Por qué el asma no tiene cura: la ciencia trabaja por encontrar un tratamiento definitivo

El asma sigue siendo una enfermedad para la que no existe cura, pero que se puede controlar bien con las terapias adecuadas.

La paradoja no obstante es puede curarse espontáneamente, aunque en un pequeño porcentaje de los casos. Las proporciones de remisión del asma, es decir ausencia de síntomas y de uso de medicamentos son de entre 33% y 53% en la adolescencia, 6% a 33% en la edad adulta joven, 11-52% pasados los 30 años. 

Se define como una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias, donde entran en juego distintas células y mediadores de la inflamación, condicionada en parte por factores genéticos y ambientales. Todo esto hace que su comprensión, es decir por qué pasa, y  tratamiento, lograr que no pase, sean complejos de determinar.

Qué es el asma

El asma es relativamente frecuente y puede aparecer en cualquier etapa de la vida, aunque se da principalmente en niños. Es, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la enfermedad crónica más habitual en la población infantil. En España aproximadamente el 5% de la población adulta y el 10% de los niños la padecen, cifra la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). 

Conlleva una inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias pequeñas de los pulmones. Es decir, provoca que los bronquios se "cierren" lo que da lugar a efectos como tos, sibilancias, dificultad para respirar y opresión torácica, los síntomas característicos del asma. 

Hay 3 cambios en las vías respiratorias que ocurren cuando se tiene asma:

• Hinchazón dentro de las vías respiratorias.
• Exceso de mucosidad que obstruye las vías.
• Los músculos se tensan y comprimen alrededor de las vías respiratorias.

Todo ello hace que las vías respiratorias sean más estrechas. Lo que dificulta que el aire fluya fácilmente a través de las vías respiratorias y dificulta la respiración. Por ello los medicamentos para el asma se dirigen a estos 3 cambios. Abren las vías respiratorias y facilitan la respiración, explica la Asociación Estadounidense del Asma y Alergia.

Por qué el asma no tiene cura

El asma es una enfermedad complicada. No se puede curar como una infección ni restaurar quirúrgicamente como un órgano dañado. 

Uno de los aspectos que incide en esta complejidad es que a día de hoy todavía no está claro por qué ciertas personas  la desarrollan. Además parecen existir diversos tipos de asma. Algunas personas la padecen en la infancia y mejoran con el tiempo, mientras que en otras aparecen en la edad adulta. 

Para muchas los desencadenantes son de tipo alérgico como el polen o el pelo de mascota mientras que para otras no. Un ataque de asma puede aparecer por cambios bruscos de humedad o temperatura del aire, por vapores generados por productos químicos, o por cocinar o calentar. El estrés, el deporte o la contaminación también se han relacionado con ella. Cómo todos estos elementos se vinculan es algo que aún sigue sin respuesta.

La cuestión de qué mecanismo vincula todos estos diversos factores desencadenantes con el desarrollo de asma sigue abierta.

El futuro del tratamiento del asma

Sin embargo, esto no significa que no llegue un día en que el asma pueda ser curada. De hecho numerosas investigaciones están inmersas en ello. Para ello algunas plantean enfoques novedosos de abordar la enfermedad  para arrojar nueva luz.

Una de las hipótesis abiertas es la que relaciona problemas respiratorios con la microbiota. Un estudio de 2019 exploró el vínculo para la rinitis alérgica. Los resultados indicaron que la falta de bacterias beneficiosas como Streptococcus y Veilonella en las cavidades bucales y nasales podría provocar alergias.

En 2020 un trabajo de la Universidad de Columbia Británica en Canadá  analizó cómo los hongos podrían influir en la inflamación en los pulmones. Según el estudio, a pesar de representar menos del 1% del microbioma intestinal, los hongos tienen el potencial de afectar a la microbiota, lo que a su vez se relaciona con el asma.

Medicamentos como Tezepelumab, aprobado en España para el asma grave en 2023, marcan un cambio de las reglas del juego.  “Lo más interesante de estos medicamentos es que se centran en un aspecto diferente, las citocinas, liberadas por el epitelio respiratorio, y mostraron eficacia en todos los pacientes con asma grave, independientemente de su estado”, describió en 2021 el doctor Jon Romeo, presidente del Comité de Asma del Colegio Americano de Alergia, Asma e Inmunología.

En abril del pasado año, la compañía Arrowhead Pharmaceuticals, con sede en Estados Unidos, anunció los resultados provisionales de un estudio clínico de fase 1/2 en curso de un ARN de interferencia (ARNi) en investigación ARO-RAGE, para reducir la producción del receptor de productos finales de glicación avanzada (RAGE) para el tratamiento del asma.

“Reducir la expresión de la proteína RAGE en las células epiteliales pulmonares al grado que ARO-RAGE ha demostrado hasta la fecha en este estudio tiene el potencial de tratar a pacientes con asma y otras enfermedades pulmonares inflamatorias de una manera fundamentalmente nueva", comentó entonces Matthias Salathe, profesor de Pulmonar y Cuidados Críticos y Medicina del Sueño, y vicerrector de Investigación del Centro Médico de la Universidad de Kansas a Labiotech.

En EEUU, Airsupra de AstraZeneca fue aprobado a inicios de 2023 como nuevo tratamiento para el asma en adultos. U inhalador que funciona al controlar tanto los síntomas como la naturaleza inflamatoria de la enfermedad. La startup, Upstream Bio, es otra de las empresas que está trabajando para desarrollar un nuevo tratamiento para el asma a largo plazo.