El pánico al derrumbe de Credit Suisse incendia los mercados y ahora todos miran al BCE: "Es un problema mucho más global de lo que pensábamos"

Foto de Credit Suisse

REUTERS/Denis Balibouse

  • La crisis de Credit Suisse arrastra consigo al sector bancario europeo, provocando un desplome masivo en bolsa horas antes de la reunión del BCE, que decidirá si mantiene o ralentiza las subidas de tipos de interés.
  • "El BCE puede decir misa con las subidas. Ahora lo que está en riesgo es el sector bancario europeo", avisa Alicia García-Herrero, economista jefe Asia-Pacífico en Natixis.

En los últimos años no había habido ni una quiebra bancaria en Estados Unidos. En los últimos días, ya van 3: Silvergate Bank, Signature Bank y Silicon Valley Bank. A uno y otro lado del charco, las autoridades insisten en que no es un problema sistémico, que no hay riesgo de contagio... Mientras tanto, un banco europeo, Credit Suisse, se tambalea en la cuerda floja.

El miedo al colapso de Credit Suisse ha disparado las alarmas en los mercados. El banco suizo encadena 8 sesiones de caídas en bolsa, donde ha perdido más del 30% de su capitalización. La posibilidad de que esta crisis bancaria no sea un problema aislado por la mala gestión de 3 bancos empieza a pesar, y el temor a un efecto dominó de magnitudes globales es real.

"Todavía es difícil valorar, pero creo que hay que dejar abierto que esta crisis sea un problema mucho más global de lo que pensábamos hasta hoy", avisa Alicia García-Herrero, economista jefe Asia-Pacífico en Natixis, en una entrevista telefónica con Business Insider España.

Salvando las distancias, lo ocurrido en los últimos días recuerda a la primera semana de 2007, cuando, en cuestión de 3 días, quiebran 3 sociedades hipotecarias en Estados Unidos, mientras al otro lado del Atlántico BNP Paribas anunciaba la suspensión de varios de sus fondos. Fue la antesala de la gran crisis financiera de 2008, que se extendió durante meses y terminó explotando con la caída de Lehman Brothers.

"Hasta ahora, lo de los últimos días se había considerado un fenómeno local, porque no eran bancos sistémicos ni transfronterizos. Pero Credit Suisse no es un banquito. Ahora vemos un movimiento mucho más agresivo y global. Evitar que se haga transfronterizo es muy difícil", añade.

La conversación con García-Herrero comienza minutos después de que el Banco Nacional Saudí, el principal accionista de Credit Suisse, anunciara que no dará más apoyo al banco suizo, y un día después de reconocer que había detectado una "debilidad material" en el control interno de la información financiera. 

"La respuesta es absolutamente no, por muchas razones fuera de la razón más simple, que es regulatoria y estatutaria", dijo ayer el presidente del Banco Nacional Saudita, Ammar Al Khudairy, en una entrevista con Bloomberg TV. En la última ampliación de capital que lanzó Credit Suisse, los saudíes metieron 1.500 millones de francos suizos y se hicieron con una participación del 9,88%.

Tras el anuncio, la entidad helvética cayó más de un 20% en bolsa, arrastrando consigo a todo el sector bancario europeo, hasta el punto de que los reguladores suspendieron la cotización de grandes bancos europeos, como Société Génerale, UniCredit y Monte dei Paschi, además de Credit Suisse. 

Esta mañana, el banco subía un 30%, después de que el Banco Nacional de Suiza asegurará que apoyará a Credit Suisse con una inyección de liquidez.

El desplome masivo en bolsas se produjo apenas unas horas antes de la reunión del Banco Central Europeo (BCE), donde el Consejo de Gobierno se enfrenta ahora a una decisión crucial: mantener la subida de tipos prevista y arriesgarse a un terremoto financiero, o ralentizarlas y enviar un mensaje a los mercados de que se viene lo peor. 

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 "Había un monstruo en Credit Suisse"

Pero este problema no es nuevo. "Había un monstruo en Credit Suisse. Un problema enquistado que no acababa de solucionarse, que era que no tenía capital, y todo el mundo lo sabía", señala García-Herrero.

El colapso de los fondos Archegos y Greensill, dos grandes clientes que le generaban cientos de millones de euros en comisiones, dejó tiritando a Credit Suisse en 2021. Desde el año pasado, la entidad suiza arrastra 123.200 millones de francos suizos (126.000 millones de euros) en retiradas de fondos, que le llevaron a registrar pérdidas por 7.400 millones de euros en 2022.

Con este caldo de cultivo, no debería sorprender que una chispa provoque un incendio masivo. En octubre del año pasado, el consejero delegado de Credit Suisse, Ulrich Koerner, dijo a los empleados en un comunicado antes de la presentación de su plan de reestructuración, que el banco se encontraba en un "momento crítico", y que debían esperar más volatilidad en el mercado.

Un inversor de Credit Suisse dijo a un reportero de la cadena estadounidense Fox que el brazo de inversión del banco es un "desastre", y que las permutas de incumplimiento crediticio (credit-default swaps, en inglés) cotizan como si un "momento Lehman estuviera a punto de llegar".

"El problema saltó a los mercados cuando cosas iban mal. Pero entonces el banco saudí metió dinero, y mientras tanto la Fed empezó a levantar el pie del acelerador de los tipos, todos creímos en la desinflación, y China empezó a reabrirse. Hubo fiesta hasta hace poco, y ahora parece que nos hemos equivocado", explica García-Herrero.

Mientras las cosas iban bien, García-Herrero opina que "una institución como Credit Suisse tenía una ventana de oportunidad que ha desperdiciado. Deberíamos haber aprendido de crisis anteriores que no hay que dejar que los problemas se enquisten, y creo que los reguladores deberían apretar para que en tiempos de bonanza se hagan estas cosas ¿De qué ha servido la reforma financiera si no?".

Credit Suisse está considerado en Suiza como un banco sistémico y, si quebrara, habría un rescate por parte del Gobierno suizo, pero también se baraja la venta de diferentes áreas, como la banca de inversión.

Ayer, el presidente de Credit Suisse, Axel Lehmann, rechazaba la necesidad de recibir apoyo público, alegando que los problemas de la entidad no son comparables al colapso de Silicon Valley Bank. "Tenemos niveles de capital sólidos y un balance fuerte", dijo: "Ya tomamos la medicina", en referencia al plan de reestructuración que anunció en octubre.

Hoy, en cambio, el mundo amanece con la noticia de que el banco pedirá prestado al Banco Nacional Suizo (BNS) hasta 50.000 millones de francos (unos 50.750 millones de euros) para fortalecer su liquidez de manera preventiva

Para García-Herrero, lo que ahora los reguladores deberían hacer es recalibrar las reglas del sistema, por ejemplo, prohibiendo el short selling, y habilitando líneas de liquidez. Pero, sea cual sea la respuesta, insiste, hace falta que sea una solución coordinada. 

"Estamos ante una crisis transfronteriza. El problema es que unos hagan una cosa y, otros, otra. Si esto sigue así, habrá una reunión de emergencia entre los reguladores de EEUU, Europa y Asia, y las consecuencias serán menores si los reguladores hacen algún tipo de anuncio", añade.

Es lo que se ha hecho en episodios anteriores de la historia, y no hace falta irse muy lejos: "llevamos ya tantas crisis... En marzo de 2020 el anuncio de las líneas de financiación calmó rápidamente al mercado. Todo eso que hicieron, lo pueden volver a hacer, pero lo tenemos que escuchar rapidito". 

Todos los ojos puestos en Lagarde: "El BCE puede decir misa, pero está en riesgo el sistema bancario europeo"

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo.
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo.

Francois Lenoir/Reuters

El suelo que tiembla es el de las sucursales de Credit Suisse, pero el riesgo de un terremoto en el sector bancario europeo hace que todos los ojos estén puestos ahora mismo en la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y en la decisión que tomará hoy el organismo sobre subir los tipos de interés.

El Consejo de Gobierno del BCE se reunía hoy para anunciar una nueva subida de tipos, y todo el mundo descontaba que sería del 0,5%... hasta ayer. 

En su última reunión celebrada en febrero, el BCE subió tipos un 0,5% y envió un mensaje claro: continuaría en la línea dura de subidas, preparando a los mercados para lo que iba a ocurrir en las siguientes reuniones, y dejando caer que haría lo mismo en marzo (pocas veces ha sido tan explícito en su orientación futura). Pero el derrumbe de Credit Suisse ha dado al traste con los planes del BCE.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde

Para García-Herrero, que el BCE se mantenga en sus trece subiendo tipos un 0,5% "es muy peligroso, porque no sabemos cuánto riesgo de contrapartida hay". Si mantienen esa subida, añade, esta debería ir acompañada de una ventana de liquidez gigante.

Se trataría de asegurarse un instrumento para combatir la inflación (mediante la subida de tipos), pero sumando otro instrumento que garantizase la estabilidad financiera. "No subir tipos es casi imposible porque les va la reputación en ello. Pero si solo suben tipos, no sé qué puede pasar".

Si las entidades europeas tienen problemas de liquidez porque tienen posiciones muy grandes, porque la mitad de sus balances están fuera, o porque las entidades de otras regiones no les quieren prestar por miedo, el sistema bancario europeo puede encontrarse con un auténtico problema. "El BCE puede decir misa con las subidas. Ahora lo que está en riesgo es el sector bancario europeo".

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