He dejado de usar Airbnb por completo, aunque antes me encantaba: por qué solo me alojo en hoteles

Fortesa Latifi
| Traducido por: 
Jolie Holland

Jolie Holland

  • Jolie Holland es música y va de gira desde hace 20 años. Asegura que Airbnb le entusiasmó, pero que ya no es fan. 
  • Holland cree que Airbnb ha hecho subir los precios, dificultando que las familias puedan permitirse una vivienda. 

Este artículo se basa en una conversación con Jolie Holland, una música de 47 años de Los Ángeles (California). La conversación ha sido editada por razones de extensión y claridad.

Soy música y llevo yendo de gira desde hace 20 años, así que cuando digo que lo he vivido todo —desde hoteles hasta airbnbs y moteles—, es cierto. Algunos años paso hasta 3 meses de gira. 

Cuando oí hablar por primera vez de Airbnb a principios de 2010, pensé que cambiaría mi forma de viajar.

Un amigo me habló de ello. Me entusiasmó, tanto como alguien que necesita alojamiento a menudo como alguien que tiene que dejar atrás su casa vacía.

Pero nunca hubiera imaginado en lo que se convertiría.

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Esta es la clave: los hoteles son realmente un asco para una mujer que se dedica a la música

Como los conciertos suelen terminar tarde o incluso de madrugada, me encontraba de madrugada en el hotel, a menudo vestida con ropa de espectáculo y maquillada con medias de rejilla y delineador de ojos. 

A veces, me registraba con 4 o 5 chicos que estaban de gira conmigo y, aunque era yo quien pagaba la habitación, los recepcionistas solían hablar con ellos en vez de conmigo. 

Siempre notaba que se me juzgaba. Parecía una mezcla de sexismo y vergüenza, y yo quería decir: "Hola, soy empresaria y debo ser tratada como tal". Siempre había un trasfondo de animadversión como mujer que se registraba en un hotel a altas horas de la noche o a primera hora de la mañana.

Puedes entender por qué me entusiasmaba Airbnb

La idea de no tener que registrarme con un empleado era genial, y también me gustaba la idea de poder alojarme con toda la banda en un mismo lugar. 

Me pareció una buena oportunidad para estar más unidos como equipo, algo que puede faltar cuando te alojas en habitaciones de hotel separadas. Aunque no hay mucho tiempo para pasar el rato juntos —si estamos en un hotel o en un airbnb, solo intentamos dormir un poco antes de los eventos del día siguiente—, seguía siendo agradable tener ese espacio incluso para tomar el café juntos por la mañana.

Los airbnb estuvieron bien durante un tiempo, pero hace bastante que eso se acabó

Ya no soy fan de airbnb. Había demasiados problemas con el servicio. 

Una de las cosas que creo que dábamos por sentadas con los hoteles era la uniformidad de las normas de limpieza: sabes qué esperar. En algunos Airbnb he encontrado que la atención se centra en la decoración por encima de la funcionalidad. 

A veces me registro en un airbnb en mitad de la noche, y es una casita mona, pero no hay papel higiénico, o se nota que a alguien le pagaron mal por limpiarla. Y si algo va mal en el check-in en mitad de la noche, a menudo no hay nadie a quien pedir ayuda. Con un hotel, obviamente siempre hay un empleado en la recepción.

Airbnb también ha empeorado el mercado de la vivienda

Vivo en Los Ángeles y lo veo a mi alrededor. Los barrios y las microculturas están siendo absorbidos por las empresas de alquiler, en lugar de por las familias que hacen su vida allí. 

Parece como si hubiéramos llegado a la pesadilla final del capitalismo tardío, donde la gente no puede permitirse comprar casas porque los inversores de Wall Street las han convertido en alquileres a corto plazo.

Ahora que está claro lo destructivo que es Airbnb para la gente que vive en los barrios en los que opera —al subir los precios y dificultar que la gente pueda permitirse ser propietaria de una vivienda—, para mí es el colmo: voy a volver a los hoteles. 

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