España deja en manos de Europa decidir si se usará una app para rastrear contagios de coronavirus que centralice los datos de los ciudadanos

Un hombre mira su smartphone llevando mascarilla en una tienda de productos sanitarios en Viena, Austria.
Un hombre mira su smartphone llevando mascarilla en una tienda de productos sanitarios en Viena, Austria.
  • El desarrollo de una tecnología que permita a los ciudadanos saber si se han cruzado con un contagiado de COVID-19 gracias a las señales de sus móviles se divide.
  • Por un lado, el protocolo PEPP-PT NTK defiende una gestión central de los datos de los usuarios, y el D3-PT defiende que esa información permanezca en los móviles.
  • "El PEPP-PT crea una base de datos a escala poblacional de interacciones entre personas, que contiene grupos de familias, amigos, empleados y movimientos sociales y políticos", denuncia a Business Insider España Michael Veale, del DP-3T.
  • La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, asegura que el Gobierno sigue "fielmente" a los organismos internacionales.
  • La Comisión Europea no establece como requisito que la gestión de los datos de los ciudadanos sea descentralizada. Suiza, por su parte, ha optado por esta última opción.
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Cintillo especial Coronavirus

Europa debate cómo serán las apps de móvil que rastrearán los contactos entre vecinos para cortar cadenas de contagios de coronavirus. Un consorcio europeo, el PEPP-PT, defendió en un primer momento una solución que abogaba por descentralizar los datos de los ciudadanos, de modo que fuese más difícil vulnerar su privacidad.

A última hora, el consorcio PEPP-PT decidió apoyar una solución distinta y "más opaca", según sus críticos. La Comisión Europea, por el momento, no incluye entre sus requisitos que los datos de las futuras aplicaciones tengan que gestionarse de forma descentralizada. Sí era una condición indispensable para muchos activistas de la privacidad o para el Computer Chaos Club, una de las mayores asociaciones de hackers de toda Europa.

Pero mientras las críticas se redoblan, el Gobierno de España no aclara su posición. Fuentes del Ministerio de Economía aseguraron el lunes a Business Insider España que el Gobierno continúa adherido al PEPP-PT, aunque estaban "analizando las diferentes opciones y la evolución de ambos modelos".

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Frente al PEPP-PT está el protocolo DP-3T, desarrollado por investigadores suizos, belgas, neerlandeses, alemanes, italianos y británicos. Desde el primer momento, el DP-3T liberó su código para que este fuese auditado por todo el mundo, y abogan por descentralizar la gestión de los datos para evitar que la información de los ciudadanos pudiese dejar de ser anónima.

Tras el giro en la postura del PEPP-PT —que al principio respaldaba descentralizar estos datos—, el DP-3T se marchó del consorcio y ha anunciado ahora que serán los responsables de poner en marcha la app que rastreará los contactos una vez que el confinamiento se levante en Suiza.

Michael Veale, fundador del DP-3T, denuncia a Business Insider España que el PEPP-PT propone "crear una base de datos a escala poblacional de interacciones entre personas, que contiene grupos de familias, amigos, empleados y movimientos sociales y políticos".

Europa no exige una gestión de datos descentralizada, como abogan en el DP-3T

Una mujer comprueba su móvil en Madrid, durante la crisis del coronavirus.
Una mujer comprueba su móvil en Madrid, durante la crisis del coronavirus.

Suiza, no obstante, no forma parte de la Unión Europea. España, por otro lado, deja en manos de la Comisión Europea esta decisión, a la que tendrá que informar de sus planes antes de que termine mayo. Lo confirmó la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, a preguntas de Business Insider España.

"Lo que estamos haciendo con las apps que permitirán la gestión de la desescalada es seguir fielmente a los organismos internacionales. Tanto la OMS como la Comisión Europea han pedido que se desarrollen apps que puedan favorecer la gestión voluntaria de los ciudadanos de esa situación de desescalada", apuntó.

El problema es que la Comisión Europea, en un artículo publicado el pasado 16 de abril, hacía un escueto briefing sobre cómo debía ser la tecnología que ayudara a rastrear a los ciudadanos para poder rebajar la cuarentena. El objetivo de esta tecnología es que mediante los móviles todo el mundo sepa si se ha cruzado con un infectado por coronavirus, para que proceda a confinarse en casa, evite contagiar a más personas, y de este modo evitar nuevos brotes epidémicos.

En estos requisitos planteados por Europa, en ningún momento se utiliza la palabra "descentralizados". Para la Comisión Europea no es importante que la gestión de los datos de los ciudadanos, de la privacidad de las personas, esté repartida o en manos de una suerte de servidor central.

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Calviño defiende que el Gobierno está trabajando con las autoridades comunitarias: "Participamos en las discusiones que se están produciendo, realizando pruebas, experimentos o análisis, para ver cuál puede ser la app más adecuada y que pueda ser de aplicación general en nuestro país". Pero al mismo tiempo, Calviño aseguró que el Ejecutivo mantiene "la vista puesta en el ámbito internacional".

"Un país como el nuestro, en el que el sector turístico es tan importante, tiene todo el interés en que cualquier aplicación informática sea interoperable y aplicable por los millones de personas que en un futuro vuelvan a España. Por eso trabajamos de forma tan coordinada", insistió.

El problema es que esa interoperabilidad solo se daría, de momento, en la Comisión Europea. Según Politico: ocho países ya están desarrollando sus apps basándose en el código que centraliza datos de PEPP-PT, una solución alemana llamada NTK. "Además, otros 40 se han adherido", detalla el medio. Suiza, por su parte, apuesta por el DP-3T

Startups alemanas defienden el PEPP-PT y dicen que el DP-3T deja los datos de los ciudadanos en manos de Google y Apple: el DP-3T responde

La idea del PEPP-PT es que los dispositivos móviles registren unos códigos encriptados provenientes de los teléfonos de las personas con las que te cruces por la calle. Se transmitirán a través de Bluetooth, y la idea es que la app te avise cuando se detecte que te has cruzado con un positivo por coronavirus para que procedas a aislarte en casa y así evitar contagiar a más personas.

El protocolo DP-3T que se desarrolló inicialmente bajo el paraguas del PEPP-PT es similar, pero la diferencia radica en que los códigos no se subirían a un servidor en cuanto se detectase un positivo. El protocolo DP-3T defiende que esos códigos permanezcan anonimizados en los dispositivos móviles de los usuarios. Entiende, según una reciente guía de aclaraciones, que de este modo el responsable de la red —por ejemplo, los gobiernos— podrán ser capaces de descifrar cómo se están moviendo las personas de forma individualizada.

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Esto ha servido para que varias startups alemanas, según relata Politico, hayan criticado al protocolo DP-3T asegurando que mantener los datos de los ciudadanos en los teléfonos significaría dejar, por lo general, la privacidad de las personas en manos de las dos compañías que desarrollan la mayoría del software para dispositivos: Google y Apple.

300 científicos firmaron una carta abierta a los gobiernos después de que el PEPP-PT adoptase una tecnología centralizada. Y el propio DP-3T responde a esas acusaciones. Lo hace Michael Veale, uno de sus fundadores: "Todos los sistemas, tanto los centralizados como los descentralizados, almacenan datos en el teléfono. Es una locura decir que porque los datos se procesen en el teléfono estos estén 'en manos' de Apple y Google".

"La única solución para eso es no usar un teléfono", advierte Veale.

Por su parte, el miembro del colectivo que propone el sistema DP-3T incide: "En nuestro sistema nunca se crea una base de datos central de información privada. El PEPP-PT crea una base de datos central a escala poblacional de interacciones entre personas, que contiene grupos de familiares, amigos, empleados y movimientos sociales políticos". "La diferencia es enorme y aterradora".

Aunque Google y Apple anunciaron que estaban trabajando en un código para implementar estas nuevas tecnologías —que abre la puerta al uso del protocolo Bluetooth con baja intensidad, para no gastar demasiada batería—, lo cierto es que en un principio ambas tecnológicas rubricaron su apoyo al protocolo DP-3T, el descentralizado. 

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