3 gráficos de Santander que muestran cómo ha impactado ya el coronavirus en los bancos y advierten del efecto que tendrá en el sector y en la economía

El impacto del coronavirus empieza a reflejarse en las cuentas de las empresas. Aunque la paralización de la economía llegó justo al final del primer trimestre, los bancos han comenzado a preparar sus cuentas para blindarse ante el efecto económico que prevén tendrá la pandemia en 2020. 

Santander realizó una dotación de provisiones de 1.600 millones de euros en este primer cuarto del año para hacer frente a los escenarios económicos que maneja, que estarían en un entorno similar a los presentados por el FMI que prevén una caída del PIB de España en 2020 del 8%. Esto le ha llevado a una caída del beneficio del 82%. 

Bankinter presentó las cuentas del primer trimestre la semana pasada, también con un recorte del beneficio por el impacto del COVID 19. En su caso, fue el 10% con una dotación de provisiones 107 millones de euros. Son los primeros en presentar resultados de este periodo, pero todo parece indicar que no serán los últimos en ver el impacto en sus cuentas y que el resto de entidades seguirá su estela. 

Hay que recordar, que la paralización de la economía en Europa comenzó a mediados de marzo, por ejemplo, en España el estado de alarma entró en vigor el 15 de marzo. Mientras que en otros mercados importantes para Santander, como México o Brasil del la enfermedad les azotó más tarde. Brasil representó un 29% del beneficio del grupo en el primer trimestre, España fue un 14% y México, un 10%. 

Pero el impacto llegará. La entidad considera que las provisiones realizadas son una estimación anticipada en préstamos a causa de la pandemia. Aunque, todavía es pronto para conocer todos los efectos económicos finales que tendrá la crisis. 

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Esta idea de incertidumbre, tanto en los efectos como en la velocidad de recuperación de la economía, ha sido uno de las más repetidas por el consejero delegado de Santander José Antonio Álvarez durante la rueda de prensa tras la presentación de resultado del primer trimestre. 

“Tenemos muchas incertidumbres”, ha dicho Álvarez, tras referirse a que se está viviendo una crisis "de elevada intensidad". "Hay muchísimos escenarios sobre la intensidad y la duración de la crisis, pero nosotros mantenemos los pilares de nuestra estrategia", ha apuntado en otro momento el directivo. 

Más allá del impacto que ha tenido en las cuentas del primer trimestre en el banco, Álvarez ha presentado varios datos sobre cómo está siendo la evolución del crédito en este mes de abril, con la paralización de la economía. 

La foto que se dibuja apunta un incremento de los préstamos en el segmento de empresas para garantizar la liquidez en un momento de parálisis de la actividad, mientras que se desploma el crédito de hipotecas (el grueso de la cartera hipotecaria de Santander se radica en Europa) y cae el crédito al consumo. 

La evolución del crédito al consumo cae un 25% si se compara abril con el mes de febrero. 

El impacto en la economía del COVID 19 ha llevado una caída del crédito al consumo. En un momento en el que el empleo se está viendo penalizado, los hogares contienen el gasto. La incertidumbre no llama a hacer grandes compras. 

El nuevo crédito hipotecario se desploma en abril 

El mercado inmobiliario vive un momento de inactividad con la crisis del coronavirus. Esto se nota en el registro del nuevo crédito hipotecario, las nuevas hipotecas caen un 60% si se comparan los datos de Santander de abril frente a los de febrero, el último mes completo con actividad. 

La producción de préstamos para empresas se dispara

Los préstamos para empresas se han duplicado si se comparan los datos de abril de este año con los de febrero. Un dato que muestra la necesidad de las empresas de garantizar la liquidez para sus negocios. 

En el caso de España, Álvarez ha explicado que han agotado los avales que el ICO les había otorgado y que siguen teniendo demanda. En este contexto, se han cerrado más de 60.000 operaciones, ya aprobadas o en trámite, por valor de unos 9.600 millones de euros. A esto se suman 176.000 operaciones concedidas fuera del marco de los avales del ICO por un valor de 12.000 millones de  euros.