Incorporar aceite de oliva a tu dieta puede ayudarte a prevenir estas 5 enfermedades

El aceite de oliva es uno de los productos estrella más preciados, así como la principal fuente de grasas saludables de la dieta mediterránea, con numerosos beneficios que han sido avalados por numerosos estudios. El aceite es rico en antioxidantes, vitamina K y vitamina E, convirtiéndole en un imprescindible por su completo perfil nutricional.

Pese a su consumo casi diario en algunas ocasiones, no son muchos los estudios que se han llevado a cabo para descubrir los efectos que tiene el ácido oleico en la salud, a pesar de que este representa hasta el 80% del aceite de oliva.

Un grupo de investigadores de Sevilla han examinado este ácido oleico para descubrir sus beneficios al completo. Según Saber Vivir, y gracias al estudio, han descubierto que este ácido graso puede ayudar a prevenir enfermedades como el alzhéimer, el cáncer y el colesterol.

Y es que la dieta mediterránea ya se había relacionado anteriormente con la prevención de enfermedades graves, lo cuál no genera tanta sorpresa después de este reciente estudio, ya que el aceite forma parte de esta (así como otros productos igual de saludables). Estas son las enfermedades que puedes prevenir si tomas aceite.

Cuánto tiempo se conserva el aceite de oliva en buen estado (y cómo almacenarlo para una frescura óptima)

Alzhéimer

Algunos estudios anteriores han demostrado que el aceite de oliva puede prevenir enfermedades que causan el desgaste del cerebro. El deterioro cognitivo relacionado con el alzhéimer no solo desemboca en la muerte de neuronas sino que también destruye las conexiones que se establecen entre ellas. 

En previas investigaciones se ha llegado a detectar una menor cantidad de ácido oleico en pacientes con esta enfermedad. De hecho, es importante que personas que padecen alzhéimer lleven una dieta mediterránea, ya que los fenoles presentes en el aceite de oliva pueden afectar positivamente a su evolución.

Cáncer

Otra de las propiedades del aceite de oliva es su poder anticancerígeno. Y es que este producto tan querido en el campo de la gastronomía es capaz de inhibir la expresión de los oncogenes (cromosomas responsables de la transformación de una célula normal en una maligna).

Un estudio llevado a cabo en diferentes partes de Estados Unidos, ha señalado que el oleocantal, un componente presente del aceite de oliva virgen extra, podría matar células tumorales sin dañar aquellas que están sanas.

Colesterol

La disminución de la expresión de proteínas relacionadas con el transporte de colesterol, la reducción de la absorción de colesterol y la prevención de la oxidación de lipoproteínas de baja densidad (también llamado colesterol malo) son algunos de los efectos del ácido oleico destacados por los autores del estudio.

Estos efectos contribuyen a prevenir la aterosclerosis, que es la acumulación de placa de ateroma en las arterias y aumenta el riesgo de infarto o ictus, mejorando así los niveles de colesterol. Aunque, como todo, el consumo de aceite debe hacerse de forma moderada. 

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Obesidad

Los efectos tanto antiinflamatorios como antioxidantes de la oleoiletanolamida, un compuesto derivado del ácido oleico, podrían convertirla en una pieza fundamental en la elaboración de un tratamiento terapéutico capaz de combatir la obesidad.

Estudios recientes han sugerido que la oleoiletanolamida es capaz de modificar directamente el ADN. Y no solo eso. También algunas investigaciones han desvelado su capacidad de modular el sistema inmunitario. Esto contribuiría a controlar las células relacionadas con la inflamación.

Hipertensión

El ácido oleico, gracias a su gran capacidad antioxidante, puede contribuir a la reducción de la presión arterial. Es especialmente relevante si se tiene en cuenta que la hipertensión es el principal factor de riesgo cardiovascular y la primera causa de muerte en todo el mundo.

Esto se debe a que el estrés oxidativo, resultado de la exposición a los radicales libres, puede afectar negativamente al óxido nítrico, una molécula que relaja los vasos sanguíneos y reduce la tensión arterial, derivando en el efecto contrario.