De autopistas de peaje al poder del monopolio: los negocios que más interesan a millonarios como Warren Buffett y Elon Musk

Warren Buffett (izquierda) y Elon Musk (derecha).
Warren Buffett (izquierda) y Elon Musk (derecha).

Alex Wong/Getty, REUTERS/Rebecca Cook

  • Warren Buffett y Elon Musk, dos de las personas más ricas del mundo, encuentran valor en el mismo tipo de negocios.
  • A Buffett le gustan las autopistas de peaje que le dan poder de monopolio y la posibilidad de subir los precios con facilidad.
  • Musk ejerce una enorme influencia al abordar cuellos de botella como la recarga de vehículos eléctricos y el transporte espacial.

Warren Buffett y Elon Musk operan en extremos diferentes del espectro de riesgo, pero ambos se sienten atraídos por tipos de negocio similares: autopistas de peaje y cuellos de botella.

Cobrarse un peaje

Buffett, inversor de fama mundial y consejero delegado de Berkshire Hathaway, ha soñado con cobrar a la gente por el acceso desde que era un niño.

"Todo ese tráfico: qué pena que no estés ganando dinero con la gente que pasa", le dijo una vez a la madre de un amigo sobre los interminables coches que pasaban por delante de su casa, según Buffett: The Making of an American Capitalist (Buffett, la creación de un capitalista estadounidense, traducido del inglés), de Roger Lowenstein.

Buffett también ha contado a sus amigos que poseer el único periódico de una ciudad es como controlar su único puente, ya que los lectores y anunciantes no tienen más remedio que pagar un peaje.

Años más tarde, una de las empresas de Buffett tiene una participación del 24% en Detroit International Bridge Co., la única empresa pública del país propietaria de un puente de peaje. El multimillonario también ha destacado las autopistas de peaje entre los activos específicos que quería comprar en sus cartas de Buffett Partnership en la década de 1950.

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Uno de los amigos de Buffett y antiguo director de Berkshire, el difunto Sandy Gottesman, fue citado una vez en un periódico con esta declaración: "Warren compara poseer un monopolio o un periódico dominante en el mercado con poseer un puente de peaje no regulado. Tienes relativa libertad para subir las tarifas cuando y cuanto quieras".

"No voy a discutir esa caracterización", respondía Buffett cuando le preguntaron por la cita durante una batalla legal: "Lo que dije fue que, en un mundo inflacionista, sería estupendo poseer un puente de peaje si no estuviera regulado".

"Porque has establecido los costes de capital. Construyes el puente en dólares antiguos y, cuando hay inflación, no tienes que seguir reemplazándolo: un puente que construyes una sola vez", continúa.

El inversor ha extendido su amor por las autopistas de peaje a otras empresas que dominan sus mercados, requieren poca inversión de capital y pueden subir los precios sin perder clientes a manos de sus rivales. 

Apple, con mucho la mayor participación en la cartera de acciones de Berkshire, es un ejemplo, ya que su fuerte marca le permite subir los precios cada año y se lleva una tajada de prácticamente todas las compras en su App Store.

"Buffett tiene su autopista de peaje, y es la mejor autopista de peaje que se ha creado nunca: el iPhone", declaró el año pasado Bill Brewster, accionista de Berkshire y presentador del podcast The Business Brew.

Controlar los cuellos de botella

Elon Musk también reconoce el valor de poseer recursos o infraestructuras escasos y restringir el acceso a ellos.

"Le encanta controlar los cuellos de botella", afirmó Bill Cohan durante un reciente episodio del podcast On with Kara Swisher. "Es muy bueno descubriendo cuáles son y explotándolos", añadía el escritor y periodista.

Cohan comentaba un reciente artículo de The New Yorker en el que se subraya hasta qué punto el Gobierno estadounidense depende de la infraestructura de Musk, ya se trate de estaciones de carga para vehículos eléctricos, acceso Starlink para las fuerzas ucranianas o cohetes SpaceX para el transporte.

Durante años, la estrategia corporativa de Tesla se ha centrado en los puntos de estrangulamiento.

"Al invertir en baterías —produciéndolas a escala y de mejores maneras—, Tesla está apostando a que controlará el cuello de botella y, por tanto, el centro de beneficios para el futuro de la industria", escribieron Nathan Furr y Jeff Dyer en Harvard Business Review en febrero de 2020.

Musk ha reconocido que las baterías son un factor limitante clave para los vehículos eléctricos, y el desarrollo de unas superiores podría darle una gran ventaja competitiva en la industria naciente, señalan. Estos profesores también destacan la inversión de Musk en redes de recarga de vehículos eléctricos como un esfuerzo para resolver el eterno cuello de botella de la conducción de larga distancia y una forma de dar a los Tesla una ventaja más sobre otros coches eléctricos.

El emprendedor en serie sigue pensando lo mismo. Cuando un usuario de X publicó a principios de año que teclear era el "mayor cuello de botella del progreso humano", Musk respondió con una sola palabra: "Neuralink". Estaba sugiriendo que su startup, centrada en construir una interfaz cerebro-ordenador, podría sustituir a la mecanografía como método de introducción de información.

Valores compartidos

A Buffett parecen gustarle las autopistas de peaje porque son una forma sencilla, segura y fiable de ganar dinero. A Musk parecen atraerle los cuellos de botella porque resolverlos permite el progreso tecnológico y le otorga una enorme influencia, ya sea para construir mejores baterías, redes de carga, cohetes reutilizables, satélites de comunicaciones, dispositivos de control mental o cualquier otra cosa.

Sin embargo, está claro que ambos reconocen el inmenso valor de los recursos escasos y las vías de acceso, y el poder que otorgan a quien los controla.

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