Dejó Twitter por negarse a participar en la venta de datos de usuarios identificables y ahora teme que Elon Musk haga cosas "mucho peores"

Britney Nguyen
| Traducido por: 
Sede de Twitter en San Francisco, California.
Sede de Twitter en San Francisco, California.

Tayfun Coskun/Getty Images

Un antiguo ingeniero de software que trabajó en Twitter desvela en un polémico hilo lo que llama "la cosa menos ética" que le pidieron construir en la compañía antes de irse en 2017.

Steve Krenzel trabajó en Twitter como ingeniero de software de 2015 a 2017, según su perfil de LinkedIn. Explica a Business Insider que escribió el hilo en medio de la toma de posesión de Twitter por parte de Elon Musk para "compartir una historia de guerra y dar algo de apoyo a los ingenieros en posiciones igualmente difíciles."

Krenzel cuenta que, hace años, se vio arrastrado a trabajar con el equipo de Ventas de Twitter con una gran empresa de telecomunicaciones que quería pagar a la red social para que registrara y luego le enviara datos sobre la intensidad de la señal en Norteamérica.

En ese momento, Krenzel afirmó que Twitter estaba "al borde de la muerte" y "desesperado" por encontrar un comprador. 

Krenzel trabajó con el departamento de Ciencia de datos "para encontrar una ecuación" que siguiera "preservando el anonimato incluso cuando se combinara con otras fuentes de datos".

Pero la empresa de telecomunicaciones pensó que era inútil, y quería poder saber cuántos usuarios de Twitter entraban en las tiendas de sus rivales, una petición que al ingeniero le pareció "un poco más imprecisa, pero tal vez factible de una forma que respetase la privacidad".

Tras presentar una alternativa, Krenzel recuerda que a la empresa de telecomunicaciones "no le gustó y se sintió frustrada", al igual que el equipo de Ventas de Twitter. Entonces le pidieron que fuera a la sede de la empresa de telecomunicaciones. Tal y como comenta el exempleado, la petición posterior fue "absurda".

 

Saber todo sobre los usuarios

"Acabé reuniéndome con un director que llegó resoplando", relata. Dijo: "Debemos saber cuándo salen los usuarios de su casa, su trayecto al trabajo y todos los lugares a los que van a lo largo del día. Todo lo que no sea eso es inútil. Otras empresas tecnológicas nos dan mucho más que eso".

Krenzel alegó que nunca ayudaría a vender datos "potencialmente identificables" de los usuarios, pero el equipo legal de Twitter le dijo que la petición de la empresa de telecomunicaciones estaba "bien" y que no violaba los términos de servicio de los usuarios de Twitter.

En ese momento, Twitter estaba realizando despidos y no contaba con otro ingeniero para hacer el trabajo que Krenzel y el resto de su equipo no querían hacer. Aunque su departamento no se vio afectado por los despidos, cuenta que la mitad de ellos renunció.

"Decidí unirme al éxodo y tirar de cualquier palanca para acabar con esto en mi salida", afirma Krenzel.

Así que renunció. Krenzel recuerda que un nuevo gerente le preguntó si se quedaría en la empresa y trabajaría con la compañía de telecomunicaciones si Twitter "llenaba un camión de basura con dinero y se lo echaba encima".

El ingeniero asegura que envió su último correo electrónico en Twitter a Jack Dorsey, el cofundador de la compañía que ejerció de consejero delegado desde que Krenzel comenzó en 2015 hasta 2021.

 

En respuesta, Krenzel cuenta que Dorsey le contestó que examinaría la solicitud de la compañía de telecomunicaciones para "asegurarse de que no hay un malentendido." Dorsey dijo que la petición "no parece correcta" y que Twitter "no querría hacer eso", según Krenzel.

El ingeniero afirma que el proyecto fue cancelado por lo que sabe, y que a Dorsey "no le gustó".

¿Y ahora qué?

"Sin embargo, no sé si esta mentalidad se mantendrá con el nuevo propietario de Twitter", reprocha Krenzel. "Supongo que Elon hará cosas mucho peores con los datos".

Krenzel advierte a los actuales empleados de la compañía que no subestimen el concepto de "veto", o el no seguir las decisiones para paralizarlas.

"A veces no funciona, o tienes que escalar y arriesgarte a que te salga el tiro por la culata, pero un buen derecho a veto es una herramienta que hay que aprender a manejar bien", exclama.

Elon Musk, que se convirtió en el nuevo propietario de Twitter el mes pasado, respondió al tuit de Krenzel sobre su reunión con el director de telecomunicaciones no identificado, y con un: "¡Vaya, esto es un lío!". 

Musk no respondió a la solicitud de comentarios de Business Insider antes de esta publicación en la que se le preguntaba si alguna vez vendería el acceso a los datos identificables de los usuarios.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.