15 años de la quiebra que sacudió Wall Street y reventó la economía mundial: uno de sus 'pecados capitales' sigue sin solucionarse

Dos mujeres andan por delante del cartel de Lehman Brothers, el banco que resultó en la mayor quiebra de Estados Unidos.

REUTERS/Lucas Jackson

  • Se cumplen 15 años del día maldito de Wall Street. La quiebra de Lehman Brothers incendió los mercados y abrió una profunda herida en la economía mundial que dura hasta hoy. Pero, ¿qué hubiera pasado con una 'Lehman Brothers & Sisters'?
  • Los estudios destacan desde hace años las ventajas de contar con mujeres en puestos de responsabilidad, pero aún existen demasiados techos de cristal: solo un 14% de los fondos están gestionados por mujeres, una cifra que apenas ha progresado en las últimas dos décadas.

Solo una mujer ocupó un cargo en la alta dirección de Lehman Brothers: Erin Callan

Llevaba 12 años en la compañía cuando asumió la dirección financiera de la firma en 2007. Poco antes de cumplir su primer aniversario en aquel puesto, en junio de 2008, justo tres meses antes del mayor colapso financiero en la historia de Estados Unidos, renunció al que era entonces el cargo de más alto rango de Wall Street.

Fue la cara visible de la empresa para los inversores a partir de los resultados del primer trimestre de 2008 —que supusieron una caída del 46% de las acciones de la compañía—. En los informes de los tribunales, se criticó a Callan por ignorar "señales de alerta" del estado del banco y utilizar trucos para reforzar un balance de miles de millones de dólares (50.000 millones, para ser exactos). 

La situación era extrema. Incluso intentó suicidarse. Y se vio obligada a separar para siempre su vida profesional del mundo financiero.

Callan quedó para la historia como uno de los ejemplos más claros de mujeres en el acantilado de cristal. El momento en el que eligieron para ponerla al frente y el tiempo que le dieron para salvar a la empresa del abismo no dejaron que su recuerdo quedase como el de una de las mujeres que pudieron haber cambiado el curso de la crisis financiera de 2008. Una "Lehman Sister".

El fenómeno lo resumió en una frase Christine Lagarde antes de asumir la presidencia del Banco Central Europeo (BCE) en 2019: "Siempre que la situación sea realmente mala, llamas a una mujer".

Justo eso era lo que parecía cuando asumió su puesto como directora del Fondo Monetario Internacional (FMI). Y una sensación similar la acompañó cuando fue llamada para presidir el BCE, según declaraciones a The New York Times meses antes de ostentar el cargo. Razones por la que cree que más mujeres en las altas esferas de Wall Street habrían influido (en positivo) en la historia del sistema financiero.

"Si entonces hubiera sido Lehman Sisters en lugar de Lehman Brothers, el mundo bien podría verse hoy muy diferente", escribió en 2018, rememorando el décimo aniversario de la quiebra de Lehman Brothers. 

"Las mujeres a menudo tienen estilos de liderazgo más colaborativos, orientados hacia el trabajo en equipo y a la aversión de riesgos. En un entorno tan competitivo como el de Wall Street, su enfoque podría haber influido en la cultura y las decisiones de la empresa. Tal vez faltó diversidad en perspectivas y enfoques en la toma de decisiones", añade la asesora financiera Elizabeth Wakefield.

A una conclusión no muy diferente llegaron los protagonistas (en su mayoría hombres) del Foro Económico Mundial de Davos de 2009, un año después de la quiebra: "Lehman Brothers and Sisters habría sido el banco óptimo para hacer frente a la crisis financiera de 2008", relata el reconocido periodista pulitzer de The New York Times, Nicholas Kristof.

Si ya se sabe que la historia habría sido diferente, ¿por qué sigue habiendo tan pocas mujeres?

Si ellas hubiesen cometido el error, habrían sido siempre señaladas como las mujeres que lo hicieron

"Lehman Sisters habría sido para todo el mundo el colapso como una anécdota de género y se habría ralentizado todo lo que se ha conseguido en paridad a día de hoy", reflexiona Almudena Semur, vocal de la junta directiva de AMMDE (Asociación Multisectorial de Mujeres Directivas y Empresarias).

Ahora bien, si hubiesen formado parte del comité de dirección, los estudios y los expertos —incluso los altos directivos que se reunieron en Davos un año más tarde— están convencidos de que el final de Lehman Brothers, como mínimo, no habría sido una crónica de una muerte anunciada.

"La mayoría de los economistas no supieron predecir lo que vendría. Esa es una lección del pensamiento grupal. Una mayor diversidad siempre agudiza el pensamiento y la prudencia para no tomar decisiones como las que provocaron esta crisis", añadía Lagarde en su nota

María Pérez Roldán, directora comercial, de negocio y marketing de ISGF Servicios Financieros, está convencida de que una mujer habría tenido valores sociales y de protección jurídica que no se tuvieron entonces. "Somos mucho más dinámicas y lideramos con mayor naturalidad los cambios. Estoy convencida de que habría sido diferente", defiende. 

¿Y ahora? La tendencia apunta hacia un liderazgo andrógino, donde se aúna lo mejor de cada género, explica Mónica Guardado, socia directora de Afi Escuela

Eso no quita que, si entonces hubiese habido más mujeres al frente en el sector financiero o en los consejos de administración, se podría haber generado una mayor diversidad de opiniones y posiblemente una mejor gestión ante el riesgo, defiende.

 

"Desde un punto de vista biológico, hombre y mujeres tienen diferentes niveles de cortisol y testosterona y, aunque a simple vista parezca increíble, esto tiene su importancia a la hora de elegir carrera el mundo de la inversión", comenta en una entrevista con Business Insider España Ana Guzmán, directora de impacto en Portocolom AV.

En términos generales, la testosterona está relacionada con la competitividad, el riesgo y la reducción del propio miedo. Según diversos estudios, las mujeres tienen mayor aversión al riesgo por una menor presencia de testosterona y puede ser un condicionante a la hora de elegir hasta la carrera, explica.

Ellos, además, sienten menos miedo y se anticipan menos a los posibles riesgos derivados de sus decisiones. "No tiene por qué ser negativo, pero en una toma de decisiones, aunando diversidad de opiniones se suele llegar a mejores resultados en términos de rentabilidad-riesgo", añade Guardado.

Sin embargo, a pesar de las evidencias, esta tendencia a la diversidad no se ha impuesto de forma orgánica. Seguramente porque las medidas de conciliación y flexibilidad siguen sin ser suficientes. No obstante, con el paso del tiempo se han implementado mecanismos que indudablemente han cambiado la historia de la mujer en sectores como el financiero: la ley de cuotas, por ejemplo. 

"Tiene que primar la excelencia"

Gracias a los mecanismos que promueven la igualdad, en la última década, más mujeres que hombres se han sumado a las altas gerencias de la industria de servicios financieros: hoy son un 18,4%, frente al 12% de 2012. 

De no ser por estos esfuerzos, las mujeres no pasarían del 25% en 2031, según Deloitte.

Sin embargo, en la gestión de activos, el problema sigue casi en el mismo punto: con un 14% de mujeres en puestos de gestión desde 2000. Según los datos de Cityware en el informe Alpha Female Report 2023, el número de mujeres gestoras de carteras ha aumentado menos de un 2% desde 2015.

"Las mujeres se van haciendo un hueco en la gestión de activos muy poco a poco porque hay que seguir cambiando tradiciones por diversidad. Es decir, una vez más no es una cuestión de cuotas, sino de que las compañías sean más conscientes de que las mujeres gestionamos igual —o mejor— el riesgo que los hombres", insiste Pérez Roldán.

"El FMI aboga por el aumento de cuotas de mujeres en puestos directivos en empresas financieras, y no por un tema de igualdad, sino para que exista una mayor estabilidad financiera", añade.

En el emprendimiento sucede lo mismo. Un 70% de la dirección de las fintech está representado por mujeres. Pero sólo un 4% son fundadoras

"Un sistema de cuotas temporal es necesario para corregir los desequilibrios actuales derivados de la inercia y de las decisiones adoptadas en las últimas décadas. Esto es muy fácil de entender: cuando en un sector o mercado hay un monopolio, se adoptan medidas antimonopolio para corregirlo, y es bastante similar al argumento económico a favor de las cuotas", señala Guardado.

La asesora financiera insiste en que el objetivo principal es garantizar que haya una representación más equitativa de diferentes grupos en posiciones de liderazgo y toma de decisiones en el sistema financiero y, con ello, mayor diversidad de perspectivas y mejora de la imagen corporativa. 

Ahora bien, como la testosterona, esto puede ser un arma de doble filo:

"El sistema de cuotas puede sesgar elegir a las personas en cargos directivos por su habilidades competentes eligiendo por género y no por otros factores que sean más importantes sin importar si la persona es hombre o mujer", recuerda.

Críticas internas de instituciones tan relevantes en el sistema financiero como el propio Banco Central Europeo —presidido por Lagarde— han enturbiado este propósito. Datos revisados por Politico sugieren que el aumento de la representación femenina ha sido a costa del mérito.

"Tiene que ser en función de la capacidad. Siempre tiene que primar la excelencia, primar a una mujer para un puesto por el hecho de ser mujer consigue todo lo contrario. Más allá de las cuotas, hay que promover la conciliación, la formación y el networking entre las mujeres", defiende Semur.

Será la única forma de garantizar que las mujeres compitan en igualdad de condiciones por los mismos puestos y se atrevan a abrir el grifo del dinero en el emprendimiento.

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