La primavera puede ser una época difícil si tienes alergias estacionales. En esta época del año el polen de pastos, malezas y árboles aumenta, causando rinitis alérgica, también conocida como fiebre del heno.

Si te afecta es fácil saberlo. Síntomas como ojos llorosos, estornudos, congestión nasal y picazón de garganta durante esta época pueden hacerte sospechar. Otros menos conocidos incluyen ronquera, irritación en la piel o fatiga. En algunos casos, las alergias pueden provocar asma, una afección que conlleva dificultades respiratorias debido al estrechamiento de las vías respiratorias.

Cada vez antes

La alergia al polen se presenta normalmente durante las estaciones de primavera y verano. Afecta aproximadamente al 15% de la población, incrementándose este porcentaje hasta un 30% entre los jóvenes, calculan desde Sanidad. Es más frecuente en las zonas urbanas que en los ámbitos rurales, probablemente porque la contaminación potencia el efecto alergénico del polen.

Desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) apuntan que la mayoría de alergias en nuestro país se dan hacia las gramíneas seguidos por alergia al olivo, arizónica, plátano de sombra, salsola y parietaria.

Los pólenes responsables de alergia varían según la vegetación y el clima. Los de los árboles predominan durante el invierno y principios de la primavera, los pólenes de las gramíneas durante la primavera y los de las malezas durante el verano y otoño.

Sin embargo, las temperaturas globales y el aumento de los niveles de dióxido de carbono podrían extender e intensificar estas temporadas. Algunos estudios cifran este aumento hasta en 2 meses más de alergia. Aquí, las inusuales altas temperaturas vividas desde finales de enero han provocado un adelanto del pico de polinización para esta primavera, confirma la SEAIC. La mayor intensidad se dará en Madrid, Toledo, Badajoz, Cáceres, Sevilla, Jaén. 

Cómo aliviar el efecto del polen

Las alergias pueden ocurrir en cualquier momento, tanto en interiores como en exteriores, causando síntomas que pueden variar desde levemente incómodos hasta potencialmente mortales.

Para minimizar esto es adecuado conocer que los niveles de polen tienden a alcanzar su punto máximo en las horas de la mañana. También tienden a aumentar tras la lluvia o cuando el día es caluroso y con viento.

Según el Colegio Estadounidense de Alergías, Asma e Inmunología (ACAII por sus siglas en inglés) para las personas con alergia resulta adecuado consultar los recuentos de polen. Saber cuándo son altos permite estar más preparado. Puedes consultarlos en la Red Española de Aerobiología.

Las mascarillas pueden ayudar a filtrar el polen y reducir los síntomas de alergia. Desde el ACAII aconsejan usar una con filtro N95 al llevar a cabo tareas al aire libre, tomando los medicamentos adecuados de antemano si son necesarios. —Lo normal, un antihistamínico, un fármaco que reduce los efectos de las alergias, al bloquear la histamina, una sustancia química que se libera en el cuerpo durante las reacciones alérgicas—.

Sobre esto, un pequeño estudio de 2021 encontró que usar mascarillas ayudó a las personas alérgicas a evitar síntomas tanto en la nariz como en los ojos. Si esto no te convence opta por un sombrero de ala ancha y gafas de sol, servirá para limitar el polen que llega a tus ojos.

Puede ser conveniente evitar actividades que hagan que el polen vuelva a circular en el aire, como es cortar el césped o rastrillar hojas. En los interiores mantén las ventanas y puertas cerradas tanto como sea posible durante la temporada de alergias.

Tras pasar tiempo en el exterior date una ducha. El polen tiende a acumularse en el cabello y la piel y termina en la almohada, lo que puede empeorar los síntomas mucho después de la exposición, advierten desde Yale Health.

Si puedes recurrir a ello, el aire acondicionado o un purificador de aire contribuirán a mantener el ambiente libre de alérgenos en el interior.

Tras estar en el exterior puedes enjuagar tus ojos con gotas salinas para eliminar el polen, aconseja la universidad. Los enjuagues nasales con solución salina también alivian los problemas de sinusitis o rinitis al limpiar el polen de los conductos nasales y sinusales.