Este español impulsa desde Zúrich iniciativas de Google para conectar con comunidades de desarrolladores, y explica por qué la multinacional está tan interesada en ello

Andrés Leonardo Martínez-Ortiz (ALMO) de Google.
Andrés Leonardo Martínez-Ortiz (ALMO) de Google.

Google

  • Andrés Leonardo Martínez-Ortiz forma parte del equipo de ingenieros que trabaja en los programas para desarrolladores de Google desde Zúrich.
  • Su objetivo es ayudar e impulsar las comunidades que forman a profesionales en el uso y despliegue de tecnologías que ya usa Google.
  • En una entrevista con Business Insider España, este profesional destaca por qué la multinacional invierte en esto: le interesa que haya apps bien desarrolladas.
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Internet es hoy lo que es, en buena medida, gracias a Google. Los esfuerzos de la multinacional tecnológica en el campo de la innovación han implicado disrupciones no solo para cómo los usuarios navegan por la red, sino también para cómo se comunican.

Pero esas innovaciones no son nada si no hay quién las entienda. Se necesitan manuales, expertos, docentes y paciencia para que algunas de las tecnologías que el gigante del buscador ha estandarizado durante su breve historia (de apenas más de 20 años) se afiancen no solo desde el punto de vista del consumidor: también del desarrollador.

Esa es la razón de ser de los conocidos como programas para desarrolladores de Google. Andrés Leonardo Martínez-Ortiz es parte del equipo de Ingeniería que la multinacional mantiene en Zúrich (Suiza), desde donde atiende a Business Insider España mediante una videollamada.

"La tecnología se vuelve cada vez más ubicua, permea a todos los niveles y el ritmo de desarrollo de nuevas propuestas es trepidante. Esto ha exigido que se introduzcan nuevos mecanismos para que ingenieros y desarrolladores puedan aprender sobre estas nuevas tecnologías, y que empresas como Google puedan presentar propuestas, recibir feedback e interactuar con la comunidad", explica.

Uno de esos mecanismos es, precisamente, que las grandes tecnológicas se relacionen de un modo u otro con los desarrolladores. Una solución "complementaria" a los esquemas "tradicionales" de aprendizaje, en palabras de Martínez-Ortiz. Un complemento, en resumidas cuentas, a carreras universitarias, becas, cursos y formaciones más regladas.

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Andrés Leonardo es conocido en la industria como ALMO. Industria en la que se desempeñó inicialmente como ingeniero de software en el área de comunicaciones y sistemas operativos. Luego regresó a la universidad, en la que descubrió el ecosistema de las comunidades abiertas. "En 2004,Telefónica I+D puso en marcha un programa para fomentar la creación de esos ecosistemas en los que participaban industria, academia, universidad, pymes, investigadores...".

"De manera fortuita empecé a trabajar en ese mundo. Había un importante aspecto de relaciones, licencias, esquemas de colaboración... con el fin de facilitar esas innovaciones abiertas". Así, ALMO acabó en Reino Unido, trabajando para O2 (Telefónica) llevando las comunidades de desarrolladores de la firma para Latinoamérica.

En ese momento, un cazatalentos de Google se topa con el perfil de Andrés Leonardo en LinkedIn. "Curiosamente ya estaba haciendo en O2 lo que Google necesitaba, con lo que las entrevistas fueron bien y fue un proceso bastante directo", reconoce.

Con Google siguió en Reino Unido, aunque luego aterrizó en Madrid y ahora se encuentra en la capital de Suiza, en Zúrich. "He llevado este tema de comunidades de desarrolladores para los mercados español, portugués, holandés o nórdico". 

Hace 3 años recaló en Suiza, asentándose "en una oficina más grande, con un equipo de ingeniería mayor". "Más interesante desde el punto de vista del desarrollo personal y profesional", admite.

El interés de Google por las comunidades de desarrolladores

Andrés Leonardo Martínez-Ortiz (ALMO) de Google.
Andrés Leonardo Martínez-Ortiz (ALMO) de Google.

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ALMO trabaja para Google, pero forma parte de un sinfín de entidades, lo que revela su compromiso con la democratización del desarrollo. Es miembro de la IEEE, de la ACM, de la Linux Foundation, además de doctor en Computación de Sistemas y Software por la Politécnica de Madrid. Resume su trabajo en Zúrich como alguien que "plantea propuestas nuevas" que permitan "expandir el alcance e impacto que tienen las comunidades de desarrolladores".

En Google, sus programas de desarrolladores nacen de una filosofía tan antigua como la propia compañía. "Google no vende tecnologías. Android no se vende, Mapas no se vende. Cloud es algo distinto pero es algo más reciente. Pero si un desarrollador quiere crear algo con Mapas, hay un conjunto de APIs y unas cuotas que se asignan, pero no hay que pagar por ello", avanza.

La excepción que confirma la regla es Google Cloud, aunque Martínez-Ortiz aclara que se trata de "un paradigma particular de cierta novedad". "Cuando usas Google Cloud cuentas con servicios profesionales, contratas a la propia Google para que te ayude".

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Pero en el resto de casos "no hay un modelo de negocio que sostener". Más ejemplos: TensorFlow, Web Components... ¿Cuál es el interés de Google en que se hagan aplicaciones de Android de calidad o que las aplicaciones web funcionen mejor? La respuesta la da el propio Martínez-Ortiz. "Nuestro negocio al final es la publicidad en línea, y si la gente tiene una experiencia positiva en línea, pasa más tiempo conectada".

"Ayudar a otros desarrolladores a que utilicen las tecnologías que nosotros consideramos que son las mejores es al final positivo para nosotros mismos", incide. Además, Google recomienda las tecnologías que sus propios equipos utilizan. "Hemos usado Angular (un framework para desarrollar y escalar apps y aplicaciones web) para desarrollar Gmail o Docs, por ejemplo". "Pensamos que es una tecnología que cualquier empresa o individuo que quiera hacer apps de calidad debería utilizar".

"Como no vendemos esa tecnología, introducimos estos programas que ayudan a que desarrolladores de todo el mundo conozcan y utilicen las tecnologías de Google".

 El despliegue de este tipo de comunidades, así como las actividades que realizan, también ayuda a estandarizar determinadas tecnologías y frameworks. "En Google tenemos un importante vínculo con la web abierta".

Google mantiene hoy por hoy dos grandes esquemas de programas de relaciones con desarrolladores, en inglés Developers Relations. Por un lado, está Engineer, que es el grupo de gente que trabaja produciendo librerías, documentación y casos de uso. Por otro, Ecosystem, "también ingenieros, pero de una categoría distinta". Explica ALMO que trabajan "con actividades sobre el terreno, conectando comunidades".

El español que trabaja en Zúrich para Google se desempeña en este último equipo, en el que garantizan la difusión de los contenidos que Google genera, así como ayudan y producen muchos de los Google Developer Groups, una red de comunidades a lo largo del mundo que reciben charlas y ponencias de expertos que viajan gracias a la financiación de la multinacional a través de su proyecto Google Developer Expert.

"Con estos programas que forman parte de nuestras estrategias de ecosistemas creamos una red de cerca de 1.100 grupos distribuidospor todo el planeta y una red de cerca de 1.000 expertos que nos permite distribuir contenidos a todo el que los requiera".

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ALMO destaca que su ambición es conectar algo mejor el mundo de los ecosistemas abiertos con la industria, ya que a veces se detecta una brecha importante, "lo que viene a resaltar que necesitamos continuar estudiando, porque de hecho los retos a los que nos hemos enfrentado no han disminuido y son cada vez más complicados". 

"Tenemos un montón de tecnología en cola de entrada con importantes implicaciones a nivel social, económico y tecnológico. Necesitamos profesionales para esto".

Para encontrar esos profesionales y esos talentos del mañana, el propio Martínez-Ortiz bromea consigo mismo. "Suelo bromear con que somos ingenieros con capacidades sociales". ALMO se dedica al mundo de los ecosistemas desde hace años. En 2013 España salía de la crisis del ladrillo y había entonces una importante labor que hacer: "Conectar con las startups, con las comunidades de emprendedores e intentar dinamizar la relación con las universidades".

"España ha sido tradicionalmente uno de los países del mundo con más actividades de comunidad", destaca ALMO.

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"En el último año con datos fiables antes de que estallara la pandemia se registraron unas 25.000 personas en eventos organizados por estas comunidades. Eventos con los que podías ir a tomarte una cerveza con la persona que ibas a escuchar, y antes la única alternativa era irte a Stanford o al MIT".

"De alguna manera, creo que abrimos la oportunidad a que muchas personas encontrasen un hueco profesional, un desarrollo personal", sugiere.

Con todo, el ecosistema de comunidades en España puede ser una oportunidad para seguir captando el talento español que constantemente sale afuera, razón por la que el plan de recuperación del Gobierno contempla medidas para atraerlo y retenerlo.

"El ingeniero español es como cualquier otro. Bueno. Los hay también regulares y malos. Potencial, ¿sabes por qué tenemos? Porque el mundo de la industria tecnológica, ante las dificultades para encontrar recurso y talento no tiene barreras. Ahora con la pandemia se ha puesto más de manifiesto", explica ALMO. 

"Mucho antes de la pandemia firmas como Mozilla contrataba en cualquier parte del mundo y te pagaba los sueldos que tenían que pagarte. Si un tío o una tía tiene que cobrar en California 150.000 dólares, se los paga, porque las empresas compiten globalmente y si no lo hacen otra compañía los pagará".

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