La inteligencia artificial puede ser tendenciosa, pero quizá lo sea menos que nosotros.

Esta es una posibilidad a la que no se le presta tanta atención en el debate acerca de cómo la IA podría rediseñar nuestros puestos de trabajo, especialmente en lo que respecta a las contrataciones.

Es posible que la IA, adquiriendo un papel de guardián, haga un mejor trabajo que los humanos a la hora de reducir  los sesgos en la forma de conseguir empleo. Esto podría contribuir a que las habilidades, y no los títulos o los contactos, desempeñen un papel más importante sobre quién liderará el mercado laboral en los próximos años.

Andreas Leibbrandt, economista de la Universidad australiana de Monash, confía en encontrar formas de reducir las barreras que impiden a los candidatos acceder a determinados puestos de trabajo. Leibbrandt asegura a Business Insider que su investigación indica que la IA puede ser más imparcial a la hora de evaluar a los candidatos a un puesto de trabajo en un campo dominado por los hombres como la tecnología, donde los hombres tienden a contratar a otros hombres.

Eso no significa que los humanos no deban tomar la decisión final sobre quién recibe la oferta de trabajo, afirma Leibbrandt. Para él, la IA es una herramienta, como un cuchillo: "Si no sabes utilizarlo, te vas a cortar, pero si aprendes a usarlo, podrás hacer la comida más rápido", dijo. "Así es como yo lo veo. Creo que puede transformar radicalmente el espacio de contratación".

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Según la investigación de Leibbrandt, las mujeres que buscan empleo en el sector tecnológico parecen estar a favor de la IA como sustituto de los reclutadores humanos. "Lo que salta a la vista de forma notable es el hecho de que las mujeres sienten que se enfrentan a prejuicios cuando son evaluadas por humanos", afirma Leibbrandt. "Su preocupación es mucho menor cuando las evalúa la IA".

Leibbrandt se interesó por el sector tecnológico porque los datos anecdóticos de muchas mujeres mostraban que sufrían prejuicios cuando buscaban trabajo. Y, según él, en ese entorno prevalece la presencia masculina y el amiguismo. La investigación corrobora que las mujeres podrían estar dando en el clavo.

"Observamos que cuando los responsables de la contratación conocen el sexo de los candidatos, discriminan a las mujeres. Si eliminamos el sexo, no hay diferencias", afirma Leibbrandt. 

Para poner a prueba cómo trataría la IA a los solicitantes de empleo, Leibbrandt y sus colegas publicaron anuncios de puestos tecnológicos reales e incluyeron una línea que indicaba que la solicitud de una persona sería revisada por un equipo de contratación o por la IA. Cuando la IA estaba llevando el proceso, al menos en la selección inicial de las solicitudes, las mujeres eran más propensas a presentarse para el puesto. Según Leibbrandt, esto significa que las mujeres consideran que vale la pena dedicar tiempo a rellenar la solicitud.

"Las mujeres son menos propensas a abandonar cuando se les informa de que están siendo evaluadas por la IA en vez de por personas", explica. Leibbrandt afirma que esto no significa que a las mujeres no les preocupen los prejuicios de la IA. Solo piensan, en términos generales, que es menos preocupante que el sesgo de las personas, dijo.

Leibbrandt señala que, en el caso de los hombres del experimento, ocurrió lo contrario cuando se les dijo que su solicitud sería evaluada por la IA y no por un equipo de contratación: fue menos probable que completaran la solicitud.

"Es casi como si se hubiera eliminado un privilegio al tener IA en lugar de reclutadores humanos", afirma, refiriéndose a los solicitantes masculinos.

Hay otras formas en las que la IA podría intervenir en el proceso. La tecnología también podría ayudar puntuando las cualificaciones de los candidatos. Cuando esto ocurrió en dicho estudio, los jefes de contratación masculinos no tuvieron sesgo contra las mujeres.

Leibbrandt afirma que otras investigaciones indican que se da un patrón similar en lo que respecta a la raza. Estos estudios están algo limitados por los tamaños pequeños de las muestras, pero los primeros indicios apuntan a que las mujeres no blancas, por ejemplo, podrían sentir que tienen más posibilidades de conseguir un trabajo cuando la IA hace la primera pasada por una pila de curriculums.

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Otros trabajan en formas en que la IA podría mejorar el proceso de contratación. Barb Hyman es la fundadora y CEO de Sapia.ai, que utiliza chats de texto con IA para seleccionar a los candidatos. Se aleja de herramientas como las que permiten al candidato grabar un vídeo respondiendo a varias preguntas o presentarse a una entrevista en persona.

Hyman, que ha trabajado como directora de recursos humanos, afirma que un chat de IA sin límite de tiempo ejerce mucha menos presión sobre las personas y puede facilitar las cosas a quienes se sientan intimidados por una entrevista en vídeo o piensen que van a ser descartados por su perfil.

"Las diferencias entre un proceso de solicitud a ciegas y algo en lo que tengo que hacer un vídeo o tengo que presentarme en persona son muy significativas para un gran grupo de candidatos", explica a BI.

Hyman asegura que tener esa selección inicial hecha por la IA puede hacer que los responsables de contratación ofrezcan a los candidatos una revisión más justa.

"No puedo enseñarte a eliminar tus prejuicios inconscientes porque son inconscientes. Por eso, si el mercado en general quiere integrar la igualdad y avanzar hacia la diversidad, hay que utilizar la IA", sentencia.