Bill Gates se arrepiente de haber dejado pasar esta oportunidad en su época universitaria: "Ojalá..."

Ya se sabe casi todo sobre Bill Gates y sus logros profesionales y personales, tras 66 años de vida. William Henry Gates III, fundador de Microsoft, es la 4ª persona más rica del mundo, con 115.000 millones de dólares (cerca de 114.000 millones de euros), y hubo un tiempo en el que lideraba la lista en solitario.

Se sabe de su sociedad con Paul Allen; de sus hijos, a los que no dejará en herencia toda su fortuna; de su memoria de elefante, su pasión por la lectura, su primer trabajo como programador a los 16 años, su lado más oscuro e incluso anécdotas y curiosidades más desconocidas por muchas personas. 

Entre tanto logro y éxito, sin embargo, también hay espacio para algunas (pocas) cosas de las que arrepentirse. Así, Gates ha admitido que su "mayor error" de todos los tiempos fue permitir que Google desarrollara Android y no crear él mismo un sistema operativo para dispositivos móviles que triunfara.

"El mayor error que he cometido en mi vida es la mala gestión que ha hecho que Microsoft no sea lo que es Android, [es decir,] Android es la plataforma estándar de smartphones que no son de Apple. Era un espacio que debería haber ocupado Microsoft de forma natural", ha explicado Gates.

Asimismo, en otro momento ha reconocido que un gran arrepentimiento que tiene a nivel personal es no haber aprendido ningún idioma extranjero, pero no acaba ahí la lista de cosas que habría cambiado si pudiese rebobinar.

Una oportunidad perdida

El último aspecto del que Bill Gates se arrepiente tiene que ver con su época universitaria: "Ojalá hubiera sido más sociable", le confesó en 2018 a los estudiantes de Harvard, según recoge Inc.

En esta prestigiosa universidad es donde estudió Bill Gates, pero durante poco tiempo: después de apenas 2 años dejó los estudios universitarios en 1975 para dedicarse por completo a Microsoft —también han abandonado los estudios otros millonarios, como Mark Zuckerberg o Amancio Ortega—, aunque acabó graduándose en Harvard a los 52 años.

El Bill Gates de niño ya era poco sociable, con indicios de gran inteligencia y también de rebeldía, algo huraño y aparentemente con menos interés por relacionarse con las personas que con los libros.

Como cuenta la serie documental o entrevista Inside Bill's Brain: Decoding Bill Gates, gran parte de ese niño ha proseguido posteriormente: sigue amando la lectura, busca constantemente nuevos retos, se toma semanas para pensar en las que se aísla, ha tenido fuertes confrontaciones con casi todos los que le rodean y sigue disfrutando de su soledad.

Puede parecer un aspecto sin importancia, pero no lo considera así el propio Gates ni tampoco varios reclutadores de talento en la actualidad, que observan cómo las soft skills (habilidades blandas, como la empatía, el liderazgo o la comunicación) son cada vez más importantes en el mundo laboral.

Así era el currículum que Bill Gates enviaba a las empresas hace 48 años

"Todos tenemos que ir metiéndonos hacia las soft skills. Si es un mundo que va a estar cambiando tan rápido, esas soft skills son las que te van a dar una cierta estabilidad, van a ir ayudándote a afrontar todos esos cambios", defendió Enrique Escalante, Head of People Havas de Group, en el XIII Smart Business Meeting organizado por Business Insider España el año pasado.

"Me vi de repente encargándome de los recursos humanos y de los procesos de selección. No le di la importancia que se merecían y me equivoqué. Contratamos perfiles que no encajaban con la compañía. Tuve que despedir a mucha gente, a más de la que me hubiese gustado, y todo por las soft skills: falta de liderazgo, iniciativa o motivación", ha contado recientemente a Business Insider España Javier Cañizares, CEO de Hirint.

En el caso de Bill Gates, quizá la sociabilidad y un carácter más abierto podrían haberle ayudado a ser aún más exitoso. Sin embargo, no parece que le haya hecho falta, y se ha apoyado en otras muchas claves para convertirse en uno de los más ricos.