Descubren la fórmula para perder calorías sin dieta ni ejercicio y es lo más sencillo del mundo (y placentero)

Dormir

Jamie Street/Unsplash

Existe una estrecha relación entre el sueño y la alimentación: la calidad e higiene del descanso influyen en la aparición de trastornos metabólicos, en la quema de grasas y en la aparición de futuras enfermedades. De hecho, diversos estudios subrayan que no sobrepasar un mínimo umbral de horas de sueño eleva con creces el riesgo de padecer obesidad y diabetes tipo 2

Esta semana, las conclusiones de un nuevo experimento publicadas en JAMA Internal Medicine muestran que durmiendo más tiempo es posible perder más calorías. 

El estudio, llevado a cabo con 80 adultos con sobrepeso que generalmente dormían menos de 6,5 horas por noche, revela que al añadir un promedio de 1,2 horas extra de sueño por noche se produjo una reducción en la ingesta calórica total en un promedio de 270 calorías por día.

Dos semanas después de iniciar la investigación, la ingesta calórica fue menor que la cantidad de calorías quemadas por los participantes, lo que a largo plazo conduce a la pérdida de peso. Es un enfoque que complementa a estudios previos que relacionan las horas escasas de sueño con el aumento de peso. 

Los 3 requisitos que debe cumplir tu dieta para lograr un sueño más profundo, según la ciencia

"La restricción del sueño tiene un efecto en la regulación del apetito que conduce a una mayor ingesta de alimentos y, por lo tanto, pone en riesgo de aumentar de peso con el tiempo", explica Esra Tasali, directora del Centro del Sueño de la Universidad de Chicago. 

Una pregunta se dibujó en la mente de los investigadores. ¿Es posible revertir los resultados adversos de la pérdida de sueño prolongando el tiempo de descanso? 

Haciendo un cálculo con las estimaciones de la investigación estudio, de mantener la reducción en la ingesta calórica durante 3 años, se perdería en dicho período unos 12 kilos. 

Una de las principales ventajas de la investigación es que se realizó en el mundo real y no en laboratorio: los participantes llevaron vida normal y fueron monitorizados en sus propias camas con dispositivos portátiles, registrándose también datos sobre su dieta y el ejercicio realizado. 

El consumo calórico se determinó a través de una prueba de orina, consumiendo agua potable en la que los átomos de hidrógeno y oxígeno se reemplazan con otros isótopos naturales sencillos de rastrear. Comparando el agua etiquetada consumida con la no etiquetada de la glucosa descompuesta, los científicos pueden determinar las calorías que se absorben fuera del laboratorio.

Las 80 personas participantes ajustaron con gran rapidez sus horarios de sueño tras una sesión de orientación y asesoramiento personalizado acerca de los cambios que podían ejecutar para mejorar la duración de su descanso. Eso sí, para evitar los sesgos, al ser inscritos no se les comunicó que formaban parte de un estudio de intervención del sueño. 

Un punto clave para descansar más y mejor fue limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse. La luz azul de las pantallas inhibe la segregación de melatonina y desajusta el reloj circadiano del cuerpo. 

Aunque el mecanismo no está claro, los participantes que durmieron más comieron menos a pesar de que dicha pauta no se indicó. De hecho, algunos consumieron hasta 500 calorías menos por día. Informes previos destacan que dormir menos aumenta el apetito

Por supuesto, tanto una correcta alimentación como el ejercicio regular suponen importantes apoyos para mantenerse en un peso saludable. Remolonear un rato más en cama y estirar el horario de sueño podrían ser un complemento más para equilibrar las calorías diarias y mantener la báscula en el punto ideal. 

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.