Cómo ser un buen jefe, siguiendo la teoría del 'elefante y el jinete'

Personas en una reunión.

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  • Saber gestionar a los empleados no es fácil, pero a través de la inteligencia emocional se puede liderar con éxito un equipo. 
  • El psicólogo Goleman propone la empatía, la regulación de las emociones, la gestión empresarial y la conciencia emocional.

Para ser un buen jefe no basta con tener conocimientos del área, sino que es preciso tener una gran habilidad emocional, que sepa transmitir a los empleados la dirección de la empresa, que les motive para conseguir sus objetivos y que sea empática con sus necesidades.

Navegar entre las aguas administrativas de una empresa y ser al mismo tiempo aliado de los empleados, un mentor y un líder puede parecer más una lista de deseos que una realidad, pero es posible si se cuenta con un plan de gestión emocional.

El afamado psicólogo Jonathan Haidt explica en su libro The Happiness Hypothesis que, si aprendemos a gestionar nuestras emociones internas, podremos extender esa habilidad también a nuestro entorno y lo hace a través de la teoría del elefante y el jinete.

Según Haidt, todos poseemos, a grandes rasgos, una parte emocional primitiva, en la que sentimos emociones y reaccionamos con ellas ante el mundo y, por otro lado, una parte racional, en la que elaboramos planes y pensamos.

La parte emocional es, en su fábula, representada por un elefante. Es una entidad poderosa e inmediata, mientras que la parte racional, el jinete, es más débil, pues precisa de más tiempo y esfuerzo para desarrollarse pero ostenta la capacidad de controlarla.

Aunque ambos suele trotar en armonía, a menudo surge el conflicto entre el elefante y el jinete  e incurrimos en acciones que sabemos que no deberíamos hacer, o todo lo contrario, procrastinamos cuando tenemos una entrega pendiente. 

La pugna entre estas dos dimensiones de nuestra psique, según Haidt, deriva la mayoría de las veces en una victoria de la parte más emocional. Por ello, solo con un férreo control sobre las emociones podemos convencer al elefante a que se dirija hacia donde queramos.

El psicólogo Goleman también habla de esta teoría en su libro Emotional Intelligence: Why It Can Matter More Than IQ, en el que simboliza el elefante con la fuerza laboral y el jinete con las decisiones que debe tomar un jefe. 

Según Goleman, un buen líder debe ser capaz de ser empático con sus empleados y de transmitirles, a través de la inteligencia emocional, la necesidad de aplicar las directrices empresariales.

La inteligencia emocional es un ámbito de estudio muy amplio que ha tenido diversas aplicaciones en la psicología moderna. 

En lo relativo al mundo laboral, la teoría de Emotional Labor del sociólogo Arlie Hochschild, publicado en 1980, establecía que el control interno de los sentimientos permitía alcanzar una mayor productividad.

Goleman, sin embargo, va un paso más allá y sugiere que un buen líder debe emplear la inteligencia emocional no sólo para gestionar sus propios conflictos internos, sino para dirigir a su equipo hacia un próspero clima laboral. 

Según explica, lo importante es que los empleados estén satisfechos con la dirección para sacar lo mejor de sí mismos.

Para conseguir este objetivo, que a fin de cuentas es el que marca si un trabajador es o no un buen jefe, Goleman propone cuatro habilidades que pueden aprenderse para desarrollar esta faceta laboral con éxito, a saber, la conciencia emocional, la regulación de las emociones, la empatía y la gestión empresarial.

La conciencia emocional

Para empezar, la conciencia emocional implica que el jefe haga un análisis propio de lo que puede conseguir, cuáles son sus fortalezas y sus debilidades, de modo que pueda trabajar en ellas o, en su caso, solicitar ayuda.

La regulación de las emociones

La segunda habilidad es la que permite regular las emociones para identificar si tenemos prejuicios sobre otros, calmarnos si nos sentimos alterados y reflexionar para dejar paso a nuestra vertiente más racional.

Solo una mente dispuesta a hacer una tarea de control emocional puede identificar con éxito las emociones más intensas y, sin suprimirlas, examinarlas para determinar si son adecuadas.

La empatía

La tercera habilidad es la empatía y probablemente una de las más cruciales, ya que los jefes sin empatía no pueden motivar con éxito a las personas que tienen a cargo.

Más de un empleado siente que su jefe no le escucha como debería y que no entiende las dificultades que encuentra en su día a día. Por ello, Goleman explica que es preciso trabajar en la empatía, dedicando tiempo a reflexionar sobre el feedback que recibe de otros trabajadores.

La gestión empresarial

Por último, el psicólogo alude a la gestión empresarial, entendida como la habilidad para inspirar e influenciar positivamente a un equipo. 

Para desarrollarla, propone una serie de acciones como proponer actividades de ocio en equipo, los conocidos team building, abrir un espacio de comunicación con los empleados y permitir la resolución de conflictos en un espacio dedicado a ello.

Todas ellas son destrezas que todo empleado puede adquirir con un poco de práctica y con pericia, si bien es cierto que están fuertemente ligadas a la cultura empresarial. 

En España, las empresas que mejor nota han sacado en las encuestas de satisfacción laboral del portal de empleo Infojobs el pasado 2022, apuestan por tener un clima empresarial abierto a la comunicación, donde los empleados se sienten escuchados y tienen oportunidades de crecimiento.

Entre ellas, se encuentran Carrefour, Grupo El Corte Inglés, Mercadona, Amazon, Inditex, Decathlon Ikea, Colgate-Palmolive, Lidl y Victoria’s Secret.

No obstante, el estudio está marcado por los comentarios de sus empleados, y por ello pequeñas empresas que gozan de un espléndido ambiente no cuentan con el suficiente número de votos para aparecer en el estudio.

Con todo, el terreno de estudio que abarca la inteligencia emocional en el trabajo se encuentra en constante evolución y es uno de los pilares en los que trabajan los equipos de recursos humanos para reducir la rotación laboral y mejorar la productividad de la compañía a nivel global.

Por ello, si te encuentras en la situación de un ascenso y quieres dar lo mejor de ti, invierte tiempo en mejorar tu inteligencia emocional para poder liderar con éxito tu equipo de trabajo.

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