Bosch alerta sobre la dependencia de las baterías en los vehículos eléctricos

Kazuo Tadanobu, director general de Panasonic Energía, con un prototipo de célula de batería de formato 4680 (izq.) junto a la actual batería de Tesla.
Kazuo Tadanobu, director general de Panasonic Energía, con un prototipo de célula de batería de formato 4680 (izq.) junto a la actual batería de Tesla.

REUTERS/Tim Kelly

Los vehículos eléctricos siguen suponiendo un gran reto para el sector de la automoción. Además de minimizar los costes para hacerlas rentables y aumentar la autonomía de las mismas, los fabricantes también deben estudiar varias vías para no depender únicamente de una única fuente de energía.

"Actualmente, estamos viendo las consecuencias de la escasez de gas para Alemania y Europa porque hemos preparado muy pocas alternativas", afirma Markus Heyn, director de servicios de movilidad de Robert Bosch GmbH. "En la industria del automóvil, deberíamos aprovechar esta ocasión para preguntarnos qué podemos hacer si algún día hay muy pocas baterías". 

El directivo de Bosch subraya que la crisis energética europea debe ser vista como una lección, informaBloomberg. Según su opinión, la situación es tan complicada porque durante años nos hemos centrado en una única fuente de combustible. Esto lo extrapola a la industria de los vehículos eléctricos, que se centran en las baterías.

"A todo el mundo le gustaría ver una alternativa a la energía de las baterías. Pero solo existirá si la hemos preparado a tiempo", detalla Markus Heyn. Alguna de las alternativas a las baterías, tal y como las conocemos, están las pilas de combustible que utilizan hidrógeno y oxígeno para alimentar a los motores eléctricos. 

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Hasta el momento, la tecnología que se está desarrollando para los camiones que hacen viajes largos es el pilar para utilizarla también en los turismos. Las baterías son uno de mayores costes de los vehículos eléctricos y, hasta ahora, la mejora de la tecnología ha supuesto un aumento anual de la eficiencia.

Sin embargo, esta racha se ha visto interrumpida por el encarecimiento del coste de las materias primas necesarias para elaborar estas baterías eléctricas, como ocurre en el caso del litio. Esta situación pone en duda las previsiones que manejaban los fabricantes hasta la fecha, cuando preveían que pronto los vehículos eléctricos les ofrecerían un margen de beneficios similar al de los vehículos de combustión. 

Para volver a la senda de los beneficios, las diferentes marcas están empezando a cambiar su estrategia en lo que a vehículos eléctricos se refiere. Un ejemplo de ello es Tesla, que ha pasado de utilizar baterías de níquel-cobalto-aluminio a LFP en los coches de autonomía estándar. Esto mismo también lo está haciendo Ford.

Por su parte, Stellantis está experimentando con las baterías en estado sólido. Estas pilas están fabricadas con materiales duros fuertemente comprimidos, en lugar del material ligeramente blando y húmedo que compone la típica batería de litio. Entre las ventajas de estas baterías se encuentra la de ofrecer una mayor autonomía gracias a su gran densidad energética.

Las principales empresas automovilísticas, con Tesla y Volkswagen a la cabeza –sin contar con las compañías asiáticas– están luchando por ser la líder de los vehículos eléctricos. Aquí se incluye también el desarrollo de las baterías. Esto está suponiendo una completa revolución en el sector. Uno de los objetivos es encontrar baterías más ligeras, eficientes y seguras que las actuales. 

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