ChatGPT ya aprueba exámenes: tras sacar raspado un examen de Historia de Selectividad, la IA logra un suficiente en 4 asignaturas de Derecho en EEUU

ChatGPT, la archiconocida IA generadora de texto automático creada gracias a GPT-3, un modelo proporcionado por OpenAI, lleva semanas sorprendiendo a propios y a extraños y suscitando todo tipo de debates. 

No es para menos. Sus producciones, cada vez más refinadas, están acabando con muchos de los prejuicios que se tenían acerca de las potenciales limitaciones de la IA.

De paso, está poniendo en duda incluso alguna que otra certeza antropológica: si la creatividad no es una cualidad exclusiva de la condición humana, ¿qué es lo que nos separa de las máquinas?

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Más allá de los debates filosóficos, hay ámbitos verdaderamente preocupados por las posibles aplicaciones prácticas de esta tecnología. Uno de los que más se está haciendo oír en los últimos días ha sido el sector educativo.

Este anda dividido entre fervientes detractores como los legisladores del estado de Nueva York, que consideran que la IA es una puerta abierta a prácticas deshonestas como el plagio, y docentes y expertos que están dispuesto a cederle un espacio en las aulas, pues entienden que puede ser una valiosa herramienta de aprendizaje.

Mientras, ChatGPT sigue a lo suyo: lograr lo que hasta hace no demasiado parecía imposible. 

Tras proporcionar a Business Insider consejos de inversión más que razonables en mitad del actual momento de recesión económica, ahora a la IA le ha dado por ponerse empollona y aprobar exámenes. 

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Según ha contado la CNN este jueves, ChatGPT ha sido capaz de aprobar 4 asignaturas de Derecho de varias universidades de EEUU. 

En concreto, se ha tratado de la Universidad de Minnesota y la Wharton School of Business de la Universidad de Pensilvania. Allí, el chatbot ha puesto a prueba sus conocimientos de Derecho, entre otros, en un examen de 95 preguntas de opción múltiple y 12 de redacción en los que obtuvo un C+, un suficiente.

Algo mejor le fue a ChatGPT en un examen de un curso de gestión empresarial en Wharton, donde obtuvo una calificación de notable. 

"ChatGPT se enfrentó a los componentes más clásicos de los exámenes de la facultad de Derecho, como la detección de posibles problemas jurídicos y el análisis profundo aplicando las normas legales a los hechos de un caso", ha contado Jon Choi, profesor de Derecho en Minessota, a la CNN.

"La IA podría ser muy útil a la hora de elaborar un primer borrador que un estudiante pudiera perfeccionar después. Mi corazonada es que los asistentes de IA se convertirán en herramientas estándar para los abogados en un futuro próximo, y las facultades de Derecho deberían preparar a sus estudiantes para esa eventualidad", ha ahondado Choi. 

"Por supuesto, si los profesores de Derecho quieren seguir poniendo a prueba el simple recuerdo de normas y doctrinas jurídicas, tendrán que poner restricciones como prohibir Internet durante los exámenes para imponerlo".

No es la primera vez que una IA es puesta a prueba en exámenes más o menos estándar. Unos pocos días antes, en España, el diario El País puso a prueba al robot con un experimento similar. 

En este caso, se trataba de averiguar si la máquina sería capaz de aprobar una prueba de Historia de la Evau, que es como se conoce ahora a la Selectividad, la tanda de exámenes que los alumnos de Bachillerato deben aprobar para poder acceder a la universidad.

Aunque con mucha menos holgura que en EEUU, el resultado del experimento es que ChatGPT consigue aprobar el examen de Historia.

Pero no todo son buenas noticias para ChatGPT. 

Consultados por El País, los 3 docentes (2 le dan un aprobado raspado y uno lo suspende) que juzgaron la prueba de Historia de la Evau del robot entienden que este, entre otras cosas, abusa de las generalizaciones, apenas incluye ejemplos, olvida datos importantes y que peca por momentos de una excesiva corrección política.

Por último, juzgan los docentes en El País, la máquina tiende a escribir con el característico estilo del alumno que se ha aprendido un tema de memoria pero que en realidad no entiende del todo las palabras que está diciendo.

Aún le queda, por tanto, camino por recorrer. No obstante, entre los expertos existen pocas dudas de que la IA, como tecnología, es una herramienta que ha llegado para quedarse.

A ello se refirió Sam Altman, CEO de OpenAI, en una reciente entrevista en la que invitaba al ámbito educativo a adaptarse a la nueva situación. 

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Vamos a intentar hacer algunas cosas a corto plazo", explicó el experto en IA durante una entrevista con la periodista Connie Loizos de StrictlyVC. "Puede que haya formas en las que podamos ayudar a los profesores a que detecten textos salidos de sistemas como ChatGPT. Pero, sinceramente, una persona decidida los sorteará".

"El texto generado por IA es algo a lo que todos tenemos que adaptarnos", completó. "Nos adaptamos a las calculadoras y cambiamos lo que examinábamos en Matemáticas. Esta es una versión más extrema de eso, sin duda, pero también sus beneficios son más extremos".