Cómo congelar el marisco semanas antes de Navidad para conseguirlo hasta un 40% más barato y repleto de sabor

El marisco es uno de los productos que más suben de precio en Navidad, por lo que si eres un poco avispado y quieres cuidar de tu bolsillo, lo más adecuado es comprarlo semanas antes.

Según datos de la OCU, en 2022 los productos típicamente navideños estuvieron un 4,2% más caros que en 2021, y subieron más de un 8% en diciembre. 

Su Observatorio de Precios Navideños 2022 reveló que los pescados y mariscos dispararon su coste: especialmente llamativo es el caso de las almejas (un 44% más caras en apenas unas semanas), los percebes (33%) o el besugo (20,7%).

Desde finales de noviembre a la víspera de Navidad, los percebes gallegos incrementaron su coste un 33,6%, alcanzando los 76 euros el kilo. Por su parte, las prohibitivas angulas subieron un 10,5% y la docena de ostras se encareció un 11,2%.

Por tanto, para ahorrarte un buen pellizco a la hora de preparar la cena de Navidad es indispensable comprar el marisco con semanas de antelación. "Es a partir de la segunda semana de noviembre cuando puedes adquirir el marisco en tus comercios de confianza hasta un 30% más barato", destacan desde Olé Marisco.

Para conservar el sabor intacto y garantizar la máxima frescura, hay pautas de congelado que debes seguir a rajatabla. Este detalle es tan crucial como respetar los tiempos de cocción de cada marisco.

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Desde la web de Mariscos O Grove aportan algunas de las bases: es esencial respetar la cadena de frío, la temperatura debe ser de -18 °C o menor, y el tiempo máximo de almacenaje ronda los 15 días. Nunca guardes mariscos recién cocidos o todavía calientes en el congelador o nevera, y jamás congeles un alimento que ya ha sido descongelado. 

Los mariscos bivalvos pueden guardarse crudos en bolsas al vacío, aunque en este caso los especialistas recomiendan consumirlos frescos, ya que el congelador puede alterar el sabor de percebes gallegos, ostras y vieiras. Los mejillones deben limpiarse bajo un chorro de agua, raspando las valvas y los pelitos.

En el caso de las nécoras y los centollos la pauta es cocerlos antes de congelarlos. Deja que enfríen, y cuando estén a temperatura ambiente, envuelve el marisco en un paño humedecido con el agua de la cocción —o agua marina— y envuelve de nuevo en film transparente o bolsa al vacío. Es clave almacenar centollas con las patas hacia arriba para evitar que se pierda el caldo.

En el caso de langostas y bogavantes, mejor congelarlos crudos si vas a prepararlos a la plancha. Si los prefieres cocidos, procede como el resto del marisco grande. 

Para descongelar el marisco navideño, pásalo a la nevera unas horas antes de consumirlo. Descongela solamente el que necesites, por lo que es mejor preparar varias raciones en lugar de almacenar grandes cantidades.