3 consejos que te convertirán en un supercomunicador que domina todo tipo de conversaciones: prácticas, emocionales y sociales

La comunicación eficaz es una parte esencial de toda relación sana, pero no siempre resulta sencilla e intuitiva.

A veces "la gente se pasa todo el tiempo intentando averiguar cómo comunicarse con los demás", explica a Business Insider Charles Duhigg, autor del bestseller El poder del hábito. Puede que te sientas confundido por el estilo de comunicación de un amigo o que te cueste hablar con un compañero de trabajo que te cae realmente mal.

Pero, aunque parezca que habláis idiomas distintos, no te rindas. Solamente debes adoptar un enfoque diferente.

En el nuevo libro de Duhigg titulado Supercomunicadores y que ha visto la luz este mes, el autor sostiene que todas las conversaciones se reducen a tres tipos:

• ¿De qué se trata realmente? (una conversación práctica)
• ¿Cómo nos sentimos? (una conversación emocional)
• ¿Quiénes somos? (una conversación social)

La clave para conectar realmente con alguien es identificar qué tipo de conversación está intentando mantener, tanto si se trata de un desconocido como de tu cónyuge desde hace 20 años.

En algunas situaciones, cuesta más trabajo de lo normal encontrar el carril de la conversación. "Existe el mito de que todos deberíamos ser unos comunicadores maravillosos todo el tiempo. Lo único que tengo que hacer es abrir la boca y tú entenderás perfectamente lo que intento decirte y viceversa", afirma Duhigg. Pero no es así.

Aquí tienes tu hoja de ruta para aprender a navegar por cualquier conversación con cualquier tipo de personal. 

Identifica lo que quiere tu interlocutor

Según Duhigg, una fuente habitual de malentendidos es no saber si alguien quiere que "le ayuden, le abracen o le escuchen" cuando menciona un problema. Conocer el tipo de conversación puede ayudar en este sentido.

Por ejemplo, si un amigo te cuenta que ha tenido un día terrible en el trabajo, la conversación puede ir en distintas direcciones.

Puede que quiera que empatices con él (emocional), que busques soluciones (práctico) o que hables de cómo se lo tomarían sus amigos del trabajo si renunciara (social).

Darse cuenta de lo que un compañero de trabajo, pareja, amigo o desconocido quiere de la conversación puede ayudarte a proporcionarle exactamente lo que necesita, ya sea validación, consejo o simplemente un oído atento a través de una escucha activa.

Prepárate para que el tipo de conversación cambie en una misma sesión

Con frecuencia, las conversaciones se transforman y pasan por distintos tipos a medida que las personas dialogan, destaca Duhigg.

"Puede que empecemos hablando de algo emocional, pero luego pasaremos juntos a algo práctico", explica. "Pero si no estás teniendo el mismo tipo de conversación al mismo tiempo, no estás conectando realmente con el otro".

Un ejemplo personal que puso fue cuando llegaba a casa después de un duro día de trabajo y le decía a su mujer que su jefe no le escuchaba. Ella le sugería que saliera a comer con su jefe para conocerse mejor.

Era una idea inteligente, pero no era lo que Duhigg quería oír. No estaba de humor para escuchar soluciones; quería que ella se indignara en su nombre. "Es porque yo estaba teniendo una conversación emocional y ella estaba teniendo una conversación práctica", dijo.

Aunque ambas conversaciones son legítimas, había una desconexión porque no coincidían en el momento de mantenerlas. Si Duhigg sintiera que se le escuchaba cuando necesitaba la conversación emocional, podría pasar a buscar soluciones, cambiando a una conversación práctica en la que realmente brillarían los consejos de su mujer.

Haz preguntas más profundas para averiguar el tipo de conversación

En caso de duda sobre el tipo de conversación, simplemente pregunta.

Por ejemplo, Duhigg dice que si un amigo te cuenta que ha roto con su pareja, pídele que te cuente más antes de lanzarte a ayudarle a seguir adelante. De lo contrario, estarías iniciando una conversación práctica cuando ellos podrían estar buscando una emocional. La información es poder.

Incluso en conversaciones aparentemente sencillas, como una revisión de la productividad o el desempeño en la empresa, Duhigg afirma que las habilidades interpersonales, como hacer las preguntas adecuadas, pueden llevarte lejos. Las preguntas prácticas, como qué puedes hacer para ascender o ganarte un aumento de sueldo, pueden ayudarte a alinearte con la perspectiva de tu jefe.

Al interactuar con gente nueva (donde el tipo de conversación puede ser más difícil de detectar), Duhigg recomienda hacer preguntas más profundas que los clásicos "¿cómo estás?" o "¿en qué trabajas?", que pueden hacer que una conversación trivial parezca una entrevista de trabajo.

Si conoces a un médico, puedes preguntarle cómo decidió tener esa profesión o cuál es la parte favorita de su trabajo. Puede que te cuenten una historia emotiva sobre cómo eligieron su profesión o los problemas que tienen con el sistema sanitario.

"Cuando empiecen a hablar de quiénes son realmente, te dirán qué tipo de conversación buscan, pero también el objetivo por el que están aquí", explica Duhigg. "Porque muchas veces tenemos conversaciones y no sabemos cuál es nuestro objetivo. Es todo un proceso de negociación para averiguar juntos de qué queremos hablar".