3 frases que nunca debes usar si quieres desarrollar una alta inteligencia emocional en tus hijos, según una neuropsicóloga de Harvard

Querer desarrollar la inteligencia emocional de tus hijos no es meramente un capricho de padre moderno. 

Este concepto fue acuñado en los años 90 para referir a la capacidad de comprender y gestionar las emociones propias y de los demás. Con los años se ha convertido en una cualidad cada vez más popular. Hasta el punto de ser descrita como "la condición sine qua non del liderazgo". 

"Sin ella, una persona puede tener la mejor formación del mundo, una mente incisiva y analítica y un suministro interminable de ideas inteligentes, pero aún así no será un gran líder", señala uno de los artículos más populares de Harvard Business Reviews.

Las personas con una inteligencia emocional se caracterizan entre otras cosas por tener confianza en sí mismos, alta autogestión y una fuerte capacidad para gestionar relaciones. Cualidades que les llevan a ser más exitosas en la vida.

Si quieres que tus hijos desarrollen al máximo su inteligencia emocional tendrás que estimularlos adecuadamente. Lo que pasa entre otras cosas por "hablarles de manera emocionalmente inteligente", recalca Julia DiGangi, neuropsicóloga formada en Harvard.

Centrada en enseñar estilos de comunicación que promueven la conexión y la independencia, claves para tener relaciones sólidas, saludables y empáticas, DiGangi ha revelado en CNBC las frases que nunca debes decir para potenciar la inteligencia emocional en los niños.

"Por qué no me escuchas"

De acuerdo con la especialista, aunque se tienda a pensar que es al revés, uno de los grandes problemas de la crianza reside en que los padres no escuchaban las necesidades de sus hijos.

"Los cerebros de los niños están programados para la autonomía y la necesidad de explorar el mundo en función de su propia identidad, no de sus creencias sobre quiénes deberían ser", enfatiza DiGangi.

Con eso en mente la próxima vez que estés combatiendo con la obstinación de tu hijo en lugar de preguntarle "por qué no me escuchas", considera preguntarle: "¿Te he escuchado?".

"Los padres emocionalmente inteligentes no se esfuerzan por lograr el cumplimiento de sus hijos, sino por la conexión. Necesitan saber que estás  dispuesto a escuchar la verdad de su experiencia", explica la neurocientífica.

”¿Por qué no pones más interés?”

Como padre o madre una respuesta emocionalmente inteligente es descubrir dónde se cruzan la motivación y las habilidades de tu hijo. 

DiGangi lo ejemplifica imaginando un niño que pasa mucho tiempo jugando videojuegos y muy poco leyendo. Aconseja sustituir el clásico "¿Por qué no pones más interés en leer libros?”  por una pregunta abierta del tipo: “Veo que te gustan mucho los videojuegos. Me encantaría saber qué es lo que tanto te gusta de ellos. ¿Me lo cuentas?

"¡Estás siendo un irresponsable!"

Si crees que tu hijo no te respeta, escucha o toma en serio, DiGangi tiene la clave para gestionarlo desde un enfoque de mayor inteligencia emocional.

Cuando hables con él no saques conclusiones preconcebidas. Habla con él y usa para ello "preguntas específicas, sin prejuicios", apunta la neuropsicóloga. "Luego afirma explícitamente tu voluntad de escuchar".

Podría ser una conversación de este tipo: “Me di cuenta de que sacaste un 6 en tu último examen de ciencias. ¿Estarías dispuesto a hablar de ello? Sólo quiero conocer lo que piensas”.

"Los sentimientos de los niños se nos contagian. Cuando ellos se inquietan, nosotros nos inquietamos. Entonces, cuando surgen grandes emociones, es natural querer controlar los sentimientos de tu hijo diciéndole que se calle, se calme o escuche más atentamente", matiza DiGangi. "Pero como padre, su trabajo no es controlar las emociones de sus hijos, sino dominar las tuyas propias".