Qué es la distimia y por qué puede ser peor que la depresión

Los hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre la naturaleza de la depresión.
Los hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre la naturaleza de la depresión.
  • La distimia es una dolencia supuestamente más leve que la depresión, pero puede tener peores consecuencias que esta.
  • Es fundamental distinguir cuál es cuál y aplicar las medidas y rutinas para superarla. 

La distimia, conocida también como trastorno depresivo persistente, representa un desafío constante en la vida de quienes la padecen porque puede parecer una situación normal, propia de nuestro estilo de vida y obligaciones. Sin embargo, sin o se trata a tiempo y adecuadamente, corre el peligro de ser peor que la depresión crónica. 

Pero hay otro factor aún más clave: a diferencia de la depresión mayor, cuyos síntomas pueden ser intensos, pero temporales, la distimia se instala sutil pero firmemente en la cotidianidad, convirtiéndose en un compañero persistente de viaje. Por eso debes de saber las características, diagnóstico, tratamiento y, sobre todo, cómo afecta el día a día.

¿Qué es la distimia?

La distimia se manifiesta como una sombra persistente, proyectando síntomas depresivos de intensidad moderada que se extienden por al menos dos años en adultos y un año en niños y adolescentes. Quienes la experimentan pueden sentir una tristeza constante, desesperanza, fatiga, cambios en el apetito, problemas para dormir y una notable baja autoestima. 

Aunque sus síntomas parezcan más leves en comparación con la depresión mayor, su persistencia en el tiempo erosiona silenciosamente la calidad de vida, haciendo que actividades diarias y placeres antes disfrutados se conviertan en cuestas arduas de subir.

Diagnóstico y cómo diferenciarla de una depresión

Identificar la distimia puede ser un verdadero desafío. Su sutil presencia, a menudo confundida con un carácter "naturalmente melancólico" o un "mal momento", requiere de una evaluación cuidadosa para diferenciarla de la depresión mayor. Esta evaluación incluye un análisis profundo de la historia clínica del paciente, los síntomas actuales y su duración. La distinción es crucial, pues, aunque comparten síntomas, la duración e intensidad de estos varían significativamente.

Los síntomas más habituales son:

  • Estado de ánimo bajo la mayor parte del día.
  • Pérdida de interés o placer en actividades que antes se disfrutaban.
  • Cambios en el apetito (aumento o disminución del apetito).
  • Dificultad para dormir o dormir demasiado.
  • Falta de energía o fatiga.
  • Baja autoestima.
  • Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
  • Sentimientos de desesperanza o culpa.

Tratamiento y manejo

El camino hacia el alivio de la distimia suele ser multifacético, combinando terapia psicológica y, en algunos casos, medicación. La terapia cognitivo-conductual (TCC) es particularmente efectiva, ayudando a los pacientes a desmontar patrones de pensamiento negativos y a construir estrategias de afrontamiento más saludables. Los antidepresivos, prescritos con criterio médico, pueden ofrecer un soporte adicional en este proceso.

Más allá del tratamiento profesional, existen estrategias de autoayuda que fomentan el manejo efectivo de la distimia. Entre ellas, practicar técnicas de relajación, adoptar un estilo de vida saludable y buscar redes de apoyo emocional son fundamentales para fortalecer el bienestar emocional.

Una buena rutina diaria para superar la distimia sería esta: 

  • Levantarse y acostarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.
  • Hacer ejercicio regularmente, al menos 30 minutos al día.
  • Comer una dieta saludable y equilibrada.
  • Limitar el consumo de alcohol y cafeína.
  • Practicar actividades que se disfruten, como leer, escuchar música, pasar tiempo con amigos o familiares, etc.
  • Aprender nuevas habilidades o hobbies.
  • Pasar tiempo al aire libre.
  • Ayudar a los demás.
  • Practicar técnicas de relajación, como la meditación o el yoga.
  • Hablar con un terapeuta o un psicólogo.
  • Buscar apoyo social en amigos, familiares o grupos de apoyo.

Cómo superar la distimia

Las víctimas de distimia normalmente entran en un torbellino de ansiedad y baja autoestima. Es clave un plan para un cambio de actitud a partir del poder de la gratitud y del autoconocimiento. A través de la práctica diaria de enfocarse en lo positivo, el desafío de los propios pensamientos negativos y la exploración de nuevas pasiones, se podrá empezar a ver la luz al final del túnel.

El arte y la expresión creativa es uno de los métodos más eficaces, una forma de refugio y fuente de alegría, permitiendo canalizar las emociones de manera constructiva. Incluso puede derivar en una transformación personal profunda. 

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