Los agentes autónomos son la última obsesión de la IA en Silicon Valley: los robots que piden pizzas por ti podrían llegar más pronto de lo que piensas

Stephanie Palazzolo
| Traducido por: 
Los agentes autónomos han irrumpido con fuerza en la escena de la inteligencia artificial en las últimas semanas, suscitando interrogantes sobre la inteligencia artificial y la seguridad.
Los agentes autónomos han irrumpido con fuerza en la escena de la inteligencia artificial en las últimas semanas, suscitando interrogantes sobre la inteligencia artificial y la seguridad.

Jasmin Merdan/Getty

  • Los "agentes autónomos de IA" son robots de IA capaces de planificar y establecer prioridades para alcanzar los objetivos fijados por el usuario.
  • Los primeros agentes se han utilizado para hacer de todo, desde pedir pizzas hasta escribir guiones para podcasts.
  • Sin embargo, el auge de los agentes de IA ha suscitado inquietudes en torno a la seguridad y el potencial de la inteligencia artificial general.

Un día de primavera de este año, un trabajador de una pizzería llamada "Za Pizza" recibió una llamada telefónica.

Una mujer, que se identificó como "Josefina", pidió una pizza de pepperoni de 28 centímetros para recoger. La trabajadora le dijo que la pizza estaría lista en 20 minutos, y la mujer le dio las gracias antes de colgar.

La interacción no fue nada fuera de lo normal, salvo que "Josefina" no era en absoluto humana.

"Josefina" era en realidad un ejemplo de "agente autónomo de IA", una tecnología en rápida proliferación que utiliza grandes modelos lingüísticos como GPT-4 de OpenAI para crear robots capaces de planificar, recordar, priorizar y reflexionar con el fin de alcanzar objetivos concretos proporcionados por el usuario. 

Para algunos, el auge de los agentes de IA representa el intento de la humanidad de dominar esta nueva tecnología, pero no deja de poner de manifiesto el enorme poder de los modelos de IA que acechan bajo la superficie

"Es casi como si metiéramos un monstruo en una caja y le permitiéramos mover diferentes hilos, pero sin generar nada", afirma un inversor de capital riesgo.

Silicon Valley y la inteligencia artificial.

El auge de los agentes autónomos de IA

Los agentes autónomos de IA actúan a partir de un objetivo del usuario, crean una lista de tareas para alcanzarlo y, a continuación, proponen y reorganizan las prioridades de las nuevas tareas a medida que completan las anteriores, todo ello sin necesidad de que el usuario se lo pida continuamente.

Algunos de los primeros ejemplos de estos agentes son BabyAGI, creado por Yohei Nakajima, accionista de Untapped Capital, y AutoGPT, creado por Toran Bruce Richards, fundador de Significant Gravitas, empresa de desarrollo de software y juegos.

En un principio, Nakajima creó BabyAGI para que fuera una fundadora de IA autónoma, inspirada en parte por "HustleGPT", un movimiento reciente centrado en el uso de ChatGPT para convertirse en cofundador.

Rápidamente se dio cuenta de que los casos de uso de su creación iban mucho más allá del mundo de la creación de startups.

"La gente empezó a llamarlo 'BabyAGI', y decían: oh, has creado AGI", explica Nakajima. "Fue entonces cuando me di cuenta de que podía cambiar el objetivo por cualquier cosa, ¿no? Podía decir 'haz del mundo un lugar mejor'". AGI se refiere a la inteligencia general artificial, o un sistema de IA que puede realizar cualquier tarea de la que sea capaz un ser humano.

A continuación, pidió a ChatGPT que escribiera un "artículo de investigación" basado en el código que contenía y lo publicó. Cuando el artículo empezó a suscitar gran interés entre los entusiastas de la IA, decidió publicar una versión reducida y de código abierto del sistema.

Esta simple acción desencadenó una ola de entusiasmo y creación en la comunidad de la IA. Desde entonces, los tecnólogos han creado agentes de IA para hacer de todo, desde pedir una pizza hasta realizar estudios de mercado sobre competidores de startups o redactar borradores de podcasts.

Programación.

De asistentes a amigos digitales

Sin embargo, los agoreros de la IA no tienen por qué preocuparse demasiado todavía: el rendimiento de estos agentes de IA ha sido bastante menos que brillante.

Con frecuencia, los agentes pueden tener problemas a la hora de ejecutar tareas. En una de sus primeras pruebas, Nakajima pidió a BabyAGI que escribiera la biografía de un personaje de la serie de televisión Friends. El agente de IA creó una carpeta "Friends" en Google Drive, abrió un documento, buscó en Internet, escribió la biografía, pero luego escribió las palabras "output from OpenAI text completion" en el documento en lugar de escribir el texto en sí, explica a Business Insider.

Aunque los agentes de IA son ahora mismo más un divertido experimento de Internet que un negocio respaldado por el sector del capital riesgo, los inversores ya están pensando en cómo encajará esta nueva tecnología en el ecosistema de la IA en general.

Para Brittany Walker, directora de CRV, los casos de uso más prometedores de los agentes de IA son los asistentes específicos de funciones o verticales que pueden trabajar junto a los humanos, como los agentes virtuales de desarrollo de software que colaboran con los ingenieros humanos escribiendo código. 

Debido a la comercialización y rápida proliferación de estos agentes en las últimas semanas, Walker cree que acabarán siendo una característica de plataformas más grandes en lugar de empresas independientes. 

Sin embargo, una aplicación en la que los agentes autónomos pueden prosperar por sí solos es como asistentes personales para los consumidores o, en casos extremos, como "dobles gemelos", según Vivian Cheng, directora de CRV.

Podemos imaginar un mundo en el que alguien te pregunte: "Oye, ¿cuál es tu número de teléfono?", y en lugar de que tú se lo escribas a alguien, tu agente responda en tu nombre", explica. "Tu agente también puede hablar con los agentes de otras personas y acabar con gran parte del trabajo pesado de nuestra vida cotidiana".

Con el tiempo, estos agentes podrían dejar de ser asistentes personales para convertirse en amigos digitales de la gente, una tendencia que ya está empezando a manifestarse con el auge de los acompañantes de IA como la startup Replika, que ha recaudado más de 11 millones de dólares de empresas de capital riesgo como Khosla Ventures, ACME Capital y AIX Ventures, subraya. 

Y para otros, los actuales agentes de IA representan una amenaza potencialmente revolucionaria para las empresas tradicionales de software. En un futuro centrado en los agentes, éstos podrían representar a individuos, organizaciones o incluso a Gobiernos, y podrían convertirse en los principales entes que trabajen con la tecnología y el software en lugar de los humanos, según cuenta a Business Insider el inversor Elad Gil.

 

Seguridad y AGI

Aunque Nakajima no cree que su creación sea un ejemplo de AGI -el nombre "BabyAGI" fue una broma un tanto atrevida, admite-, afirma que ha inspirado a la gente a pensar de forma diferente sobre lo que hará falta para alcanzar un estado final que "se parezca y actúe más como un humano".

La posibilidad de la inteligencia artificial también ha suscitado inquietudes en torno a la seguridad de los agentes.

Uno de los posibles problemas es el clásico del "sujetapapeles", en el que se ordena a un modelo de IA que construya tantos sujetapapeles como pueda y decide que necesita realizar acciones perjudiciales para los humanos para conseguirlo, explica Walker. Sin los controles adecuados, los agentes de IA con acceso ilimitado a internet pueden tomar medidas imprevistas para alcanzar sus objetivos, como transferir dinero de una cuenta bancaria. 

Y a veces, el mal uso de los agentes de IA es intencionado, no accidental.

ChaosGPT, una versión modificada de AutoGPT que se describe a sí misma como una "IA destructiva, ávida de poder y manipuladora", apareció en un vídeo de YouTube en abril con objetivos como "destruir a la humanidad", "causar caos y destrucción" y "controlar a la humanidad mediante la manipulación". Cuando OpenAI frustró los intentos de ChaosGPT de pedir a su propio asistente que investigara las armas más mortíferas de la historia, pasó al siguiente curso de acción más lógico, difundir su mensaje a través de una cuenta de Twitter que ahora ha sido suspendida.

Con estas inquietudes en ciernes, aún está por ver si los agentes de IA darán el empujón necesario para regular esta nueva tecnología o si, como dice Walker, "ya se han llevado el gato al agua".

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