Las compras impulsivas son el resultado de una falta de control financiero estableciendo las prioridades y un marketing cada vez más agresivo, especialmente en campañas como rebajas, Black Friday y Navidad. 

Una encuesta de LendingTree ha concluido que el 70% de los estadounidenses han comprado en alguna ocasión basándose únicamente en sus emociones. El porcentaje aún es mayor entre las generaciones más jóvenes.

"Nadie es inmune": esta psicóloga explica qué nos hace tan susceptibles a la publicidad de los 'influencers'.

Aproximadamente el 75% de los millenials y de los miembros de la generación Z han comprado de forma impulsiva en base a sus emociones. "Están preparados para gastar ahora mismo. Para ahorrarlo para el futuro, debes tener una razón emocionalmente convincente. Esa es la ironía”, asegura el psicólogo financiero Brad Klontz a CNBC Make It.

La emoción y la felicidad influyen en el gasto

El estrés es la emoción principal que genera los gastos impulsivos, según el estudio. Pero otros sentimientos como la emoción y la felicidad también influyen en ello con unas cifras de 44 y el 38% respectivamente.

LendingTree ha expuesto que es precisamente este momento de euforia lo que lleva a comprar de manera impulsiva. Es más probable que los compradores gasten más cuando están de mejor humor, pero eso no significa que una experiencia emocional negativa no te haga apretar el gatillo y comprar”, asegura Klontz. 

El gasto emocional supone luchar contra tus instintos para evitar comprar aquello que quieres, o que crees que necesitas. Klontz ha advertido de los riesgos que puede suponer si se llega a convertir en una adicción: estrés, ansiedad, endeudamiento y deterioro de las relaciones familiares o de amistad.