Europa acaba de presentar el borrador que confirma los peores temores de las gigantes tecnológicas, aunque reivindica que no son normas "en contra de nadie"

La vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Margrethe Vestager.
La vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Margrethe Vestager.
  • Margrethe Vestager y Thierry Breton, vicepresidenta de la Comisión y comisario de Mercado Interior, han presentado el borrador de dos nuevas propuestas de reglamentos.
  • Son el Reglamento de Servicios Digitales y el Reglamento de Mercado Digital, cuyo debate arranca ahora y se prolongará durante al menos 2 años.
  • Cumplen los temores de las tecnológicas, con sanciones de hasta el 6% de su facturación anual si no se acatan las normas.
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Multas de hasta un 6% de su facturación anual o sanciones periódicas de hasta 5 años que no superen el 1% de la facturación diaria de una gran compañía tecnológica.

Estas son las sanciones que las autoridades europeas han planteado en el primer borrador oficial y público de la nueva Digital Services Act, que se ha presentado este mismo miércoles en un acto al que han acudido la vicepresidenta de la Comisión Europea, Margrethe Vestager, y el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton.

La DSA es finalmente un reglamento, "y no una directiva", ha remarcado el comisario Breton, razón por la cual, una vez prospere en el Parlamento Europeo —en un debate que se podría prolongar durante los próximos dos años— será una nueva orden europea de obligado cumplimiento en todos los estados miembros. Cada país tendrá que transponer forzosamente el nuevo Reglamento de Servicios Digitales.

Junto al Reglamento de Servicios Digitales, las autoridades europeas también han presentado la Digital Market Act, o Reglamento de Mercados Digitales. Breton ha recordado en una comparecencia que se trata de dos nuevas regulaciones que no se han pensado ni desarrollado "en contra de nadie", sino "para" la gente. "Los ciudadanos, la democracia, las compañías y para la competencia", ha defendido.

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La DSA la puedes consultar ya aquí. Es un documento de más de 80 páginas que define qué es una plataforma en línea y cuáles son los riesgos intrínsecos que causa. Por ello, la nueva norma propone que cada estado miembro cree la figura del Coordinador de Servicios Digitales, que estará cooperando siempre con sus homólogos en otros estados europeos. Un rol similar al de la Agencia Española de Protección de Datos.

Por ejemplo, si una gran plataforma digital está en otro estado europeo y el Coordinador de Servicios Digitales español desea abrir una investigación por algún tipo de problema —que Amazon haya compartido datos incorrectos sobre su número de usuarios, o no se haya eliminado eficazmente contenido ilícito como falsificaciones a la venta—, este tendrá que ponerse con su homólogo en Luxemburgo.

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Por su parte, la DMA, que también se puede consultar pinchando aquí, plantea que las plataformas se tendrán que abstener de combinar los datos personales de usuarios recopilados en uno de sus servicios con los datos recopilados en otros servicios o en servicios de un tercero, lo que podría poner en aprietos el tráfico masivo de datos entre grandes multinacionales como Facebook.

Además, restringirá también a las plataformas de favorecer sus propios productos mediante el caso del bloatware: en otras palabras, se acabó el uso de aplicaciones preinstaladas en teléfonos móviles y otros dispositivos que no se pueden desinstalar.

Un estudio europeo ha determinado cuáles son algunas de las actitudes que podrían ser punibles con los nuevos reglamentos y entre las empresas que aparecen, destacan Booking, Apple, Amazon, Uber, Google o Microsoft.

"No pensamos que haya empresas demasiado grandes"

Estos son algunos retazos de la DSA y de la DMA, que se acaban de publicar en la web de la Comisión Europea, y que se venían esperando desde hace meses. Vestager, vicepresidenta de la Comisión, ha destacado que ambas regulaciones serán muy complejas, y ha hecho una analogía con la implementación de las primeras normas para el tráfico en carretera, que se dieron en EEUU hace más de un siglo "como respuesta a una gran disrupción tecnológica, la invención del automóvil".

"Al igual que en carretera, necesitamos normas para el tráfico en línea con las que llevar al caos el orden", ha defendido la comisaria, que ha avanzado las tres razones principales que han llevado a la Comisión Europea a trabajar en la DSA: "La seguridad, la transparencia y el cumplimiento de la ley".

"Introducimos nuevos tipos de diligencias para obligar a las plataformas en línea a eliminar contenidos perjudiciales o dañinos y a explicar a los usuarios por qué han sido eliminados. Los marketplaces también deberán comprobar la identidad de los terceros vendedores para evitar la venta de falsificaciones", ha destacado.

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En cuanto a transparencia, la DSA exigirá a las grandes tecnológicas que detallen cómo funcionan sus algoritmos para recomendar contenido y otorgará a los países miembros más herramientas por velar la ley y que las plataformas cumplan con los nuevos reglamentos.

Frente a las críticas de think tanks estadounidenses y grandes multinacionales, que ven en estas nuevas normas una suerte de prejuicio contra las multinacionales tecnológicas, Thierry Breton, comisario de Mercado Interior, ha tratado de zafarse de esa idea. "Nadie piensa en Europa que existan compañías demasiado grandes. No pensamos eso".

"Lo que queremos es dar claridad y objetividad. En Europa todo el mundo es bienvenido, pero es nuestra responsabilidad trazar líneas de responsabilidad y determinar una dirección para proteger lo que es importante para nosotros", ha remarcado el comisario. "Esto no implica desmantelar compañías porque pensamos que son demasiado grandes".

"No son normas contra nadie, sino para alguien: para la democracia, para las compañías, para la innovación, para la competencia". Aunque ha reconocido que sanciones "claro que hay".

Los matices de Fronteras Electrónicas

Fronteras Electrónicas es una fundación que vigila la red desde hace décadas y sirve como contrapoder para aquellas legislaciones que puedan resultar liberticidas para la misma. Ha publicado este mismo miércoles unas primeras impresiones de las nuevas propuestas de reglamentos europeos y aunque entiende que en un primer momento las plataformas quedan exentas de responsabilizarse de lo que publiquen sus usuarios, "el demonio está en los detalles".

El temor de Fronteras Electrónicas es que esta nueva normativa provoque que las redes sociales, por ejemplo, acaben convirtiéndose en redes de censura previa en la que un actor privado pueda determinar qué se puede decir y qué no. 

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"Lo que hemos encontrado [en la propuesta de Reglamento de Servicios Digitales] es una bolsa de varias propuestas mezcladas". "La Comisión va por el buen camino poniendo límites a la eliminación de contenidos y permitiendo a los usuarios enfrentarse a decisiones que puedan ser censura. También nos congratula ver cómo el rastreo masivo de usuarios no es una opción política", apuntan aquí.

"Pero la propuesta no ahonda en el control de los usuarios sobre sus datos ni establece un marco para exigir a las plataformas que sean interoperables". Fronteras Electrónicas entiende que la manera más eficaz de romper con cualquier tipo de monopolio es exigiendo que los usuarios de una red social u otra puedan conversar sin problema. Por ejemplo, un usuario de Twitter pueda enviarse mensajes con un usuario de Facebook.

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