El rasgo que "diferencia a Elon Musk del resto de la humanidad", según su amigo de la universidad

Ya se sabe casi todo sobre Elon Musk: los medios han publicado durante años acerca de sus negocios, su vida, sus logros y fracasos, sus virtudes y defectos...

En general, toda esa información procede del análisis de expertos o de otros famosos millonarios o de lo que ha dicho o hecho en algún momento Musk, uno de los más ricos del mundo desde hace años. 

Sin embargo, pocas veces el protagonismo recae sobre personas menos populares, pero que lo conocen de haber compartido muchas horas juntos y, además, en su época más joven, antes de ser quien es hoy en día.

Se trata de Navaid Farooq, su compañero en la Queen's University de Kingston (Ontario, Canadá) y con quien entabló amistad desde el primer año, cuando vivían en la misma residencia. Cuando se matriculó, tras cambiar su natal Sudáfrica por Canadá, Musk tenía 17 años.

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Farooq pasó muchas horas Elon Musk, con quien compartía haber vivido en el extranjero (fue criado en Ginebra, Suiza) y el interés por los juegos de estrategia, según narra Ashlee Vance en su libro Elon Musk: Tesla, SpaceX, and the Quest for a Fantastic Future (Elon Musk: Tesla, SpaceX y la búsqueda de un futuro fantástico, o El empresario que anticipa el futuro).

Esto llevó a que Farooq lo conociese mejor que otros y señalase el que, para él, es el rasgo que mejor define y más distingue a Elon Musk. 

"Cuando Elon se mete en algo, desarrolla un nivel de interés diferente al de otras personas. Esto es lo que diferencia a Elon del resto de la humanidad", cuenta en el libro y recoge CNBC.

Musk "podía perderse durante horas y horas" en un mismo videojuego de estrategia (Civilización, lanzado en 1991) o quedarse solo con Farooq e inmerso en sus pensamientos durante una fiesta: esa intensidad fue una "constante" a lo largo de sus años de amistad y se extendió a diferentes aspectos más allá del ocio, comparte. 

De entre "un grupo de estudiantes de alto rendimiento", era Musk el que destacaba, recuerda Farooq.

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Ese especial e intenso nivel de interés, determinación y concentración de Elon Musk ha sido resaltado por más personas. De la misma etapa universitaria y en el libro mencionado, Justine Wilson, su primera mujer, rememora una anécdota que ilustra el carácter de Musk: el ahora dueño de Twitter obtuvo una nota de 98 sobre 100 en un examen y, lejos de alegrarse, fue a la oficina del profesor a reclamar que le subiese esos 2 puntos que le separaban de la perfección. Lo consiguió.

"El hombre no acepta un 'no' por respuesta. No puedes ignorarle. Pienso en él como en Terminator. Fija su mirada en algo y dice: 'será mío'", describe.

Elon Musk "ha perfeccionado el arte de mantener la concentración" y el foco en aquello que hace y que se ha planteado como reto, aunque eso le haya supuesto trabajar entre 80 y 120 horas semanales, dormir en la oficina o seguir una exigente rutina, dividida en espacios de 5 minutos para aumentar su productividad, según Randy Garn: inversor, empresario, conferenciante y asesor de consejeros delegados que ha estudiado y analizado a Musk.

"No pensaba en nada más. No se distraía con otras tareas tediosas. Lo único en lo que se centraba era en la tarea que tenía entre manos. Ahora mira a Tesla: es un gigante en auge que está cambiando el mundo del automóvil. Sin duda, no sería así sin el enfoque inquebrantable de Musk al frente", valora.