Los trabajadores del sector tecnológico están aprendiendo una dura lección: los despidos también pueden afectar a empresas que funcionan bien

Hasan Chowdhury
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Satya Nadella, CEO de Microsoft, anunció recientemente un aumento en los ingresos de la tecnológica del 8%, pero aun así ha optado por recortar la plantilla de su división de videojuegos.
Satya Nadella, CEO de Microsoft, anunció recientemente un aumento en los ingresos de la tecnológica del 8%, pero aun así ha optado por recortar la plantilla de su división de videojuegos.

Jason Redmond/AFP vía Getty

  • Los empleados del sector tecnológico se están viendo obligados a afrontar una cruda realidad: los despidos masivos también pueden afectar a las compañías a las que les va bien.
  • Empresas como Grammarly o Microsoft han recortado sus plantillas en 2024 a pesar de haber presentado unos resultados trimestrales más que buenos. Sus decisiones han consistido en concentrar los recursos en sus objetivos más urgentes.

La nueva ola de despidos masivos que está afrontando el sector tecnológico le está enseñando una dura lección a sus trabajadores: puedes perder tu trabajo, aunque a tu compañía le vaya bien.

El último ejemplo de esto tuvo lugar la semana pasada, cuando el asistente de escritura Grammarly, una startup valorada por última vez en 13.000 millones de dólares (unos 12.100 millones de euros), anunció que iba a suprimir unos 230 puestos de trabajo como parte de una "reestructuración empresarial".

Rahul Roy-Chowdhury, que fue nombrado director ejecutivo de Grammarly el año pasado, dejó claro que los recortes no eran "un ejercicio de reducción de costes". A través de un comunicado enviado al personal de la startup, Roy-Chowdhury insistió en que la "posición financiera de la empresa es, y sigue siendo, fuerte".

En cambio, los despidos se habrían llevado a cabo como un medio para recalibrar los recursos para "el lugar de trabajo impulsado por la inteligencia artificial del futuro". 

Para Grammarly, una compañía que ofrece a sus usuarios asistencia a la hora de escribir, eso significa adaptarse a una nueva era de chatbots de IA y asistentes personales que podrían actuar como verdaderos competidores.

Los despidos, entonces, habrían sido una consecuencia desafortunada de ese ajuste: "A medida que reforzamos nuestro enfoque hacia el lugar de trabajo habilitado para la inteligencia artificial y profundizamos nuestras inversiones técnicas en IA, necesitaremos una combinación diferente de capacidades y conjuntos de habilidades".

Marc Benioff, CEO de Salesforce.

"También necesitamos rediseñar nuestra organización para mejorar la calidad y la velocidad de la colaboración... y eso significa, entre otras cosas, reestructurar roles y recolocar ciertos equipos", explicaba Roy-Chowdhury, el CEO de Grammarly.

El recorte de plantilla de esta empresa sirve como recordatorio de que los empleados no solo corren el riesgo de perder sus puestos de trabajo en las organizaciones que apenas tienen liquidez. 

Grammarly no es la única. Desde principios de año, 141 compañías tecnológicas han llevado a cabo despidos que han afectado a 34.250 trabajadores, según el rastreador Layoffs.fyi. Sin embargo, la cifra de despidos de este año palidece en comparación con la del año pasado, cuando casi 140.000 personas perdieron su empleo entre enero y febrero.

Fue un momento en el que muchas startups y grandes tecnológicas trataban de corregir la excesiva contratación realizada durante la pandemia y frenar el gasto en un entorno de inflación desbocada. Muchas de ellas, como Meta (la matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp), tenían además divisiones que estaban registrando unas pérdidas enormes.

En muchos casos, la menor escala de los despidos que afectan a las tecnológicas este año refleja que gran parte del proceso de toma de decisiones en esta ocasión tiene que ver más con el ajuste del gasto.

 

El director ejecutivo de Discord, Jason Citron, por ejemplo, les dijo a sus trabajadores el mes pasado que muchas de sus contrataciones de los últimos años —unas ampliaciones de plantilla que habían quintuplicado el tamaño de la misma desde el 2020— habían dado lugar a una organización "menos eficiente", lo que le llevó a tomar la decisión de despedir al 17% del personal.

Tal y como informó The Verge, la decisión de corregir las ineficiencias se tomó a pesar de que la compañía no parecía estar en "graves apuros financieros". En otras palabras, la empresa —valorada por última vez en casi 14.000 millones de euros— había crecido, pero a un ritmo más rápido del necesario. Eso no significa en absoluto que sus cuentas estuviesen en peligro. 

Esta tendencia se hace todavía más evidente cuando se observa a uno de los grandes triunfadores del sector en el último año.

El mes pasado, días antes de que Microsoft anunciase unos ingresos récord de 57.000 millones de euros en el último trimestre de 2023, el gigante tecnológico recortó 1.900 puestos de trabajo en sus divisiones de videojuegos, Activision Blizzard y Xbox.

En este caso se trata de una compañía que en este momento está haciendo cualquier cosa menos tener que salir a flote, con cuestiones como su apuesta multimillonaria por OpenAI (la desarrolladora de ChatGPT), el lanzamiento de su herramienta Copilot y la fuerte demanda de computación en la nube ayudándole a crecer considerablemente. Aun así, eso no le ha impedido realizar despidos masivos.

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