Por qué la filosofía de estar en contra de tu banco no te sirve para nada

Mujer enfadada con su móvil.

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  • Los bancos pueden tener mejores o peores intenciones, pero tú no te puedes desentender de las responsabilidades que asumes con sus productos. 
  • Tienes que pasar de estar en contra de tu banco a estar a favor de tu dinero (y perder el miedo a romper con tu entidad).

No eres el único que se ha enfadado con su banco alguna vez. Con (o sin) razón. 

La mayoría de las veces esto sucede porque no terminas de ver a tu banco como lo que es: una empresa más, con productos detrás de los que hay unos intereses —y que, aunque tú seas su cliente y salgan ganando tratándote bien, no siempre sale bien—.

"Es mucho más llevadero enfadarse con el otro que con nosotros mismos", dice Rafael San Román, psicólogo de ifeel

"Dando por sentado que el banco cumple las leyes, nuestro papel es entender que entre las reglas de este 'juego' hay una premisa básica: el banco es una empresa cuyo producto es el dinero y, como toda empresa, su razón de ser es ganar cuanto más dinero mejor. Un manejo responsable de nuestro dinero implica entender las operaciones y asumir que si ganamos uno el banco gana 4", añade. 

Es lo mismo que esperas de Apple, Amazon o cualquiera que sea la marca que está detrás de los muebles que tienes en casa. Pero del iPhone o la Airfryer sí que te molestas en buscar información, ¿no? Eso es lo que deberías hacer con tu cuenta corriente, tu cuenta de ahorro e incluso tu tarjeta de débito, crédito o revolving (que no son lo mismo y te lo venden como tal).  

Entenderlos muy bien es lo que te da el nivel de educación financiera suficiente para plantarle cara a tu banco. A partir de ahí, ya puedes pasar la pelota a su tejado.

"Quizás ha sido el banco el que ha cometido una aberración. Pero, por otro lado, también es más fácil culpar a la banca que plantearnos hasta qué punto nosotros autorizamos un cierto uso de nuestro dinero o un cierto nivel de riesgo cuando contratamos un determinado producto", añade San Román. 

"En todos los órdenes de la vida es psicológicamente conflictivo asumir responsabilidades. El propio banco tenderá a no hacerlo".

Pasa de estar en contra de los bancos a estar a favor de tu dinero

Tu banco sabe que la gran mayoría de las veces no sabes lo que entra o sale de tu cuenta —por eso necesitas un presupuesto personal—. Esos datos son imprescindibles para no contratar productos financieros que lastren tus finanzas, como un préstamo, una tarjeta con intereses abusivos o un producto de inversión que no terminas de entender.

Te puede vender muy bien sus productos —como te venden el iPhone todos los años y ni siquiera necesitas comprarte un móvil nuevo—, pero tú tienes que estar seguro de lo que quieres y, sobre todo, de que sabes qué implica contratar ese producto. 

Recuerda, al banco le conviene que a ti te vaya bien. Y viceversa.

"Las entidades somos responsables de la satisfacción de nuestros clientes y eso pasa por informarles, asesorarles y atenderles en todo momento. Se trata de ser claro y es clave que el ahorrador entienda qué está haciendo con su dinero y qué está contratando en todo momento", defiende Juan Massana de Castro, responsable de Banco Mediolanum en la Zona Madrid-Centro.

 

La confianza del cliente es la segunda variable clave para evaluar a cualquier entidad, sólo por detrás de la calidad de los servicios que ofrecen. Si cae, es un claro indicador de que el cliente va a empezar a buscar productos en otras entidades, según un estudio publicado por EY. Esto es un riesgo para el sector —e incluso para la salud financiera de la sociedad, advierten otros estudios—.

"A través de nuestros asesores financieros, los Family Bankers, procuramos despejar sus dudas, contribuir a la educación financiera y acompañarles en todo momento. Ese acompañamiento continuo es la base para cimentar una relación de confianza a largo plazo, en nuestro caso, un vínculo de confianza entre ahorrador y asesor financiero", añade.

La entidad lideró el ránking de satisfacción de clientes de la banca española por tercer año consecutivo en 2022. 

Puedes buscar en cualquier momento una entidad con mejores condiciones —incluso con una hipoteca—

La tradición de pertenecer toda la familia a la misma entidad bancaria ya ha desaparecido. Y la idea de casarnos con el banco por una hipoteca está a punto de esfumarse. 

"Hoy día ya no es tan sencillo establecer un vínculo emocional como con las generaciones anteriores. En el primer contacto con un banco, los jóvenes no priorizan tanto ese vínculo y buscan otros beneficios más adecuados a su modelo de vida, más tecnológico e inmediato", cuenta Massana, quien también intervino en el SBM sobre finanzas personales de Business Insider España.

"El hábito de muchos españoles de adquirir una vivienda a través de una hipoteca ha fomentado una cierta idea de 'casarse' con la entidad que concede el préstamo para los próximos 30 años", describe Massana. 

San Román explica que este proceso se entiende como el proyecto financiero de mayor envergadura, tanto por volumen de gasto como por el tiempo que conlleva, que un ciudadano medio emprende. 

"Es como un compromiso a muy largo plazo del que suele ser problemático deshacerse: aquí aterrizamos al firmar, aquí nos quedamos hasta que se acabe", añade.

"En realidad, es todo lo contrario", defiende el responsable de Banco-Mediolanum. "Cualquier ahorrador puede traspasar todas sus posiciones —incluso la hipoteca— a aquella entidad que más le convenga", dice.

 

Si tu banco está haciendo algo que no entiendes o que no te gusta, pregunta antes de actuar. Si finalmente no encajan sus propósitos con los tuyos, rompe con él. Esto, como en todas las relaciones, es la parte más difícil. A diferencia del resto de empresas, los bancos operan con tu dinero y el miedo de cambiar de entidad te puede paralizar

"Muchas personas se plantean cambiarse a otro banco pero este no les genera la misma sensación de seguridad, les da pocas facilidades, o, simplemente, les obliga a algo no asumible (como domiciliar una nómina). Si el banco alternativo no responde a nuestras necesidades, lo previsible es que nos quedemos en nuestro banco actual", dice el psicólogo.

Pero, si no haces nada, podrías poner en riesgo tus finanzas. A la hora de la verdad, la nueva entidad va a competir por el producto que tienes ahora contratado. 

"Existe un sentimiento generalizado de confort, una idea en la que prima la confianza inicial, los años de conocer a una entidad y su histórico. Sin embargo, todas las entidades ponen todas las facilidades para ayudarte a cambiar para que trabajes con ellos", dice Massana. 

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