Así ha evolucionado el tráfico de Madrid y Barcelona: de los atascos diarios al rechazo al coche

Coches circulando por Madrid.

Getty Images

  • La democratización del coche a principios del siglo XX hizo que los peatones perdiesen su sitio en las ciudades a favor de los coches. Sin embargo, la llegada del covid-19 y el cambio en la mentalidad de los jóvenes está modificando esta tendencia.
  • "Las infraestructuras, mayoritariamente destinadas al vehículo privado, ocupan en Europa en torno del 70% del suelo urbanizando. Únicamente el 30% del mismo se dedica a usos específicamente urbanos", explica en un estudio el arquitecto Lluís Brau.
  • Comienza el día bien informado con la selección de noticias de Business Insider España: suscríbete gratis aquí.

Tener un coche a día de hoy está al alcance de, casi, cualquier bolsillo. O, al menos, eso reflejan los datos de matriculaciones en España. Actualmente, el parque automovilístico español cuenta con 32 millones de vehículos entre turismos diésel, gasolina y otras motorizaciones. Según calculan las principales patronales, de media, las familias cuentan con dos coches por casa.

Disponer de un vehículo no siempre ha sido tan fácil. Los coches de motor solo podían ser comprados por las clases acomodadas. Se considera que el automóvil nació el 29 de enero de 1886 de la mano de Carl Benz. Este empresario patentó su "vehículo motorizado con motor de gasolina" de tres ruedas. Ese mismo año, Gottlieb Daimler dio un paso más y creó el primer carruaje motorizado de cuatro ruedas.

Todo esto cambió cuando en EEUU, Henry Ford decidió democratizar el automóvil en 1913. Aunque fue en 1908 cuando salió al mercado el primer Ford T, un coche que revolucionaría el mercado, tardó unos más en popularizarse. 

Ford descubrió que la estandarización y la producción en cadena le permitía reducir los precios de venta. De hecho, en el año de su lanzamiento, un Ford T costaba 825 dólares, mientras que en 1916, solo 8 años después, el precio se había reducido hasta los 360 dólares. De esta manera, cada vez más personas podían hacerse con uno de estos vehículos.

De 'Regreso al futuro', 'Batman' y 'Mad Max' a 'Pequeña Miss Sunshine': estos son los coches más emblemáticos y los más caros de la historia del cine

La lejanía entre EEUU y España, hizo que el primer coche que llegase a nuestro país fuese de origen francés. Se estima que este vehículo llegó en 1881 y se trataba de un Panhard Levassor. Las matriculaciones no se oficializaron hasta principios del siglo XX. Según los datos de la DGT, el primer coche se matriculó en Mallorca, concretamente en la población de Santa Catalina, el 31 de octubre de 1900. Se trataba de un Clement y su propietario era José Sureda Fuentes.

Sin embargo, el impulso definitivo del automóvil en España fue la creación de Seat. El 9 de mayo de 1950 se fundó la Sociedad Española de Automóviles de Turismo y, solo 3 años después, comenzaba su actividad en la fábrica situada en la Zona Franca de Barcelona. Sin embargo, la revolución para España comenzó en 1957 con la comercialización del Seat 600. 

El precio de este vehículo era de 73.500 pesetas (unos 442 euros). Aunque para la mayoría de familias les suponía una gran inversión, era la mitad de baratos que el resto de modelos. Durante 16 años, se fabricaron y vendieron más de 790.000 unidades, convirtiéndose de esta manera en el coche más popular de España.

Así transformó el coche a Madrid y Barcelona 

Aunque ninguna de estas 2 ciudades matricularon sus primeros coches hasta agosto de 1907, pronto la situación se revirtió y estas capitales comenzaron a llenarse de automóviles. De esta manera, tanto Madrid como Barcelona tenían que transformarse para adaptarse a esa nueva realidad que estaban viviendo. 

Según explicaba el arquitecto Lluís Brau en su estudio La ciudad del cochepublicado por la Universidad de Barcelona, la llegada masiva del coche supuso una transformación radical para las ciudades. "La invasión del vehículo privado en las ciudades existentes, de capilares callejas medievales u ordenados ensanches del XVIII y XIX, ha implicado un profundo impacto". 

Además, añade que "el ciudadano, que a lo largo de la historia de la humanidad había ocupado en toda su extensión las calles y plazas, el espacio público, compartiéndolo con carruajes de tracción animal, es duramente expulsado del centro de la calle, arrinconado a estrechas aceras y pasos de peatones. La calle es invadida, colonizada por el vehículo privado, en movimiento o en reposo".

 

Un ejemplo de esta transformación es como en menos de 100 años, la Avenida Diagonal de Barcelona y Gran Vía de Madrid han pasado de no estar asfaltadas y que fuesen de uso y disfrute de los peatones a que actualmente circulen más de 50.000 coches al día.

Según Brau, en 2018, el 60% del suelo de Barcelona lo ocupaban los coches. Algo que se extiende al resto de Europa. "Las infraestructuras, mayoritariamente destinadas al vehículo privado, ocupan en Europa en torno del 70% del suelo urbanizando. Únicamente el 30% del mismo se dedica a usos específicamente urbanos, residenciales, industriales, comerciales, de oficinas, etc.".

Antes de la popularización del automóvil, tanto Madrid como Barcelona se construían teniendo al peatón en el centro. Es decir, con grandes espacios por los que pudiera caminar y en torno a las estaciones de ferrocarril y paradas de transporte público, que utilizaba la mayor parte de la población.  

Pero, desde los últimos 50 años, estas construcciones han cambiado y ahora giran en torno a las vías, autovías, enlaces y aparcamientos. "El imperio del automóvil sobre la ciudadanía abarca prácticamente todos los aspectos de la vida urbana. Los semáforos que controlan y coartan el libre movimiento de los peatones, la imposibilidad de caminar por las aceras en línea recta, por el trazado más corto y directo. Los peatones deben supeditarse en los cruces a absurdos giros y zigzags para facilitar la circulación rodada", señala el estudio.

El principal cambio es la de la urbanización extensiva. Esto no es otra cosa que el crecimiento de las ciudades hacia barrios residenciales. Algo que, según este arquitecto, es económicamente ineficiente.

¿Cómo ha cambiado el tráfico de estas ciudades desde 2019 hasta 2021?

Las ciudades también sufrieron una transformación con el estallido de la covid-19 y los coches no iban a ser menos. En 2019, tanto Madrid como Barcelona eran dos de las ciudades más congestionadas de España, según los datos de TomTom Traffic Index.

La Ciudad Condal se situó a la cabeza de las ciudades españolas con más congestión. Según esta aplicación, los barceloneses pasaban de media ese año un 29% de tiempo extra en cada viaje. Por su parte, Madrid estaba en la 4 posición, con una congestión del 23%

Esta situación empeoraba en los días laborables. Barcelona presentó un máximo de congestión del 59% en las horas punta por la mañana, lo que se traduce en un incremento de 17 minutos en los trayectos de media hora. Por su parte, en Madrid los índices de congestión rondaban el 60%, lo que suponen 17 minutos más al volante en trayectos de media hora.

Esta herramienta te permite saber cuántas horas pierdes en los atascos a lo largo del año, cómo se encuentra el tráfico en tu ciudad y cuáles son los peores días para conducir

Sin embargo, la pandemia paralizó la vida automotriz de las ciudades. Durante más de dos meses nadie podía salir de su casa y, por ende, no conducían. Una vez se levantó el confinamiento, muchas empresas decidieron continuar con el teletrabajo, lo que hizo que la cantidad de coches que circulaban por las calles fuese menor.

A pesar de la caída del tráfico, Barcelona continuó siendo la ciudad española con un nivel de congestión mayor, un 22%. Es decir, de un viaje de media hora, los catalanes tardaban de media 36,6 minutos en total. La congestión de la Ciudad Condal cayó un 24% respecto al año de antes de la pandemia. 

Pero los datos más llamativos los tuvo Madrid. La capital de España pasó de estar en la 4 posición del ranking, a la décima, con un 15% de la congestión. De esta manera, Madrid registró un 35% menos de tráfico en comparación con 2019

Estos datos se revirtieron a lo largo de 2021, aunque de forma desigual para ambas ciudades. Mientras Barcelona casi volvía a los mismos niveles que en 2019, en Madrid las cosas han cambiado. En la capital de Cataluña, registraron una congestión del 26%. Por su parte, en la capital de España este porcentaje se situó en el 18%, es decir, solo un 3% más que en 2020. 

Las ciudades del futuro, un lugar sin coches

Además de porque el teletrabajo ha venido para quedarse, esta bajada del tráfico se debe a otros factores. Las dudas sobre el coche eléctrico, las prohibiciones de circulación por el centro de las ciudades y el desinterés de los jóvenes por sacarse el carnet de conducir, están haciendo que cada vez haya menos vehículos por las calles.

Según los datos proporcionados por las dos principales asociaciones automovilísticas españolas, Ganvam y Anfac, solo en el mes de junio, la venta de coches ha descendido un 12,5%, con 73.378 unidades. Esto es la tónica que ha tenido estos ocho meses del año.

Circular con coches diésel y gasolina por Madrid y Barcelona es cada vez más complicado. Las Zonas de Bajas Emisiones, que cada vez son más grandes, hace que todos los coches de combustión tengan prohibido el paso. De esta manera, se empuja a los conductores a hacerse con vehículos eléctricos.

Sin embargo, estos coches no acaban de ganarse la confianza de los usuarios. La crisis de semiconductores y la escasez de materiales como el litio o el níquel necesarios para la fabricación de baterías, hace que estos coches están unos precios excesivamente elevados y, por tanto, los conductores decidan no hacerse con uno.

Por otro lado, los jóvenes también rechazan el coche. Una de las principales barreras es el alto coste tanto de sacarse el carnet, como de mantener un vehículo. Obtener la licencia ronda los 1.000 euros, mientras que el encarecimiento de los combustibles hace que tener un coche sea un lujo que los menores de 30 años, con sus sueldos precarios, no se puedan permitir.

Otro de los factores fundamentales es la conciencia sobre el medio ambiente. La lucha contra el cambio climático es una de las principales preocupaciones de los jóvenes. Esto, unido a la movilidad compartida, hace que a los jóvenes no les seduzca la idea de tener su propio coche privado. Todos estos factores hacen que estas ciudades cambien y los peatones vuelvan a recuperar el espacio que les arrebataron los vehículos.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Business Insider.