Así podrían transformar el futuro de la guerra los enjambres de drones

Angry drones flying
iStock; Rebecca Zisser/BI
  • Un pequeño grupo de naciones está desarrollando planes para desplegar enjambres de drones en la guerra.
  • Los drones podrían utilizarse para derribar defensas aéreas o para ataques masivos. Algunos expertos quieren restringir esta tecnología.

En el escenario apocalíptico en el que las tensiones entre China y Estados Unidos estallen en conflicto, las primeras horas de la guerra bien podrían parecer una película de ciencia ficción. 

Miles de drones operando en un "enjambre" coordinado podrían desplegarse sobre China, acaparando información sobre objetivos para el ejército estadounidense.

El escenario se esboza en un reciente documento publicado por la Corporación RAND, un think tank estadounidense. Los drones autónomos utilizarían la inteligencia artificial para informar a los mandos estadounidenses en la búsqueda de objetivos para ataques con misiles de precisión.

Aunque el escenario es especulativo y dista mucho de la doctrina militar oficial estadounidense, es un atisbo de un futuro plausible, en el que también están pensando otros países. En China, Israel y Europa, los expertos militares están diseñando planes para enjambres de drones que podrían transformar la naturaleza de los conflictos.

Los enjambres de drones utilizan tecnología punta derivada del estudio de bandadas de aves y bancos de peces para coordinar sus movimientos en una zona potencialmente vasta. Podrían permitir a los ejércitos no solo vigilar al enemigo, sino utilizarlos como armas para lanzar enormes bombardeos coordinados. Pero aún queda mucho para determinar su uso más eficaz.

"Los enjambres de drones son útiles para una amplia gama de operaciones militares, desde la búsqueda y destrucción de submarinos hasta la voladura de tanques y la limpieza de las defensas aéreas enemigas", afirma Zak Kallenborn, analista especializado en drones y armas de destrucción masiva.

Kellenborn es el principal investigador de Looking Glass USA, una consultora especializada en la lucha contra los drones, y también está afiliado al Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. "No está claro para qué misión son más adecuados los enjambres de drones, pero su potencial es enorme", afirma. "El reto es encontrar dónde los enjambres de drones son realmente importantes y dónde son solo cosas chulas de ciencia ficción".

La amenaza que suponen para los ejércitos es tan relevante que los expertos militares ya están trabajando en formas de contrarrestar sus capacidades.

Ucrania sobrecarga el combate con drones

La invasión de Ucrania ha transformado el modo en que se utilizan los drones en la guerra. En el conflicto, se han desplegado drones baratos y aéreos para tareas que van desde la vigilancia a los bombardeos e incluso dirigir la rendición de soldados enemigos. 

Los drones también han demostrado su valía en el mar y en tierra. Los planificadores militares estadounidenses están estudiando el conflicto en busca de pistas sobre cómo desplegar drones en las guerras del futuro. 

"Todo el mundo en los establecimientos militares occidentales está tratando de entender y digerir las ideas que surgen de la guerra en Ucrania", asegura David Ochmanek, analista de la Corporación RAND. "Esto suena horrible así, pero no tenemos muchas oportunidades de aprender del combate a gran escala en el mundo real", asegura a Business Insider.

Hasta hace poco, algunos expertos militares sostenían que los drones eran demasiado fáciles de derribar y que probablemente solo se utilizarían en guerras entre países pobres sin recursos para contrarrestarlos. 

Pero la lección de Ucrania, según Ochmanek, es que los drones estarán presentes en conflictos en los que participen incluso las naciones más poderosas, incluso a mayor escala que en Ucrania. En lugar de desplegar drones individuales, cada uno de los cuales está controlado por un único operador humano, como en Ucrania, Estados Unidos podría desplegar enjambres masivos de drones que funcionen de forma autónoma.

En las primeras horas de un conflicto con una gran potencia, como China, podrían ayudar a Estados Unidos a asegurarse una ventaja clave, afirma Ochmanek. 

"En las primeras horas de un conflicto con China, no en semanas o días, sino en horas, tenemos que encontrar la forma de caracterizar lo que está ocurriendo en ese espacio de batalla, identificar los objetivos de mayor interés, rastrearlos y atacarlos para destruirlos", asegura Ochmanek.

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China intenta neutralizar los planes bélicos de Estados Unidos

Durante años, un problema ha atormentado a los planificadores militares estadounidenses.

Ya en la década de 1990 y principios de la de 2000, Estados Unidos desarrolló tácticas para acabar rápidamente con los sistemas de mando y las defensas aéreas del enemigo mediante una combinación de vigilancia por satélite y misiles guiados de precisión. 

Estados Unidos desplegó esta táctica con efectos devastadores contra Irak en 1991 y 2003. Estados Unidos aniquiló las defensas aéreas iraquíes en cuestión de horas, lo que le permitió controlar el campo de batalla y el espacio aéreo. 

China, que estaba adquiriendo rápidamente poderío económico y militar, observó lo que pasaba y modernizó urgentemente su ejército y refinó sus tácticas.

Encontró formas de desplazar u ocultar sus sistemas de defensa aérea y otros objetivos potenciales, dificultando su localización y posible destrucción por parte de Estados Unidos, explica Ochmanek. También desarrolló tecnología para ocultar la ubicación de armas y otros emplazamientos clave a los satélites "deslumbrándolos", según los analistas militares estadounidenses.

Estados Unidos tuvo que volver a la mesa de dibujo para recuperar su ventaja. Y ahí, dice Ochmanek, es donde podrían entrar los drones.

Un enjambre de drones ofrece ventajas clave en la identificación de objetivos en las primeras horas de un conflicto.

Pueden desplegarse en cantidades tan enormes que superen a los sistemas de defensa antiaérea. Una vez allí, pueden transmitir datos en directo a operadores humanos que los utilizarían para guiar ataques con misiles de precisión.

Aunque Estados Unidos utiliza drones mucho más caros que los de Ucrania, siguen siendo muy baratos en comparación con muchos equipos militares, como los aviones de combate.

"El enjambre de drones nos parece una forma sólida de hacer lo necesario para obtener la información que necesitamos para que la limitada letalidad que podemos generar en esas primeras horas y días de guerra se aplique con eficacia y eficiencia", afirma Ochmanek.

Robots asesinos

Pero los críticos advierten de que los enjambres de drones podrían dar paso a un futuro aterrador.

Según los planes de enjambres de aviones no tripulados previstos por los expertos militares, las máquinas dependen de los humanos para tomar decisiones antes de realizar cualquier ataque real. Los drones solo dan información.

No sería un gran salto tecnológico dar a los drones el poder de tomar también esas decisiones por sí mismos. Pero la perspectiva de traspasar ese límite moral está haciendo saltar las alarmas. El año pasado, varios países pidieron en las Naciones Unidas restricciones al desarrollo y uso de drones autónomos capaces de tomar decisiones de vida o muerte.

Estados Unidos y China se opusieron a ese plan, argumentando que las restricciones actuales sobre el uso de cualquier tipo de armas para atacar indiscriminadamente a civiles eran suficientes para excluir un futuro de robots asesinos.

Kallenborn, el analista, sí apoya restricciones más explícitas, argumentando que los enjambres de drones podrían considerarse armas de destrucción masiva y, por tanto, deben prohibirse. Un problema clave, explica, es que la tecnología puede cometer errores. Y como los drones se comunican entre sí, un error podría propagarse y multiplicarse rápidamente. 

"Los enjambres de drones autónomos y armados deberían tener restricciones en su uso, especialmente los enjambres de drones dirigidos contra seres humanos. Sabemos que las armas autónomas son propensas a cometer errores; un enjambre de drones multiplica por mil ese riesgo", afirma Kallenborn. 

"Un dron sensor podría identificar erróneamente un autobús escolar como un tanque, y decir a otros 10 drones que lo vuelen también", añade. Ochmanek insiste en que las decisiones sobre los objetivos de los enjambres de drones deben seguir siendo tomadas por humanos, y que la IA sólo debe sintetizar los datos. 

"Mientras exista un enlace de comunicación entre el enjambre de drones y los operadores humanos en la retaguardia, los humanos evaluarán por sí mismos hasta qué punto el enjambre está realizando evaluaciones precisas", subraya. 

Contrarrestar los enjambres

Además de desarrollar planes para desplegar enjambres de drones, las empresas de defensa están trabajando en un manual para contrarrestarlos. Se está investigando cómo eliminarlos utilizando láseres o microondas, aunque ambos métodos tienen sus propios inconvenientes.

Otra posibilidad, según Ochmanek, es que los enjambres de drones se programen para atacar a otros enjambres de drones. Hasta ahora, añade, no se ha encontrado ninguna solución mágica para contrarrestar los enjambres. 

Y a pesar de los temores que suscita su autonomía, parecen dispuestos a desempeñar un papel central en las guerras del futuro.

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