El Ejército ruso podría haber derrotado ya a Ucrania… si hubiera seguido su propio manual

Michael Peck
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El Ejército ruso cuenta con un conjunto de sólidas doctrinas que rigen sus operaciones, pero no las ha respetado en Ucrania.
El Ejército ruso cuenta con un conjunto de sólidas doctrinas que rigen sus operaciones, pero no las ha respetado en Ucrania.Musa Sadulayev/AP Photo
  • El enorme coste para Rusia de la invasión de Ucrania es la consecuencia de no seguir su propia doctrina militar.
  • Los comandantes rusos se han equivocado con frecuencia en los principios básicos de las operaciones militares, según un experto de RAND.
  • Los rusos también carecían del contingente de invasión necesario para seguir su doctrina de combate.
Análisis Faldón

El nuevo manual del ejército estadounidense sobre tácticas rusas es un documento de aspecto impresionante. Son 280 páginas repletas de detalles y diagramas de cómo se supone que deben luchar los soldados rusos.

También es una prueba de una razón importante por la que las tropas rusas a menudo han combatido deficientemente en la guerra de Ucrania: no están siguiendo su propio manual de instrucciones.

"Muchos de los elementos básicos de esa doctrina son lo suficientemente sólidos como para formar una base para el éxito de las operaciones", explica a Business Insider Scott Boston, experto militar en Rusia del think tank RAND Corp. "Pero hay que seguirlos".

Para ser claros, el manual del Ejército de Estados Unidos —ATP7-100.1, "Tácticas rusas"— especifica que "no pretende representar cómo los rusos están luchando actualmente en Ucrania". No obstante, los ejércitos intentan luchar de acuerdo con su doctrina, o los principios fundamentales que pretenden guiar las operaciones militares.

Por ejemplo, cuando una división o brigada rusa lleva a cabo un asalto, se supone que las unidades avanzan en múltiples escalones —u oleadas— de tropas y tanques, estrechamente sincronizados con elementos de reconocimiento, protección de flancos, ingeniería, artillería y defensa antiaérea. El objetivo es golpear fuerte, moverse rápido, romper las defensas y avanzar profundamente hacia la retaguardia enemiga. Para minimizar la resistencia a la que se enfrentan, las tropas de asalto deben concentrarse en varias columnas para "repartir las unidades atacantes tanto en anchura como en profundidad para dispersar y reducir los efectos de los fuegos nucleares o de precisión", según el manual ATP7-100.1.

Pero cuando Rusia intentó tomar Kiev con un avance relámpago en los primeros días de la guerra, las columnas blindadas fueron enviadas por carreteras estrechas y congestionadas. Atrapadas por barricadas y emboscadas, fueron diezmadas por la artillería, los drones y los misiles antitanque ucranianos. El manual tampoco describe cómo combate hoy el ejército ruso. En lugar de maniobras rápidas y bien coordinadas con sus antaño cacareadas Fuerzas Aeroespaciales, los ataques se basan en arrasar las defensas ucranianas con artillería o bombardeos aéreos, o inundarlas con un gran número de prisioneros liberados y otra "infantería desechable".

El coste ha sido enorme: unas 450.000 bajas rusas y 3.000 tanques destruidos. Las mejores unidades de Moscú antes de la guerra han sido diezmadas, y sus mejores tanques y otros equipos destrozados.

"Los ataques sólidos desde el punto de vista de la estrategia también pueden fracasar", señala Boston. "Pero muchos de sus errores fueron fallos al no seguir las consignas doctrinales que están ahí por una buena razón. Por ejemplo, tener una fuerza de guardia en el frente para que el grueso de la tropa no se precipite en el combate y se vea comprometida de forma decisiva. No intentes enviar a todas tus tropas por muy pocos caminos. No hay que dejar desprotegidas a las tropas de apoyo. Estas son cosas bastante básicas".

Militares rusos ensayan en San Petersburgo antes del Desfile de la Victoria del 9 de mayo.

Artem Priakhin/Getty Images

Evaluar la doctrina rusa actual es difícil. Gran parte de ella procede de la era soviética de ejércitos de masas sometidos a un control rígido. "El comandante dirige la lucha, es responsable de los principales elementos del plan y, por lo general, no espera de sus subordinados ni iniciativa ni flexibilidad en el mismo grado que un buen comandante estadounidense", explicó Boston.

Sin embargo, las reformas militares promulgadas después de 2008 debían crear fuerzas más pequeñas y ágiles al estilo occidental. "Cuando ese sistema les falló en los primeros momentos después de febrero de 2022, volvieron a enfoques más antiguos y tradicionales que finalmente incluyeron mucho más énfasis en la masa", explica Boston, antiguo oficial de artillería del ejército estadounidense.

Sin embargo, puede que el problema no haya sido tanto la doctrina rusa como la estrategia general de la guerra de Ucrania. Los planes soviéticos para invadir Europa Occidental se basaban en el despliegue de millones de tropas soviéticas y del Pacto de Varsovia, apoyadas por enormes reservas de armas y suministros. Con una fuerza de asalto inicial de únicamente 180.000 soldados, atacando a través de un frente de 1.600 kilómetros de ancho contra un ejército ucraniano más pequeño pero aún considerable, Rusia no pudo generar la masa abrumadora con la que contaba su doctrina. Los líderes rusos también contaban —al igual que muchos expertos occidentales— con que la resistencia ucraniana colapsaría y el país sería rápidamente ocupado. Ni siquiera se informó a las unidades de asalto sobre el ataque hasta justo antes de que comenzara la guerra.

"No es imposible ganar batallas con un ejército inflexible, pero para tener una posibilidad razonable de hacerlo ayuda mucho tener un buen plan", afirma Boston. El experto pone como ejemplo la invasión estadounidense de Irak en 2003: los mandos esperaban que las fuerzas iraquíes no ofrecieran una fuerte resistencia, pero el plan de invasión daba por hecho que podrían hacerlo. "Habría sido irresponsable por parte del ejército estadounidense hacer otra cosa. Pero el plan de Rusia era de ese nivel de irresponsabilidad. Se ordenó a las unidades que se adentraran en Ucrania y tomaran lugares clave con un calendario agresivo y sin advertencias significativas ni tiempo para planificar que las cosas salieran mal. La doctrina y el entrenamiento no pueden hacer mucho cuando te envían a hacer algo equivocado con las herramientas equivocadas para el trabajo".

Para ser justos, algunas áreas de la doctrina rusa han demostrado ser bastante sólidas, especialmente en defensa, donde Rusia detuvo la contraofensiva de Ucrania el verano pasado. "Hay muchos aspectos de su defensa que son totalmente coherentes con su práctica y doctrina históricas", asegura Boston. "Y en algunos casos, han mejorado su doctrina, por ejemplo, aumentando la profundidad y densidad de los campos de minas".

Bajmut

Una pregunta seguirá atormentando a los historiadores durante años: ¿podría Rusia haber tomado Kiev —y probablemente ganado la guerra— en los primeros días de la invasión? "Se trata de un difícil ejercicio de hipótesis", señala Boston. "Si Rusia hubiera realizado preparativos más adecuados, Ucrania podría haberse dado cuenta y reaccionado de otra manera. Pero Rusia tenía algunas ventajas sustanciales que desaprovechó con el plan inicial y con su lenta adaptación a lo largo del tiempo. Si Rusia hubiera intentado un plan mejor, las cosas habrían ido mucho peor para Ucrania mucho más rápidamente".

Irónicamente, Boston cree que desprestigiar la destreza militar rusa hace un flaco favor a la habilidad ucraniana. Si los militares rusos eran tan malos, ¿quizás los ucranianos no eran tan buenos? "Subestimamos el daño que hicieron los ucranianos frente a la capacidad militar rusa real si pensamos que los rusos eran todos terribles", dice Boston. "No creo que fueran terribles. Creo que estaban terriblemente equivocados por su liderazgo".

Michael Peck es un escritor especializado en Defensa cuyo trabajo ha aparecido en Forbes, Defense News, la revista Foreign Policy y otras publicaciones. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Rutgers. Puedes seguirle en Twitter y LinkedIn.

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