No es solo el precio de la luz o la gasolina: 6 ejemplos que afectan directamente a tu bolsillo y demuestran que la vida está más cara que nunca

Ilustración de inflación o de escalada de precios

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"Récord histórico" es eso que antes asociábamos a Usain Bolt y ahora se escucha cada día por televisión en compañía de "gasolina" o "precio de la luz".

En los últimos meses, hay varios productos que no dejan de batir máximos históricos en precios y, cuando parecía que habían tocado techo, siguen subiendo. Fue el caso de la luz, especialmente en 2021, y ahora la gasolina le está tomando el relevo.

Esto duele en el bolsillo, porque son precisamente productos de primera necesidad los que están marcando máximos históricos: luz, gasolina, calefacción, vivienda... Y que de hecho impactan con mayor virulencia en las rentas más bajas, reduciendo el poder de compra de los hogares españoles.

1. Récord de subida en la cesta de la compra no visto desde los 90

Que la luz o la gasolina no dejen de subir tiene una consecuencia clara y directa: el IPC se dispara. El Índice de Precios del Consumo mide cuánto aumenta la inflación o, lo que es lo mismo, cuánto se encarecen de media los productos de la cesta de la compra.

En 2021, la inflación subió hasta cotas no vistas desde los años 90. Hacía casi 30 años que no se veía una subida de precios igual. En septiembre, el aumento alcanzó el 4%, en octubre un 5,4%, en noviembre llegó al 5,5% y en diciembre se disparó al 6,5%. 

Este dato recoge el encarecimiento récord de algunos productos: el precio de la luz se disparó un 72% en diciembre, el aceite un 30,5% y la gasolina un 23% interanual.

Con el arranque de 2022, parece que se ha moderado muy ligeramente, al 6% en enero. Esto se debe a que una de las causas detrás de las subidas de 2021, el precio de la luz, parece haber tocado techo.

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2. Un año de máximos en el precio de la luz

El precio de la luz se convirtió en el tema de conversación de 2021. Tanto, que casi desbanca al COVID-19 en los telediarios. Durante meses, desde antes de verano, los españoles asistieron a una escalada histórica de la electricidad donde el precio de la luz parecía no tener techo y la factura de los hogares empezó a temblar.

El Gobierno decidió tomar cartas en el asunto y a mediados de septiembre aprobó una batería de medidas para amortiguar el impacto de la escalada de la luz en el bolsillo de los hogares. Según el Ejecutivo, estas medidas han contribuido a reducir un 30% la factura.

3. La gasolina y el diésel toman el relevo de las subidas históricas

Ahora que parecía que el precio de la luz empezaba a moderarse (y de hecho si la inflación en enero ha sido menor que en diciembre es gracias a la bajada de la electricidad), resulta que los carburantes arranca su propia escalada de máximos. 

Parece que en 2022 van a ser la gasolina y el diésel los que le tomen el relevo a las subidas históricas. 

¿Por qué? Porque hay mucha demanda de combustibles y no hay producción suficiente, porque la transición energética ha hecho menos atractiva la inversión en energías fósiles, y eso repercute en que sea más difícil aumentar la producción, y porque las tensiones entre Rusia y Ucrania podrían agravar los problemas de suministro de petróleo.

En las próximas semanas, el precio del petróleo podría dispararse un 76% por las tensiones entre Rusia y Ucrania, según advierten desde JPMorgan. Esto podría llevar al precio de la gasolina a batir nuevos récords.

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Si echar gasolina o diésel es mucho más caro que antes, el transporte de productos también lo será y todas aquellas empresas que dependen de esta energía para producir sufrirán un encarecimiento de costes. Y, si producir es más caro, los precios de venta también suben.

4. El gas cuesta hasta 10 veces más que hace un año

"Los precios del gas en la Unión Europea son entre 6 y 10 veces superiores a los de hace un año", dijo recientemente Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea. 

Los precios en el mercado europeo de gas, que a finales de agosto pasado eran de más de 600 dólares por 1.000 metros cúbicos en el TTF holandés, se dispararon en septiembre, y en diciembre alcanzaron sus máximos históricos, al superar la barrera de 2.100 dólares.

En España, esto ha provocado que algunas empresas tengan que frenar la producción por el alto coste que supone seguir fabricando. En Castellón, el récord en el precio del gas ha frenado la producción de cerámica.

Esta escalada se produce como consecuencia también de las tensiones con Rusia. Los políticos europeos acusan a la compañía gasística rusa Gazprom de recortar suministros para chantajear a los países miembros de la Unión Europea. 

La realidad es que la subida del gas no sólo afecta al precio de la calefacción en pleno invierno, también agrava la escalada de la luz porque determina los precios en el mercado mayorista de electricidad.

5. El precio de la obra nueva, por encima de 2007

No sólo las facturas que llegan a casa. Comprar un hogar también es más caro que nunca...al menos, si es de obra nueva. El precio de la vivienda nueva está subiendo como la espuma y, según el Índice de precios del INE, ya ha alcanzado cotas que superan los niveles de la burbuja de 2007.

Esta tensión de precios se debe al aumento de la demanda de obra nueva y a la escasez de oferta. Tras el confinamiento nació un nuevo tipo de demanda que busca viviendas más grandes, más luminosas y con terraza o jardín.

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El problema es que la demanda crece como la espuma, pero la oferta de obra nueva escasea y aumenta muy lentamente y esto está tirando de los precios y podría llevar a una espiral de subidas.

6. La escalada de los alquileres: 500 euros más por la inflación

Nadie se salva. Quien compra vivienda, por el precio de venta, y quien la alquila, por el esfuerzo financiero que supone destinar mensualmente un porcentaje cada vez mayor de los ingresos a pagar el alquiler.

Según la regulación vigente en materia de alquileres, todos los años, el propietario puede hacer una revisión del alquiler y aplicarle la subida del IPC. Esto quiere decir que, aquellos contratos de alquiler que se firmaron en los meses de enero, pueden encarecerse un 6% en enero de 2022.

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Después del susto de 2020, cuando el precio de los alquileres se moderó, sobre todo en las grandes ciudades debido a la desbandada de turistas y estudiantes, el precio de la vivienda en alquiler parece que vuelve a tensarse. No está en máximos, pero casi, y eso hace mella en el bolsillo de los hogares, que entre facturas y vivienda, cada vez tienen menos poder adquisitivo.

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