Los científicos descubren por qué el vino tinto te da dolor de cabeza

Cuando te pasas con el alcohol sabes que al día siguiente tendrás dolor de cabeza. Y eso es solo uno de los muchos malestares que puedes experimentar cuando tienes resaca. Pero seguro que alguna vez notaste que con el vino te pasa incluso sin excederte.

Que el vino tinto da dolor de cabeza sin requerir grandes cantidades es algo que los científicos conoce desde hace tiempo, sin tener clara la causa. Este efecto aparece entre 30 minutos y 3 horas después de beber sólo una o 2 copas. Ahora los científicos creen saber por qué ocurre.

"Creemos que finalmente estamos en el camino correcto hacia la explicación de este misterio milenario", afirma Morris Levin, neurólogoy director del Centro del Dolor de Cabeza de la Universidad de California en San Francisco. "El siguiente paso es probarlo científicamente en personas que desarrollan estos dolores de cabeza", añade en The Guardian.

Su investigación, publicada en Scientific Reports, se centró en los flavonoides fenólicos, compuestos vegetales de la uva que atribuyen el color, el sabor y la sensación en boca del vino. Los niveles de flavonoides pueden ser 10 veces más altos en los tintos que en los blancos.

Al beber vino el etanol del alcohol es metabolizado a acetaldehído, el cual se convierte después en acetato. Para cada uno de estos pasos se requieren enzimas concretas. Tras analizar más de una docena de compuestos en el vino tinto, el equipo encontró que el flavonoide quercetina se metaboliza en distintas sustancias. Una de de ellas, el glucurónido de quercetina, mostró eficacia para bloquear la enzima responsable de la síntesis del acetato.

La hipótesis es que al suprimirse esta enzima, el acetaldehído tóxico se acumula en el torrente sanguíneo. Lo que te encamina al dolor de cabeza incluso en cantidades modestas. Esto parece ser más frecuente si se es propenso a las migrañas.

Para poder afirmarlo con plena certeza los investigadores consideran que es necesario la realización de ensayos clínicos que validen los hallazgos. 

Un experimento obvio sería comparar vinos que tienen diferentes niveles fenólicos con los dolores de cabeza observados después de la ingestión. Otro experimento, más sencillo, sería proporcionar a los sujetos  un suplemento de quercetina o un placebo y una bebida estándar de vodka, para ver si se producen dolores de cabeza, sugieren.