Fin a la batalla judicial: Samsung deberá pagar 539 millones de dólares a Apple por copiar el diseño del iPhone

Tim Cook CEO Apple

La batalla judicial entre Apple y Samsung por el diseño original del iPhone ya tiene veredicto final. Un juzgado de San José (California, Estados Unidos) ha dictaminado que Samsung infringió varias patentes de diseño y utilidad de Apple, por lo que condena a la empresa surcoreana a pagar una indemnización de 539 millones de dólares (unos 460 millones de euros) a la empresa de Cupertino, según informa Bloomberg.

Creemos profundamente en el valor del diseño, y nuestros equipos trabajan incansablemente para crear productos innovadores que deleiten a nuestros clientes”, ha explicado Apple en un comunicado después de conocerse el veredicto en el que subraya que, para la compañía, "el caso siempre ha sido más que dinero".

"La decisión es contraria a un fallo unánime del Tribunal Supremo a favor de Samsung sobre el alcance de los daños por las patentes de diseño. Consideraremos todas las opciones para obtener un resultado que no obstaculice la creatividad", ha respondido Samsung al fallo de la corte californiana.

La sentencia determina que Samsung infringió tres de las patentes de diseño de Apple en sus teléfonos, en un caso que se remonta a principios de la década y que se basa en el diseño original del iPhone 3GS que Apple entiende varios fabricantes copiaron en diferentes smartphones y tabletas como el Samsung Galaxy S.

En concreto, la sentencia reconoce que Samsung infringió las esquinas redondeadas del iPhone, el borde que rodea a la parte frontal y la rejilla de iconos de la pantalla principal. De la misma manera, el juzgado de San José entiende que Samsung también infringió dos patentes de utilidad, que en palabras de Apple, se refieren a “los elementos que el mundo ha llegado a asociar con los dispositivos móviles de Apple”.

Siete años de batalla en los juzgados

La batalla judicial se ha desarrollado en diferentes países, incluyendo Corea del Sur, Japón, Alemania, Francia o Italia. Este veredicto se refiere al conflicto en Estados Unidos, donde Samsung ya fue condenada inicialmente a pagar a Apple más de 1.000 millones de dólares en 2012, cifra que se redujo tras un nuevo juicio un año después al admitirse varias apelaciones hasta los 538 millones de dólares.

Después de que Samsung aceptara pagar solo parte de esa cantidad el caso se terminó elevando hasta el Tribunal Supremo de Justicia de los Estados Unidos, que rechazó el argumento de que la multa se pudiera imponer en base al valor total de los iPhone al  tratarse de un caso de patentes que afectaban a partes del smartphone.

Esa decisión llevó a un nuevo capítulo judicial que se activó el pasado otoño en el que se debía determinar qué daños y perjuicios debía recibir Apple. La cuestión clave era si para calcular la suma que debía recibir Apple había que basarse en el valor específico de las patentes que infringió Samsung o si se podía calcular por el valor total del teléfono que contiene todas esas innovaciones.

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Si un teléfono de 800 dólares contenía 300 dólares de piezas relacionadas con esas patentes, Samsung argumentaba que solo debía abonar daños y perjuicios por esa parte, mientras que Apple siempre ha argumentado que las innovaciones incorporadas en esas piezas de 300 dólares hicieron posible la venta de sus teléfonos por el valor completo de 800 dólares. 

Finalmente la sentencia determina una sanción de 533 millones de dólares por infringir las patentes de diseño y otros 5 millones adicionales por infringir las patentes de utilidad, con una suma total de 538,6 millones de dólares. La cifra se sitúa a medio camino entre los cerca de 1.000 millones que llegó a pedir Apple y los 28 millones de dólares que Samsung ofreció pagar.

Samsung ya llegó a abonar 548 millones de dólares a Apple en diciembre de 2015, incluyendo 399 millones de dólares por la violación de algunas de las patentes en cuestión en el juicio de esta semana.

Una relación más estrecha

El panorama de la industria tecnológica ha cambiado significativamente desde que la batalla judicial entre Apple y Samsung se abriera a principios de la década. Apple y Samsung son las grandes dominadoras del mercado mundial de la telefonía móvil, aunque en los últimos años algunas empresas chinas han comenzado a ganar cuota de mercado, sobre todo a costa de la compañía surcoreana.

Apple siempre ha defendido que este caso de patentes iba mucho más allá del dinero, ya que la cantidad total no supone ni mucho menos un agujero considerable para una empresa como Samsung que en el primer trimestre de 2018 obtuvo un beneficio operativo de 14.400 millones de dólares. Tim Cook aseguró en su momento que era una cuestión de "valores" y que la compañía emprendió la vía legal " a regañadientes y después de pedir repetidamente a Samsung que dejara de copiar" su trabajo.

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La relación entre ambos gigantes ha cambiado por completo desde entonces. Samsung se ha convertido en un importante proveedor para Apple, que incorpora en sus iPhone varios componentes desarrollados por la compañía surcoreana, como por ejemplo la pantalla OLED que utiliza su modelo más exclusivo, el iPhone X.

Aún así Apple y Samsung personalizan una batalla en el sector tecnológico que va mucho más allá de la industria de la telefonía móvil y que en el futuro apunta no solo a los altavoces inteligentes o al software de inteligencia artificial, sino a la carrera por el coche autónomo o las gafas de realidad virtual.

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