La guerra en Ucrania dinamita precios en España: la inflación se descontrola y escala al 9,8% en marzo, la mayor subida desde 1985

Chico compra vitaminas en una farmacia.

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La tormenta inflacionaria arrecia, y las consecuencias de la guerra en Ucrania ya se notan en el bolsillo.

Si la inflación ya estaba en niveles descontrolados antes del conflicto, en marzo aprieta todavía más con sus primeros efectos: el precio de los productos se disparó un 9,8% interanual, según el avance del IPC publicado hoy por el INE.

No se veía algo igual desde mayo de 1985, hace casi 40 años. Y todavía podría empeorar si el conflicto se alarga. Según estimaciones del Ministerio de Economía, "un 73% del alza se debe al impacto de la invasión de Ucrania sobre los precios de la energía y los alimentos".

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Ya lo advirtió ayer el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, al adelantar que el dato de "marzo será particularmente negativo, un repunte de la inflación muy significativo". De hecho, casas de análisis como Funcas pronostican una inflación media del 6,8% este año, lo que significa que se mantendrá en niveles muy elevados durante varios meses.

La subida hasta el 9,8% se debe a la escalada del precio de la electricidad y los combustibles, que el conflicto ha disparado, y al encarecimiento de las materias primas, como consecuencia de los cuellos de botella por la pandemia.

En febrero, por ejemplo, la luz llegó a dispararse un 80,5% y los combustibles un 52,3%, y eso que entonces todavía no habían empezado a notarse los efectos de la guerra.

Según el INE, el aumento hasta el 9,8% se debe a las subidas "generalizadas" en la mayoría de sus componentes, entre las que destacan el repunte de los precios de la electricidad, los carburantes y los alimentos y bebidas no alcohólicas y los carburantes.

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La inflación llevaba ya meses descontrolada, consecuencia de la escalada de la energía y por la crisis de suministros. Pero la guerra en Ucrania está tensando la cuerda de precios de la energía todavía más, lo que podría llevar a una inflación desbocada durante los próximos meses.

En septiembre, el aumento alcanzó el 4%, en octubre un 5,4%, en noviembre llegó al 5,5% y en diciembre se disparó al 6,5%. El alza de enero fue del 6,1%, algo inferior, pero de nuevo en febrero repuntó alcanzando el 7,6%, el mayor avance registrado desde 1986.

Con el estallido de la guerra en Ucrania y el agravamiento de las tensiones en los mercados energéticos, el precio del petróleo podría mantenerse en los 120 dólares durante el resto del año, lo que continuará elevando precios durante algunos meses.

Por otro lado, según Hernández de Cos, la dependencia europea de las materias primas "genera un incremento de precios que afecta negativamente a la economía".

En cuanto a la inflación subyacente, que excluye del cálculo alimentos no elaborados y productos energéticos, por su volatilidad, aumentó en febrero seis décimas, hasta el 3,4%. 

Se trata del dato más elevado desde 2008, y aunque sigue lejos del índice general, lo que significa que la escalada de precios no se ha incrustado en la economía, ya aumenta 4 décimas respecto al 3% de febrero.

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