¿Cómo se construyen los sueños? Este es el proceso de fabricación de un Ferrari

“El Ferrari es un sueño; sueño para los pocos afortunados que lo tienen y para la mayoría de las personas que no”, decía Il commendatore, Enzo Ferrari. Razón no le faltaba. Pero más allá del propio vehículo, los engranajes que llevan a su montaje son en sí una fantasía propia.

"El sueño" comienza a rugir en la Cittadella que posee Ferrari en la ciudad de Maranello, al norte de Italia. Verdaderamente, la llaman así porque parece un palacio, rodeado de jardines y plazas. 

Entre diversos edificios, la fábrica, que ocupa 250.000 metros cuadrados sin contar el circuito y otras instalaciones, se divide en hangares donde se producen las diferentes partes del automóvil.

Todo coche allí fabricado pasa por 3 zonas diferentes dentro de la cadena de producción. La creación de este vehículo, al alcance de muy pocos, arranca en la zona de fundición, donde se manipulan lingotes de aluminio en un horno a altas temperaturas.

Así se van usando moldes de acero y arena para producir uno de los motores más potentes del mercado. Además, en todo momento se realiza un control de calidad que garantice el proceso.  

Luego las piezas de metal pasan al taller mecánico para empezar a formar el motor en la zona de ensamblaje.  Ahí, cada motor es manipulado por solo uno de los 3.000 empleados de la empresa. Cuando termina, la pieza pasa a un control de calidad específico de 7 fases para después pasar a la caja de cambios.

Paralelamente, la carrocería, a la que continuamente se hacen mediciones para comprobar la aerodinámica, entra en la línea de montaje. Se instala la parte eléctrica y demás detalles de la carrocería.

Al mismo tiempo, se trabaja la tapicería en el taller de pieles, mientras en la línea de producción se unen motor y carrocería, uno de los momentos más importantes del proceso. De hecho, a esta unión que hace que el coche empiece a tomar forma se le llama popularmente Il Matrimonio. 

Con una buena parte del coche ya montada, un robot se encarga de agarrarlo con dos brazos mecánicos y trasladarlo por todo el taller desde el techo. Lo transporta manipulándolo de puesto en puesto para que los diferentes trabajadores instalen el interior del vehículo. El robot para el vehículo en cada una de las 50 estaciones donde 2 trabajadores lo manipulan repitiendo el proceso una y otra vez. 

De nuevo, se comprueba que funcione toda la instalación eléctrica ya con llantas y cristales. Finalmente, se ultiman todos los detalles y se hace una prueba en carretera para verificar su seguridad y buen estado.

La fabricación mezcla la automatización de procesos con una minuciosa mano de obra. Como curiosidad, a lo largo de toda la fábrica hay diferentes jardines para ayudar a regular la humedad. 

Otro dato a destacar es que las calles de la ciudad de Ferrari llevan los nombres de grandes pilotos de la escudería. Es más, algunos como Michael Schumacher tienen una plaza dedicada.

Ferrari comenzó a producir vehículos en serie en 1947 y es una marca tan exclusiva que incluso tiene una lista negra de clientes. 

Se estima que la escudería necesita 5 días para unir los componentes que forman el motor de un Ferrari y 3 más para montar el vehículo.