Dentro de las oficinas de Zity, el carsharing de Renault en Madrid

Jakub Motyka
Nos colamos en las oficinas de Zity
  • Zity es uno de los servicios de coche compartido que opera en Madrid y cuyo modelo será llevado a París este mismo año.
  • Al ser los coches eléctricos compartidos con más autonomía, el uso de Zity tiene algunas peculiaridades.
  • Visitamos la sede de Zity en Madrid para conocer a fondo cómo funciona esta compañía.

El carsharing ha venido para quedarse: desde la llegada de Zity a comienzos de este año, por la capital circulan a diario más de 1.500 coches eléctricos de lostres servicios de coche compartido que operan en Madrid a la espera de la inminente llegada de Wible. La filosofía del servicio de Zity es sencilla: reservas el vehículo, te subes al coche y solamente pagas por los minutos que lo uses. Así, el concepto de coche en propiedad pasa a un segundo plano.

Por un precio de 0,26 euros el minuto —sin cuota de alta—, Zity permite utilizar sus coches eléctricos por toda la capital cualesquiera que sea la finalidad del usuario: hacer la compra, ir al trabajo, llevar a los niños a clase... el coche compartido va a cambiar para siempre la forma en que nos movemos por las grandes ciudades, y la llegada de este tipo de empresas es solamente el comienzo de la revolución que está por asentarse en los próximos años.

Zity destaca frente a Car2go o Emov por varias razones: sus coches eléctricos —la flota está formada por 500 Renault Zoe son los que más autonomía ofrecen –hasta 400 kilómetros según el ciclo NEDC, frente a los hasta 160 km (NEDC) de los Smart forTwo de Car2go o los hasta 150 km (NEDC) de los C-Zero de Citröen—, no tiene cuota de alta —al menos de momento— y dispone de una tarifa de stand-by para dejar el coche bloqueado mientras se hacen otras tareas.

Es por ello por lo que hemos querido "colarnos" en las oficinas de Zity esta compañía —una de sus principales competidoras nos denegó la propuesta alegando cuestiones de disponibilidad— para conocer a fondo cómo funciona un servicio de carsharing más allá de lo que se ve a primera vista.

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De cara al usuario, coger un coche de Zity no podría ser más sencillo: abres la app en el móvil —previamente habrás tenido que registrarte subiendo una fotografía del carné de conducir—, reservas el coche que quieras —por eso de que no lo coja otra persona antes de que llegues— y, una vez estés delante de él, te subes y empiezas a conducir. Así de fácil.

Entrada al garaje de Zity
Detalle de la entrada al garaje de Zity

Pero tras este sencillo proceso se esconde todo un trabajo de logística en el que intervienen 40 empleados que se encargan de garantizar que cada uno de los Zoe de Zity esté siempre en perfectas condiciones para circular. Eso incluye no solamente vigilar el nivel de la batería, sino también cuidar otros aspectos como la limpieza o las revisiones del mantenimiento periódico.

Todos los coches de Zity están localizados las 24 horas del día

Los coches eléctricos de Zity

Desde el punto de vista del usuario, llama la atención comprobar que los coches compartidos de Zity pueden verse fácilmente fuera de la almendra central de la M-30. Dado que los Renault Zoe ofrecen una autonomía real de más de 300 kilómetros, muchas personas utilizan estos coches para desplazarse fuera de la capital para, por ejemplo, hacer la compra en alguno de los centros comerciales que hay en la periferia de las ciudades dormitorio madrileñas, se ha llegado a ver alguno en Toledo o en Segovia. Después, eso sí, esos coches se tienen que dejar de vuelta aparcados dentro de la denominada como Zona Zity.

Pero independientemente de si el coche sale o no de la M-30, en todo momento el vehículo está localizado por GPS y los empleados de la compañía saben con exactitud dónde se encuentra, así como también pueden conocer su estado. Y si algún usuario se pasa de conducción agresiva, la compañía recibe una alerta notificando de dicha situación.

Renault Zoe de Zity

En las recientemente estrenadas oficinas de Zity que nosotros hemos visitado, ubicadas en el número 42 de la calle Francisco Sancha (delante del Ramón y Cajal), hemos podido ver que esta empresa dispone de varias plantas dedicadas al aparcamiento y mantenimiento de sus coches. En estas plazas disponen tanto de cargadores para coches eléctricos como de una zona dedicada a la limpieza y el mantenimiento básico de los vehículos.

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De hecho, esta base sirve también para que cualquier usuario de este carsharing pueda llegar y aparcar dentro su Zity para finalizar el alquiler. Dado que se trata de una zona de difícil aparcamiento en la calle en hora punta, la compañía facilita el estacionamiento a sus clientes abriendo la primera planta de su garaje a tal fin.

Puesto de control de Zity

En la segunda planta, un empleado controla en todo momento desde dos pantallas el estado de los vehículos para, en caso de que sea necesario, bloquear su reserva y mandar a un conductor para que recoja el coche y lo traiga a la base. A golpe de clic, esta persona gestiona la flota de 500 vehículos con los que a día de hoy cuenta en Madrid este servicio de carsharing.

Desde ese puesto pueden ver sobre un mapa de Madrid todos los coches que tiene en la calle la compañía, así como también se muestra el estado de carga de la batería, la autonomía restante, si las puertas están o no cerradas... nada se escapa a los dos ojos que monitorizan estas pantallas. Dos ojos que, repartidos en diferentes turnos, están atentos frente a las pantallas las 24 horas del día.

Cuando un coche se queda con poca batería, pasa automáticamente a lo que allí denominan como "Grupo de mantenimiento": eso significa que el coche desaparece de la app de cara al usuario —de forma que ya no se puede reservar—, y solamente lo pueden ver y lo pueden coger los empleados de la base de operaciones.

A diferencia de sus competidores, Zity no puede cargar sus coches eléctricos "on-the-go": mientras que otras empresas utilizan furgonetas que permiten cargar la batería del coche a pie de calle, esta empresa –debido a la alta capacidad de la batería de los Zoe, de 41 kWh– no tiene más remedio que recogerlos y llevarlos hasta su base para cargar la batería.

Puntos de carga para los coches eléctricos de Zity

El proceso es muy sencillo: cuando un coche baja de batería por debajo de un mínimo nivel, su reserva se bloquea automáticamente y al responsable de la flota le salta un aviso indicando la necesidad de cargarlo. Después, un empleado acude hasta él, se sube a bordo y se lo trae a la base para dejarlo cargando en alguno de los cargadores disponibles en la segunda planta.

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Los usuarios no pueden cargar los coches bajo ningún concepto por su cuenta, de manera que la responsabilidad de la carga de la batería recae únicamente en la compañía. Pero, ¿es rentable este proceso? ¿No hay otra solución para resolver el problema de la carga de la batería? ¿Cómo podría el Ayuntamiento de Madrid ayudar a solventar esta cuestión? De este tema hemos hablado con José Barrios Muñoz, Operations Manager de Zity.

José Barrios Muñóz, de Zity

José Barrios Muñoz, Operations Manager de Zity

Preguntado al respecto de esa forma que tiene Zity de cargar sus coches, José nos comenta que "es un sistema eficiente dependiendo del día: hay días que es más eficiente que otros, y cuando por ejemplo hay que cambiar coches a las tres de la tarde en un momento de máximo tráfico, el tiempo [que supone llevar el coche hasta la base] no es el mejor; por la noche, en cambio, los tiempos son mucho menores".

Los empleados de la base de operaciones trabajan día y noche en diferentes turnos. "Nosotros estamos continuamente cargando los vehículos y resolviendo incidencias de los usuarios. Tenemos equipos los 365 días del año las 24 horas del día, y normalmente están en la calle resolviendo incidencias; aquí en la base pasan no más de cinco o seis minutos, que es el tiempo que se tarda en limpiar el coche, ponerlo a cargar e irse con otro coche [ya cargado y limpio]".

En nuestra visita pudimos comprobar que, en la segunda planta, esta compañía dispone de un garaje en el que todas las plazas de aparcamiento cuentan con un punto de carga. Los coches se cargan a través de un conector Mennekes, y suponiendo que cuenten con carga semi-rápida de 11 kW, cargar la batería de cada uno de estos Renault Zoe no debería llevar más de cuatro o cinco horas.

"Agradeceríamos al Ayuntamiento que ampliara los puntos de recarga y las plazas de aparcamiento para carsharing"

"A día de hoy en Madrid hay entre 100 y 200 puntos de recarga abiertos al público, pero son pocos, y también son pocas las plazas de aparcamiento que hay especiales para el vehículo eléctrico". José propone al Ayuntamiento de Madrid la posibilidad de introducir el concepto de vías de carsharing dedicadas en exclusiva al aparcamiento de coches compartidos: "por ejemplo en Alemania, hay calles en las que únicamente pueden aparcar vehículos compartidos, con zonas en las que tienes 10-12 cargadores disponibles para todas las empresas de carsharing".

"La gente sale de Madrid con nuestros coches"

El radio de acción de estos coches está limitado en su gran mayoría al interior de la M-30 —hasta la M-40 en el caso de la zona noreste y este de la capital—. Por ello, llama tanto la atención encontrarse un Zity en un pueblo a diez, quince o incluso 20 kilómetros de la capital, pero por lo que nos comentaba José es algo muy habitual: "todos los días tenemos gente que va a Guadalajara, Toledo, pueblos al norte de Madrid, las ciudades de la zona sur...". "Lo único es que luego tienes que volver a finalizar el alquiler dentro de la zona", señalaba.

Zona Zity

Estos desplazamientos alejados de la capital son posibles gracias a, además de la propia autonomía de los Zoe, la tarifa de stand-by que ofrece esta compañía a sus clientes: frente a los 0,26 euros el minuto que cuesta el servicio mientras se está en marcha, el usuario puede dejar el coche aparcado y bloqueado a razón de 0,09 euros el minuto. Y también está la opción de alquilar el coche durante todo el día completo, por 66 euros.

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