Los trabajadores de la generación Z y los millennials, desilusionados por la reciente oleada de despidos que ha afectado incluso a empresas saneadas como Meta y Google, se plantean lo impensable: trabajar para el gobierno.

En un momento para los jóvenes en el que la seguridad en el empleo puede ser incierta, la promoción profesional parece delicada y la lealtad al empleador está por los suelos, trabajar en el sector público tiene de repente mucho que ofrecer: un buen seguro médico, importantes prestaciones, jubilación anticipada garantizada con una pensión y, como guinda, préstamos para estudios que se cancelan después de 10 años en determinados empleos del sector público.

Todo esto empieza a sonar muy atractivo para los jóvenes trabajadores quemados que rechazan la cultura del ajetreo.

Fortune informa sobre TikTokers que promocionan las ventajas de trabajar para el Tío Sam:

"Tras ver cómo cientos de miles de trabajadores perdían su empleo en el último año, hasta 240.000 recortes solo en el sector tecnológico, los graduados sitúan ahora la estabilidad como el principal factor que buscan en un trabajo."

"Una de las mayores ventajas, sobre todo en este mercado tan difícil, es la seguridad laboral", explica Bonnie Dilber, reclutadora en TikTok, a sus seguidores en uno de los vídeos más vistos sobre #governmentjobs.

"Las personas que trabajan en el sector privado tienen tres veces más probabilidades de perder su empleo que las que trabajan para el gobierno federal", explica, y añade que los trabajadores del sector público también pueden contar con un "mejor equilibrio entre la vida laboral y personal", con mucho más tiempo libre remunerado. Algunas personas siempre han tenido vocación por los tipos de trabajo que se realizan principalmente en la administración pública: profesores, militares, guardas forestales, legisladores y trabajadores sociales.

Pero en TikTok, la gente le está dando bombo a trabajos de cuello blanco como el de "especialista en nóminas", donde las habilidades pueden transferirse fácilmente del sector privado.

No es ningún secreto que la Generación Z quiere replantearse su enfoque del trabajo y la carrera profesional. Están más insatisfechos que ninguna otra generación con sus trabajos, y son menos leales a sus empleadores. Algunos dan prioridad a los salarios altos y al crecimiento profesional por encima de si el trabajo en sí es agradable. Puede parecer contradictorio querer trabajar en el sector público, que suele tener sueldos más bajos que el privado. (Por ejemplo, la CIA tiene una oferta abierta para un puesto de especialista en Inteligencia Artificial, una especialidad muy solicitada que podría reportar un salario gigantesco en Big Tech, por una horquilla salarial de apenas 65.000 a 172.000 dólares).

Pero son las mismas razones —la desconfianza en la seguridad laboral, el resentimiento por tener que trabajar muchas horas, la sensación de no poder jubilarse nunca o ahorrar para la jubilación, y el peso aplastante de los préstamos estudiantiles— las que hacen que un trabajo estable en el gobierno parezca bastante dulce.