Freepik, un caramelo para los gigantes tecnológicos: estas son las cifras que convierten a la empresa española, en venta por EQT, en un buen negocio

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  • EQT, fondo sueco de inversión dueño de Freepik, banco de imágenes español, busca la venta de la empresa en una operación rondaría los 1.000 millones de euros y va para largo, según ha adelantado Expansión.
  • Tras superar la pandemia y volver rápidamente a ebitda positivo en 2021, Freepik es rara avis en un momento en el que el sector busca cuentas saneadas.

Un buen negocio. Puede que algo caro, eso sí, pero un buen negocio al fin y al cabo. Esto es lo que Freepik, banco de imágenes español, representa a ojos de inversores y grandes empresas tecnológicas en un momento en el que, con el grifo de Wall Street cerrado, estos solo buscan una sola cosa: cuentas en verde.

Es por esto que EQT, todopoderoso grupo inversor sueco dueño a su vez de una veintena de fondos de capital riesgo, ha puesto a la venta la empresa española. La operación, según ha adelantado este viernes Expansión, puede superar los 700 millones de euros, va para largo y cuenta ya con la asesoría legal de Morgan Stanley.

Consultada por Business Insider España sobre ello, la empresa por ahora ha preferido no hacer comentarios.

Se trata, por tanto, de una operación de altos vuelos que viene justificada por un hecho: no abundan empresas como Freepik. En un sector tecnológico excesivamente mimado por los fondos en los últimos años, muchas compañías han optado por crecer a base de rondas de inversión y deuda.

No ha sido el caso de la empresa fundada en 2010 en Málaga por Alejandro Sánchez Blanes, Pablo Sánchez Blanes y Joaquín Cuenca. 

Entre julio de 2020 y julio de 2021, últimas cuentas disponibles, Freepik registró una facturación de algo más de 55 millones de euros y un ebitda (beneficio bruto de explotación, el negocio generado por la empresa antes de impuestos, amortizaciones y depreciaciones) de algo más de 25 millones de euros, según los datos tomados por Informa del Registro Mercantil.

Las cifras dan carpetazo al ebitda negativo de algo más de 11 millones de euros totalizados entre julio de 2019 y de 2020, un periodo marcado por la pandemia. Antes, en diciembre de 2019, Freepik tuvo un ebitda positivo para aquel año de casi 13 millones de euros. Su negocio funciona.

Lo hace sobre todo si se le compara con el sector. La empresa, recoge Informa, acude a financiación externa un 14% menos que la media, y su ratio entre el ebit, el resultado neto de explotación, y ventas ronda el 0,3%, muy por encima del 0,05% que presentan empresas semejantes. Finalmente, el porcentaje de ebit sobre ingresos totales se fue al 27%, casi un 22% por encima de la media.

Mientras, empresas sobre el papel más prometedoras incluso arrojan noticias preocupantes. Una de las últimas en hacerlo ha sido Wallbox, una startup de puntos de carga de vehículos eléctricos que se unió al selecto club de los unicornios españoles en 2021 y cotiza en Wall Street. 

Tras registrar unos ingresos récord de 147 millones de euros en 2022, la empresa totalizó también un ebitda ajustado negativo (agrega algunos gastos por intereses, deuda y amortización) de algo más de 86 millones de euros, un 150% más que los 35 que perdió en 2021. Como respuesta, la empresa ha despedido a casi el 10% de su plantilla.

Es solo un ejemplo, pero hay muchos más. Unos 8 años después de su nacimiento, la empresa de reparto Glovo, parte de la alemana Delivery Hero, perdió en 2022 más de 300 millones de euros. Por increíble que parezca, fueron buenas noticias: en 2021 perdió 475 millones.

Mientras la lista de las empresas que tienen sus cuentas en rojo suma y sigue, empresas como Freepik, cuyo negocio se basa en un 66% en suscripciones y en un 33% en acuerdos comerciales, valen cada día un poco más. 

La grandes tecnológicas, mejor posicionadas que los fondos

Con estos datos en la mano, bien podrá EQT decir aquello de: "Busque, compare y, si encuentra algo mejor, cómprelo". 

Todo hace indicar que a Freepik no le faltarán novias. La gran duda que se cernirá durante los próximos meses en torno a la empresa es quién se llevará el gato al agua en la que muchos apuntan que será una de las grandes operaciones del año.

El volumen de las cifras que se están manejando invita a pensar, naturalmente, que solo se meterán en algo así quienes anden bien de efectivo. Esto reduce los potenciales candidatos a 2: grandes fondos de inversión o gigantes tecnológicos, es decir, algún competidor de EQT o sospechosos habituales en este tipo de compras como Meta, Microsoft o Google.

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Lo que dicen los datos es que, por el momento, las grandes empresas parten con una ligera ventaja. 

El motivo es que aunque es verdad que estas andan inmersas en dolorosos procesos de ajuste de costes que se han saldado con miles de despidos que han despertado las ganas de muchos de sindicarse, no lo es menos que los grandes fondos están teniendo notables dificultades para acceder a una financiación que les sale muy cara.

Como resultado, tal y como recordó Business Insider España con un informe del banco de inversión Alantra, de las 25 grandes adquisiciones empresariales de 2022, un 60% de ellas correspondió a grandes empresas, mientras que un 40% lo protagonizaron los fondos.

Por ahora, impera la cautela. La quiebra de Silicon Valley Bank (que ha arrastrado a su matriz, SVB Financial) y la crisis que vive estos días en Credite Suisse amenaza con ralentizar una operación que solo está dando sus primeros pasos. El reloj, sin embargo, ha empezado a correr.

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