El día a día de un trabajador con el Exosoft, uno de los pocos exoesqueletos españoles de uso industrial que es capaz de repartir mejor cargas de hasta 20 kilos y corregir la postura

Íker Bermeosolo trabaja con un exoesqueleto en su puesto de trabajo en Levier.
Íker Bermeosolo trabaja con un exoesqueleto en su puesto de trabajo en Levier.

Levier

  • Íker Bermeosolo es uno de los pocos trabajadores que en España usa un exoesqueleto.
  • Este le permite repartir mejor cargas de hasta 20 kilos cuando coge peso, corregir la postura y sentir menos fatiga al acabar la semana.
  • Se trata de una herramienta desarrollada por Gogoa, una empresa vasca que se encuentra en mitad de una ronda de financiación de 2 millones de euros y que lleva años investigando las posibles aplicaciones de esta tecnología.
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Íker Bermeosolo no se aburre en su trabajo. Es empleado de Levier, una empresa vasca que se dedica, entre otras cosas, a la fabricación de exoesqueletos que sirven de apoyo a los aficionados al esquí.

Se trata de una tecnología que no le es ajena en absoluto.

Cada mañana, a eso de las 8:30, llegan al taller de este trabajador montones de cajas con piezas que él debe convertir en los materiales de los que su empresa es proveedora. 

Por ello, agacharse y coger peso se ha convertido para él en un gesto cotidiano. Aunque reconoce que a sus escasos 22 años esto todavía no ha hecho mella sobre su espalda, las consecuencias de repetir sin parar este movimiento puede terminar dándole problemas.

Para evitarlo, Bermeosolo cuenta con la ayuda precisamente de un exoesqueleto, una estructura con forma de mochila que se aferra a su espalda y sus extremidades ayudándole a repartir mejor los pesos y a no sobrecargar zonas como el lumbar. 

Su uso, en estimaciones de su fabricante,reparte mejor la cargas de entre 3 y 20 kilos.

Aunque Bermeosolo es, por ahora, uno de los pocos trabajadores en España que se apoya en esta tecnología para mejorar sus condiciones laborales, hay quienes piensan que buena parte del futuro de los trabajos manuales pasa por este tipo de herramientas.

Entre ellos se encuentra Gogoa, una empresa también de origen vasco que, apoyada en los estudios iniciales del CSIC, lleva años desarrollando exoesqueletos. Tras iniciarse proporcionando usos médicos para estas herramientas, se ha lanzado en los últimos años también al ámbito industrial.

Piezas del exoesqueleto de Gogoa.
Piezas del exoesqueleto de Gogoa.

Gogoa

Fruto de este esfuerzo ha nacido recientemente, como filial de Gogoa, Cyber Human System, la empresa a través de la cual estos expertos en exoesqueletos concentran sus esfuerzos para implantar sus soluciones en fábricas, almacenes y talleres.

Suyo es el exoesqueleto que cada mañana, nada más llegar a su fábrica de Levier, cerca del municipio vizcaíno de Durango, Bermeosolo se pone por encima de la ropa.

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Se trata del modelo Exosoft de Cyber Human System. Es un exoesqueleto fabricado esencialmente en tela que es una evolución de modelos más antiguos y aparatosos fabricados en materiales más pesados.

Pensado precisamente para que no estorbe en el día a día de sus portadores, Exosoft pesa menos de un kilo y simula unos músculos externos que ayudan a en la tarea diaria de quien lo lleva.

"No pesa nada. Es como una mochila que te ajustas en la espalda y los muslos. Lo que noto cuando me la pongo es que me tira un poco para corregirme la postura, pero la verdad es que no molesta. No es que puedas coger más peso, pero sí que puedes repetir el gesto más veces sin sentir tanta fatiga", cuenta Bermeosolo en una entrevista con Business Insider España.

Modelo de exoesqueleto de Gogoa.
Modelo de exoesqueleto de Gogoa.

Levier

Se trata de algo especialmente importante en trabajadores que, como él mismo, tienen que castigar la espalda más de lo recomendable.

El trabajo de este empleado de Levier es intenso. Recibe su primera caja a primera hora, monta lo que toque con las piezas que le llegan (algo para lo que debe moverse constantemente) y, una vez acabada esta primera tarea, se pone con la siguiente. Y vuelta a empezar.

Lo hace todo con el exoesqueleto puesto. Tampoco se lo quita cuando, una vez ha terminado de montar piezas, se sienta a trabajar con su ordenador para hacer inventario de lo que ya hay preparado y pedir las piezas que faltan para llegar a todos los pedidos. 

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A eso de las 17:15, cuando acaba su jornada, tiene que quedar todo listo para el día siguiente. Solo entonces Bermeosolo se quita su exoesqueleto y lo deja colgado en una percha con sus enganches correspondientes preparados.

"Al principio, cuando me dijeron que íbamos a probar el exoesqueleto no estaba muy convencido, pero la verdad es que noto bastante mejora. Llego el viernes a casa y no siento la espalda tan cargada como antes", explica Bermeosolo, que lleva 2 meses probando el invento y figura ya entre sus defensores.

"Lo recomiendo mucho. Si me está ayudando a mí, seguro que también ayuda a personas más mayores o que tengan problemas de espalda. Al final, es algo que hace bien y que no molesta ni cuando trabajas ni cuando te sientas a comer o tienes que trabajar en el ordenador".

Un punto y seguido en la historia de Gogoa

Gogoa exoesqueleto

Las pruebas con el Exosoft son solo un punto y seguido en la historia de Gogoa, una empresa nacida en 2015 de la mano del empresario Carlos Fernándes Isoird y que, en 2020, según figura en Entorno Premercado, tuvo un ebitda de 31.000 euros y un beneficio neto de algo más de 10.000 euros.

Se trata, por tanto, de los primeros pasos de una startup que todavía tiene mucho margen de desarrollo por delante.

Fruto de estos esfuerzos por avanzar ha desarrollado también Aldak, un exoesqueleto pensado más específicamente aún para quien tiene que coger peso; y el Besk, que da apoyo a los brazos.

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Gogoa nació a su vez de RealiZe, una consultora sobre estrategia que se dedica a asesorar sobre innovación y oportunidades de negocio a gobiernos y corporaciones locales tanto a nivel nacional como internacional y que ha estado presente en proyectos desarrollados en países como México, Bolivia, Japón, EEUU o Croacia.

La firma es el resultado de una petición. Hace algo más de un lustro, el Gobierno del País Vasco se puso en contacto con RealiZe. Tenían un problema: las empresas tradicionales de fabricación de acero están desapareciendo y había que buscar nuevos modelos de negocio. El equipo de RealiZe se puso de manos a la obra.

Pronto dieron con una respuesta. Dadas las características de la región, con una población de cada vez más edad, la asistencia técnica en la rehabilitación de personas mayores parecía desde luego un mercado más que interesante para el futuro.

En ese ámbito nada como los exoesqueletos, estructuras que se amoldan al cuerpo de los pacientes y que aceleran su recuperación. RealiZe viajó entonces a Japón a por ellos, pero las condiciones abusivas que quisieron imponer las empresas niponas que los desarrollaban acabaron con todo intento de negociación.

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Paradójicamente, fue en Boston, en EEUU, donde oyeron hablar de que el CSIC cuenta con extraordinarios investigadores en la materia. Tras licenciar la tecnología en 2015 tomando como referencia sus investigaciones, el equipo se lanzó a fundar Gogoa.

Tras la escisión de Cyber Human System, Gogoa ha quedado como la rama sanitaria del proyecto. Esta cuenta con un centro de rehabilitación en el País Vasco donde, por unos 6.000 euros, los pacientes pueden acceder a terapias con exoesqueletos de 3 o 4 meses.

Pero los exoesqueletos necesitaban abrir mercados, expandir sus horizontes, explica Fernández: "El sector sanitario es un mercado con mucho futuro, pero avanza muy despacio, se tarda mucho en licenciar cada tecnología".

Con los años, llegaron también al sector industrial con Exosoft, Besk y Aldak.

Por ahora, Gogoa ha conseguido vender sus exoesqueletos a algo más de una veintena de empresas y va camino de vender unas 500 unidades al año. 

Lo logra gracias a una conjunción de experiencia, desarrollo tecnológico y precios asequibles. El Exosoft, por ejemplo, tiene un coste de unos 750 euros, cantidad que se puede comparar con los más de 3.000 euros que pueden llegar a costar algunos de sus competidores.

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Es el resultado de sumar investigación y feedback de las empresas: "Hay algunos modelos de exoesqueletos que incluso cuentan con motor. Pero, con el tiempo, tras hablar con muchos, nos dimos cuenta de que a la gente ese tipo de cosas le parecen muy complicadas. Nuestra apuesta va más en la línea de simplificar", cuenta Fernández.

Por ello, explica, Cyber Human System tiene abierta una ronda de financiación de unos 2 millones de euros. En concreto, el 20% de esta cantidad iría a parar a completar el desarrollo de producto y el 80% iría a desarrollo el mercado. 

Un mercado cada vez más abierto a los exoesqueletos. En estos momentos, la empresa está cerrando distribución en países del entorno como Francia, en Alemania y en Italia. Además, hay que tener en cuenta que ya se están probando también en Finlandia y Dinamarca.

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