La crisis de Evergrande es "el principio del fin del modelo de crecimiento de China tal y como lo conocemos" y la economía de todo el planeta cambiará

Ben Winck,Nick Lichtenberg,Andy Kiersz,
Trabajadores junto a la sede de Evergrande en Shenzhen, al sureste de China.
Trabajadores junto a la sede de Evergrande en Shenzhen, al sureste de China.NOEL CELIS/AFP via Getty Images
  • El colapso de Evergrande supondrá un giro en la historia del capitalismo chino. 
  • Xi Jinping ha estado centralizando el poder durante años y ahora están quebrando por su elevada deuda. 
  • El problema para Xi Jinping y China es que la deuda del sector inmobiliario ha tenido mucho que ver con el crecimiento del país y el mundo ha llegado a depender mucho del rápido crecimiento de China. 
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La crisis del gigante inmobiliario chino, Evergrande, es el punto de partida de un giro económico colosal.

En su momento, el titán chino se convirtió en una de las historias de éxito más grandes del país, y su hundimiento o reflote podría rediseñar la economía de todo el planeta. 

China ha sido "la fábrica del mundo" desde los años 90, época en que comenzó una expansión económica histórica.

Desde entonces, la cuota de porcentaje sobre el PIB mundial del país asiático se ha disparado del 1,6% de 1990 hasta el 17,4% en 2020.

Algunas compañías crecieron a una velocidad cegadora a medida que el Partido Comunista Chino relajaba las condiciones de deuda y ofrecía financiación barata, en una apuesta por potenciar la expansión.

Este sistema recibió el nombre de "capitalismo con características chinas", y hubo pocas empresas que confiaran tanto en los mercados de deuda como Evergrande.

La compañía es el segundo promotor inmobiliario más grande del país, con más de 1.300 edificios en 280 ciudades, de acuerdo con la página web de la empresa.

Su expansión hacia otros sectores, mientras tanto, también le ha llevado a tener dos parques de atracciones en propiedad, una marca de vehículos eléctricos, y un club de fútbol. Y la hora de pagar los extraordinarios préstamos por fin ha llegado.

Evergrande debe más de 300.000 millones de dólares a sus inversores, y un impago de su deuda podría dejarles sin efectivo o propiedades durante un largo tiempo.

Los documentos de regulación de revelados en agosto muestran que el monto total de la deuda ha sobrepasado a la compañía, que a finales de septiembre avisó del "riesgo de impago", y vio como las agencias reducían su índice crediticio.

Pese a que esta no es la primera vez que China se enfrenta a un gran impago, el presidente del país, Xi Jinping, está ahora convencido de reformar el mercado inmobiliario. 

China está cambiando las reglas de su modelo de expansión económica, señalando el final de la "expansión capital sin orden".

En consecuencia, el gigante asiático ha estado recortando la deuda del sector inmobiliario desde 2017, argumentando que los miles de millones de dólares prestados están en riesgo de una burbuja económica.

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Paralelamente, las agencias reguladoras del presidente Jinping han puesto el foco en tomar medidas y centralizar poder en todos los ámbitos, ya sea prohibiendo los pagos con criptodivisas, o suspendiendo ofertas públicas de venta multimillonarias.

"Es el principio del fin del modelo económico de crecimiento de China tal y como lo conocemos", explica al New York TimesLeland Miller, CEO de la consultora China Beige Book.

"El término cambio de paradigma se sobreutiliza, por lo que la gente tiende a ignorarlo, pero es una buena manera de describir lo que está ocurriendo en estos momentos", añade.

Algunos expertos de Wall Street están de acuerdo con la afirmación.

El economista jefe de Morgan Stanley, Seth Carpenter, aseguró la semana pasada que "un cambio profundo de políticas en China está en camino, y los legisladores han comenzado un ciclo de restricciones reguladoras de largo recorrido".

Miller describe para Business Insider que este cambio lleva tiempo gestándose: "China no es y nunca ha sido una economía de libre mercado, aún habiendo disfrutado de su propia forma de capitalismo durante décadas".

Con Evergrande a pocas semanas para hacer los pagos de deuda antes de sobrepasar su fecha límite, la próxima evolución del capitalismo en China podría tomar forma pronto.

Naciones alrededor del planeta pueden acabar recibiendo como resultado de este proceso una forma de capitalismo que no han visto hasta ahora, uno que tendrá un efecto mariposa para sus propios mercados.

El presidente chino Xi Jinping en una reunión con el entonces vicepresidente de Obama y actual presidente de EEUU, Joe Biden.
El presidente chino Xi Jinping en una reunión con el entonces vicepresidente de Obama y actual presidente de EEUU, Joe Biden.

Frederic J. Brown/AFP via Getty Images

China y su encrucijada: ¿Mercado libre capitalista o control gubernamental?

Dado que permitir un impago de Evergrande impactaría a toda la economía china, Xi Jinping se encuentra en una encrucijada en la que debe decidir entre el capitalismo con características chinas u... otra cosa.

"¿Cómo explotas una burbuja que nadie, ni propietarios de casas hasta gobiernos locales, quiere que explotes?", pregunta en el Washington Post Travis Lundy, un analista independiente en Hong Kong.

"Nadie quiere que ocurra, porque si lo hace, va a haber mucho dolor", detalla.

La transición entre la manera tradicional de hacer negocios en China hasta esta nueva forma conllevaría nuevas crisis en todo el mundo.

Regulaciones rigurosas pensadas para limitar la polución del aire han contribuido a una tormenta perfecta que afecta a la energía, de igual manera que los cuellos de botella retrasando los envíos de carbón.

Apagones energéticos ocurridos han provocado el cierre de fábricas chinas en 20 de 31 provincias del páis, y millones de hogares han sufrido cortes de electricidad en la última semana.

Aun así, las restricciones del gobierno se han mantenido, forzando a las empresas energéticas a racionar la electricidad, en vez de suministrarla a mayor precio para los consumidores.

El miedo ante un posible colapso de Evergrande también se ha extendido hacia otros mercados chinos.

El precio de arriesgados bonos basura de deuda empresarial denominados en dólares se ha desplomado en las últimas semanas, a medida que la crisis se adueñaba de las portadas de medios.

Como consecuencia, las empresas chinas han visto como los préstamos se encarecían, causando preocupación entre inversores por si Evergrande no es la última empresa que se mete en problemas.

Un impago de Evergrande también puede disminuir la posición de China en la economía global.

China supuso el 27% del crecimiento global económico en 2019, y fue la única economía de gran tamaño que mantuvo el crecimiento en 2020.

Pero parece que Xi Jinping ha decidido que este tipo de crecimiento no es tan importante como el crecimiento destinado al Partido Comunista Chino.

Millones de hogares chinos probablemente verán como el valor de sus propiedades cae si la empresa fracasa. Este supuesto puede implicar un recorte en gastos y frenar la expansión económica china.

Lo más importante, no obstante, es que si China cambia su paradigma, el resto de la economía global tendrá que reajustarse.

Durante décadas, las empresas occidentales han potenciado sus beneficios trasladando su producción a China, donde es mucho más barato fabricar todo tipo de productos como microchips, ropa, o juguetes.

El ataque de China a su sector empresarial es parte de una estrategia de separación con Occidente, especialmente con Estados Unidos, un proceso que comenzó durante la administración de Trump y que ha continuado con Biden en la Casa Blanca.

Los apagones eléctricos en China interrumpen la actividad en las fábricas y pueden materializarse en un aumento de precios o problemas de inventario

Cuando China bloqueó repentinamente la OPV más grande de su historia el pasado otoño, la del magnate Jack Ma, banqueros y fondos de inversión en Nueva York perdieron una paga significativa.

Si Xi Jinping continua seriamente por este camino, la separación con Occidente puede intensificarse, y las compañías estadounidenses tendrán que encontrar nuevos socios que serán más caros.

Además del impacto global negativo, Miller detalla que este desarrollo también podría dañar a la propia economía de China.

"Un mayor control del estado puede contribuir a perpetuar el control del partido y su mensaje a corto plazo, pero es una receta para desincentivar la innovación en el medio y largo plazo", asegura.

En cuanto a qué sistema pasaría a sustituir el antiguo régimen, el presidente chino ha dejado caer en diversas ocasiones la "prosperidad común", que tiene como valor fundamental la lucha contra la desigualdad.

Este concepto es parte de "la escuela de pensamiento de Xi", que busca implantarse a medida que el líder chino incrementa su consolidación de poder, tras haber sido nombrado el "líder vital del partido" en septiembre de 2020.

El pasado agosto, el comité central del partido comunicó que "la fuerza del partido y del socialismo con características chinas son atribuibles al hecho de que el Marxismo funciona".

Es decir, que parece que China pronto será, de alguna manera, más comunista.

El pasado julio, con el ataque de Xi Jinping ya iniciado, el analista de la consultora Autolycus Advisory, Dominick Donald, declaraba en Foreign Policy: "El canario se ha muerto, salid de la jodida mina y dile a tus compañeros que se te sigan".

Otros analistas y expertos han explicado que los CEO de empresas occidentales se han mostrado reacios a escuchar noticias negativas provenientes de China, pero Evergrande es un canario muerto de grandes proporciones, y la mina está cambiando drásticamente.

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