La inflamación es una parte esencial de tu sistema defensivo. Esta respuesta controla infecciones o daños en tejidos. Pero si se vuelve crónica afecta a los órganos y aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, asma e incluso depresión y demencia. Es por ello que los médicos de Harvard la denominan "el mayor ladrón de salud". 

Muchas cosas pueden cronificarla. Entre ellas lo que pones en tu plato. Tu riesgo de inflamación crónica corre el riesgo de ser mayor  si abusas del azúcar, la carne procesada y los alimentos ultraprocesados.

Si bien no debes fiarte de todas las etiquetas de dietas "aintiinflamatorias" pues no hay mucha base científica detrás, los especialistas aseguran que hay alimentos beneficiosos para su control. Como siempre se trata de primar alimentos vegetales y grasas saludables.

Qué comer y qué evitar para evitar la inflamación

La doctora Bhavini Shah, de Lloyds especialista en geriatría , explica en The Mirror muchas condiciones de salud comunes pueden ser provocadas o empeoradas por una dieta pobre basada en alimentos poco saludables.

Si no estás seguro de qué alimentos pueden causar inflamación, Shah aconseja evitar el pan blanco, los alimentos fritos y las carnes rojas y procesadas, así como las bebidas azucaradas y el alcohol.

No solo eso, la especialista además subraya cuáles son los alimentos principales que incluir para combatirla.

Empieza por añadir a tus platos más verduras de hojas verdes, como la col rizada o las espinacas. Entre otras cosas porque van cargadas de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes. Esencial el pescado graso, por ejemplo, el salmón o el atún fuente de ácidos omega 3.

La experta aconseja picar entre horas frutos secos como nueces y almendras e incorporar a tu dieta grasas insaturadas como el aceite de oliva. En cuanto a frutas, todas son buenas, pero la doctora señala en especial los tomates y los frutos del bosque pues son excelentes por su riqueza en antioxidantes.