"Donde hay amenaza, hay oportunidad": así aprovechan los fondos la creciente preocupación en ciberseguridad, pero el mercado también tiene retos

Suena crudo, pero es la realidad: allí donde reina el miedo, existen siempre buenas oportunidades de ganar dinero. 

Lo aprendió el mundo entero durante la pasada crisis económica de 2008, cuando unos pocos se hicieron de oro apostando a la contra en mitad del pánico bursátil, y lo ha recordado recientemente la pandemia, cuando farmacéuticas con medicamentos todavía sin terminar de testar multiplicaron unas cuantas veces su valor en bolsa. 

Los mejores inversores, que son aquellos acostumbrados a ganar dinero caminando en dirección contraria a la masa, saben que el miedo es un excelente acicate para que se muevan los billetes. Hoy, a falta de pandemias y crisis inmobiliarias, cuando la IA es la tecnología que copa los titulares, un sector está despertando el interés de los fondos: la ciberseguridad.

Sobre ello reflexionaron hace días en Madrid algunas de las voces más autorizadas de los fondos de inversión en un evento celebrado por el gestor financiero Alantra y 33N, su gestora de fondos dedicados precisamente a la ciberseguridad.

Brian NeSmith, cofundador y CEO de Arctic Wolf, una empresa dedicada al sector, comenzó una disertación reflexionando sobre el carácter particular de los problemas que surgen en la seguridad informática de las empresas.

"Actualmente solo hemos avanzado un 5% en el camino hacia la realización completa de las expectativas sobre el mundo digital. Cada riesgo evidente en el mundo físico será replicado en el ámbito digital, acompañado por un conjunto adicional de riesgos únicos para este último", advirtió NeSmith.

La ciberseguridad, según el experto, es distinta al resto de sectores digitales porque, en principio, no se ve. Si bien una conexión a internet más rápida o una web optimizada son percibidas de inmediato por usuarios y clientes, una seguridad mejorada nunca se termina de notar: "El fallo permanece elusivo hasta que se manifiesta de manera espectacular y desagradable", definió.

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¿Quiere decir esto que la oportunidad de inversión tampoco está ahí? Para NeSmith, ni mucho menos: "A pesar de estos desafíos, existe una oportunidad significativa debido a la proliferación de nuevas empresas y a las importantes inversiones en este campo, lo que ofrece el potencial de generar beneficios sustanciales."

Ben Tomkins, jefe de Tecnología en Europa de la firma de inversión especializada en tecnología Stifel, fue el primero en poner cifras al fenómeno. 

"Casi el 40% de las empresas que han hecho transacciones en el sector en los últimos cinco años se han vendido por una valoración de más de nueve veces sus ingresos, que es una cifra realmente significativa. Y muchas de ellas se han vendido por 35 veces sus ingresos".

"Este es un espacio y una industria donde las mejores empresas logran valoraciones sobresalientes en tiempos normales y francamente destacables en los últimos cinco años", enfatizó.

Joana Candina, socia de McKinsey y experta en energía y transformación digital, dio también dimensión a la tarta que representa la industria en el Viejo Continente: "Europa representa alrededor del 30% del mercado mundial. Fue un mercado de 50.000 millones en 2023, un mercado muy atractivo. La tasa de crecimiento anual bruta se sitúa entre el 11% y el 13% anual". 

Por países, Francia, Reino Unido e Italia son los que más están apostando en un sector que está creciendo en general: "Hay más y más inversión. Por sectores, la banca y la sanidad son los dos sectores que más gastan en ciberseguridad".

Eso sí, EEUU sigue reinando. El país representa entre un 40% y un 43% de la cuota del mercado total en 2023, y los expertos esperan que al menos hasta 2027 estos porcentajes se mantengan más o menos estables, sobre todo considerando que más de la mitad de los beneficios del sector vienen de la industria militar.

El mercado nacional y sus desafíos: la ciberseguridad también tiene retos

Pero la industria también tiene frenos. Más bien desafíos.

Algunos no son estrictamente propios. La ciberseguridad en Europa, como le sucede a otros mercados tecnológicos, adolece de un problema de atomización. Si la industria de las telecomunicaciones está en un estado de debilidad frente al sector en EEUU, por ejemplo, es fruto de la regulación en la Unión Europea que fragmenta el mercado en 27 mercados nacionales.

En el ámbito de la ciberseguridad no sucede estrictamente lo mismo, pero es evidente que, hoy por hoy, cada país sigue haciendo la guerra por su lado. Ahí desembocan los problemas de España. En España, por ejemplo, el mayor desafío no es la captación de talento, como se preconiza desde hace años en múltiples foros: es su retención.

Mientras que la industria de la ciberseguridad es global y transnacional, empresas españolas son conscientes de que no pueden competir con los titanes del otro lado del Atlántico. Al menos, no en salarios. Más, cuando en muchas de estas firmas el teletrabajo se ha normalizado y muchos hackers españoles se desempeñan profesionalmente desde aquí para firmas de fuera.

Tarlogic Security es una firma española de ciberseguridad. De las más consolidadas de su sector. Andrés Tarascó, su CEO, reconocía en una reciente entrevista con este medio que el mercado funciona con rachas y se puede llegar a estar varios meses sin poder cerrar un fichaje. "Es un mercado que crece muchísimo y eso tensiona la contratación".

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Su jefe de Operaciones, Koldo Muñoz, apostillaba que además toca compertir con esas empresas internacionales. A menudo no alcanza para contratar según qué perfiles que se mueven con salarios muchos más altos fuera. Tarlogic, por eso, está apostando por otra serie de ventajas para su plantilla. Aunque Muñoz tiene clara cuál podría ser la solución.

"La única alternativa es la internacionalización. Salir a competir de igual a igual con otras multinacionales y sin complejos. Poder vender nuestros servicios a tarifas internacionales y poder pagar sueldos internacionales", abunda. "Aunque eso solo resuelve una parte del problema".

El resto del problema continúa: "¿Cómo vas a dar servicio a las empresas nacionales y a las Administraciones Públicas con talento de calidad? Es imposible. España va a quedar esquilmada dentro de unos años de tecnológicas que tengan capacidad de ofrecer estos servicios especializados".

El propio Félix Barrio, director del Instituto Nacional de Ciberseguridad, también estuvo presente en la charla con los fondos de hace unos días. Hace meses, en una entrevista con Business Insider España, reconocía que las críticas de los trabajadores de la industria que están hartos de escuchar el mantra de la falta de talento tenían parte de razón.

En aquella conversación, Barrio reconocía que el tejido productivo español tiene dificultades para acceder a "determinados empleos de alta cualificación" porque hay muchas empresas de menor tamaño. 

Esto hace que sea necesaria "una política pública que nos permita compensar esos desequilibrios". "Necesitamos mantener el nivel de inversión público y privada en todos los sectores, porque todos son estratégicos y necesarios". 

Por eso Barrio defiende que muchos programas de inversión que se están ejecutando desde el INCIBE hacen particularmente énfasis en esas necesidades. Sin ir más lejos, la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Mayte Ledo, avanzó hace días que el Kit Digital llegará ahora también a medianas empresas para que estas implementen la IA en sus negocios.