La policía de los precios: la CNMC vigila las subidas en productos básicos y energía para evitar malas prácticas de empresas que se aprovechen de la inflación

Pasillo de un supermercado

El extraño caso del papel higiénico menguante, la bolsa de patatas con más aire que patatas o el cacao soluble que se evapora antes de disolverse en leche. Son sólo algunos de los misterios que el consumidor debe resolver cada vez que entra al supermercado.

Con el precio de la energía y las materias primas disparados, muchas empresas se han visto obligadas a hacer malabarismos para seguir facturando. Pero en algunos casos, esas prácticas no están permitidas y podrían ganarse una sanción.

Es lo que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) está investigando: que las empresas no aprovechen la inflación para subir precios a costa de los consumidores.

La escalada de la inflación lleva meses agujereando el bolsillo del consumidor, hasta el punto de que los hogares se han quedado sin ahorros. En junio, la cesta de la compra se disparó a doble dígito, encareciéndose un 10,2%. No se veía una subida igual desde la crisis del petróleo de los años 80.

"En el contexto actual, es lógico que reforcemos la vigilancia sobre sectores que están sufriendo una alta presión inflacionista, como es el caso de los bienes de primera necesidad o de los productos energéticos", explican fuentes del organismo a Business Insider España.

Aunque la vigilancia de posibles prácticas anticompetitivas es una labor que las autoridades de la competencia cumplen de forma permanente, el pico de precios ha llevado al organismo a hacer un seguimiento exhaustivo de subidas injustificadas, tal y como ha adelantadoEl País, que cita fuentes de la CNMC.

Competencia mantendrá en el radar a fabricantes de productos de primera necesidad, como alimentos, pero también a empresas energéticas. Ya el año pasado abrió 130 investigaciones de denuncias ciudadanas a empresas.

Danone, Pastas Gallo, Pescanova, Colacao, Tulipán y Campofrío son algunas de las marcas denunciadas hace una semana. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) las acusó ante Competencia de subidas de precio encubiertas.

Concretamente, la OCU denunciaba prácticas de reduflación, una técnica que consiste en ofrecer menos cantidad o reducir el tamaño de los productos, pero al mismo precio. 

La reducción de la cantidad que contiene cada envase es legal siempre y cuando la marca refleje el cambio en el empaquetado del producto.

"La táctica ha sido empleada por Pescanova (en los lomos de merluza), Danone (5 gramos menos en un yogur), Gallo, Cola-Cao y Tulipán, y recientemente hemos visto también un par de casos en Revilla y Campofrío", señaló el portavoz de la OCU, Enrique García. 

En el caso de la energía, la sospecha es que algunas gasolineras podrían estar aprovechándose de la rebaja de 20 céntimos por litro de gasolina anunciada por el gobierno para ganar margen de beneficio.

Por el momento, la CNMC no ha abierto ningún expediente sancionador relativo a productos de primera necesidad. 

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