de las viviendas cercanas quienes, en el día de su 80 cumpleaños, le brindaron un pequeño homenaje desde los balcones, como cuenta The New York Times.

El prestigioso chef Eric Ripert cierra su restaurante con 3 estrellas Michelín y dona los alimentos

Eric Ripert es un prestigioso chef francés y dueño de Le Bernardin, con tres estrellas Michelin y considerado uno de los mejores restaurantes de pescado y marisco del mundo.

Con el inicio de la pandemia, el 13 de marzo de 2020 decidió cerrarlo temporalmente y ayudar a las personas que lo necesitaban con lo que mejor maneja: la comida. 

Compartió parte de los alimentos con los trabajadores del restaurante y donó la mayoría a la organización de beneficencia City Harvest, de la que es vicepresidente de la junta y uno de los mayores contribuyentes.

También se encargó de entregar en persona productos frescos, por medio de los mercados móviles de la organización.

El COVID-19 tampoco puede con María Branyas, la mujer más longeva de España con 114 años

María Branyas ha vivido la Guerra Civil, ha sobrevivido a la gripe española y el año pasado se enfrentó al coronavirus: por su edad, se la consideró de alto riesgo, pero también lo superó.

El pasado 4 de marzo cumplió 114 años y sigue sumando. Es una de las historias inspiradoras que nos dejó el 2020.

Arte y solidaridad en las ventanas

Stephen Lovekin es un fotógrafo que decidió recorrer su barrio de Brooklyn fotografiando a las familias a través de las ventanas de sus casas, donde se encontraban confinadas.

Buscaba una forma de ayudar a las personas a sentirse más en contacto con el mundo exterior a pesar de la distancia, por lo que pidió a los vecinos que compartieran un mensaje. 

"A través del boca a boca y compartiendo en redes sociales, otras personas me pidieron participar en este proyecto, y finalmente se acabó ampliando", explica el fotógrafo.

Entre estos se encuentran mensajes conmovedores, de apoyo, reivindicativos o solidarios: "Esperanza", "Pronto estaremos juntos", "Transmite amabilidad, no la enfermedad. Quédate en casa", "Podemos hacerlo" o "Los tiempos duros nunca permanecen; las personas duras, sí" son algunos de ellos.

Las donaciones de los multimillonarios famosos...

Jeff Bezos, Michael Bloomberg, Jarck Dorsey, Bill y Melinda Gates... En el año de la pandemia, los multimillonarios no se olvidaron de quienes no tienen su misma suerte, y realizaron donaciones de cerca de 25.000 millones de dólares (más de 20.500 millones de euros) a lo largo de 2020.

Fundaciones, importantes colegios y universidades y los grandes centros médicos se han visto beneficiados con miles de millones de dólares por parte de las personas más ricas, como es habitual. 

Pero el 2020 ha supuesto una importante novedad: también han dirigido su generosidad hacia causas de justicia social, organizaciones que luchan contra el hambre y la pobreza, entidades benéficas que apoyan a las personas sin vivienda, bancos de comida y colegios y universidades de la comunidad afroamericana, con una cifra récord desde que se realiza este registro.

Además, los siete mayores filántropos en 2020 realizaron importantes contribuciones para ayudar a las personas afectadas por la pandemia y por su impacto económico.

...y las historias inspiradoras de los héroes anónimos

Pero hay muchas más personas que han ayudado a su manera, con los recursos de que disponen, y que no han copado las portadas ni abierto los telediarios con la misma frecuencia. Se trata de héroes y heroínas anónimos con el aspecto de ciudadanos corrientes, pero el poder (y la voluntad) de ayudar a quien lo necesitase.

Son esas personas que han ayudado a hacer la compra a sus vecinos cuando estos no podían salir de casa, quienes se han armado de una pala o lo que encontrasen para liberar las calles y carreteras de la nieve de Filomena, aquellos que han seguido cuidando a las personas a su cargo sin importar los confinamientos o un posible contagio o, simplemente, quienes día tras día no dejaban de salir a la ventana o balcón para aplaudir al personal de enfermería y medicina y animar a sus vecinos.

Se trata de historias inspiradoras como la de Andrea Pien, una joven de 33 años con un trabajo fijo y una herencia, quien pensó que algunos de sus vecinos podrían estar pasando problemas económicos por la pandemia. 

Su solución fue dejarles este mensaje: "Hola, vecinos. Si van a perder un sueldo o un contrato de trabajo, o si van justos de dinero para comprar comida y suministros, envíenme un mensaje y les mandaré 20 dólares, sin hacer preguntas".

Como cuenta Reader's Digest, llegó a compartir más de 400 dólares con sus vecinos.

El impresionante ejemplo que han dado las enfermeras en España...

"Por los ángeles de alas verdes de los quirófanos. Por los ángeles de alas blancas del hospital. Por los que hacen del verbo 'cuidar' su bandera y tu casa, y luchan para que nadie muera en soledad", en palabras de Vetusta Morla.

Sin duda, el personal de enfermería y medicina de los hospitales españoles ha sido protagonista involuntario de esta pandemia, que se ha cobrado la vida de más de 73.000 personas en el país. 

Han hecho horas extras y turnos que parecían no acabarse, han aparcado el miedo a contagiarse para salvar una vida más y han estado al lado de pacientes aislados, que no podían estar con sus familiares, pero los tenían a ellas y ellos.

Este artículo de El Confidencial es uno de los que cuentan las dificultades y obstáculos a los que se han enfrentado, pero que no han impedido que siguieran haciendo su trabajo. 

"En mis Urgencias se infectaron el 90% de los compañeros. Estábamos aterrorizados, pensábamos en nuestras familias y nos poníamos a llorar, pero nadie se quedó en casa. Hemos llorado tanto... Pero nadie se levantó una mañana y decidió que no le merecía la pena, lo cual es algo que me parecía normal entonces y ahora me parece increíble", recuerda Elena, enfermera de Urgencias del Hospital Severo Ochoa (Madrid).

"Renunciamos a días libres, doblamos y triplicamos turnos, nos llamábamos a todas horas para apoyarnos y ayudarnos. El compañerismo era impactante y todavía me emociono al recordarlo. Hemos sufrido mucho y sabemos que tendrá secuelas, pero no podíamos dejar a la gente muriéndose en los pasillos", explica.

... y en el resto del mundo

"Este video le permitirá experimentar el horror de la pandemia a través de la perspectiva de las enfermeras que trabajan dentro de la unidad de cuidados intensivos (U.C.I.) de la COVID-19". 

Es la introducción que hace The New York Times de este reportaje audiovisual, creado por el productor de Videos de Opinión Alexander Stockton.

Él pasó varios días en un centro médico de Phoenix, Arizona (Estados Unidos) para contar la batalla diaria de las enfermeras en los hospitales estadounidenses durante la pandemia, que ha provocado 543.000 muertes en EE. UU. y un total de 2,74 millones en el mundo.

De mostrar ese día a día se encargan dos enfermeras, que aceptaron ponerse unas cámaras para compartir su dura realidad. Ellas son las responsables de la mayor parte de los cuidados de las personas hospitalizadas y se enfrentan a turnos de muchas horas, con demasiados pacientes y poco personal.

"Hacemos todo: los lavamos por la noche, les ponemos crema en los pies, afeitamos a los hombres, limpiamos a los que han defecado y ni siquiera pensamos que es asqueroso", narra una de ellas.

Y que, a pesar de todo, no se ha perdido el sentido del humor

"Yo soy tu padre" (imitando la voz de Darth Vader). 

"Pacientes que no pierden en sentido del humor a pesar de todo lo que están pasando😍. ¡Estos momentos compensan con creces todos los malos!", asegura esta enfermera de la unidad de cuidados intensivos del Hospital Clínic, de Barcelona.