Guía de regalos para multimillonarios: esto es lo que se regalan los más ricos del mundo

Madeline Berg
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Photo collage of a dollar sign topping a christmas tree.
Tetra Images/Getty Images; Jenny Chang-Rodriguez/BI
  • Los más ricos celebran las fiestas como los demás. Pero sus regalos son un poco diferentes: desde bolsos Hermès hasta horas en un jet privado.
  • "Para todos, y por supuesto para los más adinerados, el tiempo es el bien más preciado", resume una gestora de clientes de una firma de viajes y experiencias de lujo.

Unos días antes de las Navidades del año pasado, Nicole Pollard, fundadora de la firma de estilismo de lujo Lalaluxe, recibió la llamada de un cliente. Querían un exclusivo bolso Birkin Himalaya recubierto de diamantes, y lo querían envuelto y listo para entregar en Navidad.

Para quienes no lo sepan, un Birkin es un bolso exclusivo de Hermès al que recurren las personas más adineradas. Himalaya hace referencia al material: la barriga teñida a mano de un cocodrilo. Y los diamantes se explican por sí solos. Todo ello por un precio de 680.000 euros.

Pollard Bayme pidió ayuda a su red internacional de vendedores, consiguió el bolso y lo metió en un avión con su propio equipo de seguridad. Estaba bajo el árbol de su cliente la mañana de Navidad.

"Para la persona que lo tiene todo, ¿por qué no tener también diamantes en su bolso?", reconoce la estilista. Tiene parte de razón: los regalos navideños son difíciles de por sí ¿Y qué pasa con los que realmente lo tienen todo? Al fin y al cabo, a los multimillonarios les gusta recibir regalos como al resto, aunque esos regalos cuesten mucho más.

"Solo quieren ver cómo es lo mejor de lo mejor", explica a Elisabeth Brown, gestora de clientes con sede en Nueva York de la empresa de conserjería de viajes y estilo de vida Knightsbridge. "En realidad no hay un presupuesto: solo quieren lo que quieren y les gustaría hacerlo realidad".

A modo de comparación, se estima que los españoles gastarán de media unos 225 euros en regalos esta Navidad, según un estudio de Aladinia.com. Esto sería un 0,03% del precio de ese Birkin.

Photo illustration of a woman looking out on vaction with money behind her.

Un caballo de carreras o un viñedo, regalos demasiado grandes para poner bajo el árbol

Junto con Chanel y Rolex, Hermès es una de las marcas más solicitadas, afirma Pollard Bayme. Un Birkin se consideran un objeto de coleccionismo, por lo que es una opción popular entre los ultrarricos.

Versión Kelly Himalaya de Hermès.
Versión Kelly Himalaya de Hermès. Courtesy of Nicole Pollard Bayme

Winston Chesterfield, fundador de Barton, una consultora londinense dedicada al lujo, conoce a una coleccionista de Hermès cuyo marido le regala cada año un bolso de la casa francesa de un nuevo color, así como una selección de artículos de lujo y chucherías del mismo tono.

Según Pollard, de Lalaluxe, también son un éxito los artículos que se pueden personalizar, ya sea literalmente —por ejemplo, equipaje Goyard con el logotipo que cuesta más de 9.000 euros o una cesta de regalo llena de artículos con el signo del zodiaco del destinatario— o simplemente algo adaptado a las aficiones de alguien.

"A veces, la atención que se presta a un regalo, sea del tamaño que sea, les hace detenerse en seco", afirma Pollard Bayme. Y es que cuando tienes todo, hay que afinar un poco más.

Una familia a la que le encanta hacer senderismo puede regalarse la mejor ropa de montaña de marcas como Moncler y Loro Piana, explica Chesterfield como ejemplo. Los amantes de la gastronomía pueden regalarse vinagre balsámico traído directamente de Italia.

Todo se adapta a las aficiones. Por ejemplo, un viñedo en la Toscana para un enófilo. Knightsbridge Circle ayudó a facilitar la compra de un terreno de cuatro millones y medio de euros como regalo de Navidad, con una mansión en la que estuvo Napoleón, además de sus propias instalaciones de producción de miel y aceite de oliva. El precio hace que la cuota anual de 45.000 euros por los servicios de Knightsbridge Circle parezca una ganga.

¿Le gustan los caballos de carreras? Llévalo a una de las mejores cuadras, pídele que conozca a los jinetes y, como regalo, un corcel para él solo.

La oportunidad de conocer y aprender de los mejores —ya sean clases de un DJ famoso o de cocina con un chef con estrella Michelin— es otro regalo popular que puede alcanzar las seis cifras. "Cuestan una barbaridad", afirma Chesterfield, de Barton.

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 Las experiencias reinan entre los multimillonarios

"Para todos, y por supuesto para los más ricos, el tiempo es el bien más preciado", afirma Brown, de Knightsbridge Circle.

A veces, el precio del tiempo se puede medir. Una hora en un avión privado de Vistajet, por ejemplo, cuesta a partir de 10.000 euros. Uno de los contactos de Chesterfieldle regaló a su hija horas por valor de medio millón de euros después de que se acostumbrara a volar en avión privado durante la pandemia.

Pero el valor intangible del tiempo bien empleado es lo que realmente codician los ricos, y todos los expertos lo afirman. "Parece que la gente está un poco cansada de lo que podríamos llamar lujo puro y duro", afirma Chesterfield. 

La pandemia también parece haber exacerbado la tendencia a regalar experiencias. Una mujer adinerada, cuenta, le dijo a su marido que no quería más joyas después de pasar meses encerrada comprando artículos de lujo.

Una familia con la que trabaja Chesterfield alquiló una isla privada en el Caribe durante dos semanas, y expresó que los retiros de yoga y las escapadas de bienestar —desde un viaje a Rishikesh, la cuna del yoga, hasta una excursión en bicicleta padre-hijo en Mallorca— son cada vez más populares.

Algunos de los clientes de Brown alquilan villas privadas en zonas protegidas de África, como Ol Jogi en Kenia o la isla de Saanane en Tanzania, que pueden costar hasta 36.000 euros la noche. No obstante, aclara que la estancia (y la posibilidad de ver animales salvajes desde la mesa del desayuno) no suele ser el único regalo que reciben.

Aún más lejos de casa, Pollard Bayme tiene un cliente que viaja al espacio para pasar las vacaciones, lo que calificó de "el último capricho para los multimillonarios".

Ver el mundo antes de los destrozos del calentamiento global

La preocupación por el cambio climático se refleja en los tipos de experiencias de viaje que se están dando, con una "prisa de los clientes por ver cosas antes de que desaparezcan", comenta Pollard Bayme. En lugar de un superyate normal en St. Barths, alquilan un superyate de expedición para ver los glaciares de la Antártida o la Patagonia, por ejemplo, o van a Australia a ver la Gran Barrera de Coral.

Pero también hay quienes están más preocupados por su huella de carbono —o simplemente piensan que todo es un poco hortera— y renuncian por completo a los grandes regalos.

"Este año hemos notado que la gente es mucho menos adquisitiva y un poco más comedida", afirma Chesterfield. La Navidad "se ha vuelto demasiado comercial", le dijeron.

Algo que siempre ha hecho Warren Buffett. El Oráculo de Omaha solía regalar unos 9.000 euros en metálico a cada miembro de su familia, pero cuando se enteró de que se los gastaban, cambió de estrategia y ahora regala acciones a unos y chocolate a otros. Bill Gates sugiere libros para disfrutar durante las vacaciones.

Una familia que conoce Chesterfield hace el amigo invisible con un límite de gasto de 10 dólares.

"Creen que se trata más de pasar tiempo juntos", explica. "Se han vuelto menos materialistas".

Conmovedor, por supuesto, pero con un patrimonio neto de 250 millones de dólares, tal vez cada día se sienta un poco como despertarse con regalos bajo el árbol.

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