Una IA convierte en realidad tus pensamientos: los investigadores utilizan Stable Diffusion para reconstruir imágenes a partir de la actividad cerebral

Una de las mayores premisas que se esconde detrás de las herramientas de inteligencia artificial generativa es que, con unas simples frases, cualquiera puede generar un texto o una imagen dignos del mejor artista o escritor. 

Tecnologías como ChatGPT o Dall-E, ambas desarrolladas por la compañía que ha sido impulsada por la mismísima Microsoft, OpenAI, han sido calificadas por algunos defensores como una democratización del arte, ya que sirven para que cualquier persona pueda llegar a ganar un concurso de pintura o a escribir un best seller. 

Sin embargo, Business Insider España ha hablado con algunas voces críticas, expertos en sus respectivos campos que, en lugar de verlo como una democratización, consideran que es "una banalización del arte", que es difícil que reemplace a la humanidad de las personas y que, a la larga, puede traer más precariedad a su sector.

Algunas de estas herramientas, además, afrontan demandas judiciales por derechos de autor, ya que la IA generativa suele recopilar información que se encuentra disponible en internet y que, en muchas ocasiones, tiene un dueño legítimo, que ve cómo esta tecnología se apropia de su obra. 

Los expertos advierten del riesgo que supone ChatGPT y apuestan por alternativas de código abierto: "Mucho poder, en pocas manos, durante mucho tiempo, tiende a acabar mal"

Lejos de posibles debates éticos, los investigadores especializados en inteligencia artificial generativa continúan realizando avances en la materia. En este caso, un equipo de investigación de la escuela de postgrado de Biociencias Avanzadas de la Universidad de Osaka (Japón) ha logrado reconstruir imágenes a partir de la actividad cerebral de los sujetos que han participado en su estudio.

Tal y como publica Vice, estos científicos publicaron un artículo académico el pasado mes de diciembre en el que explicaban que habían logrado generar imágenes en alta resolución y con una gran precisión a partir de la actividad cerebral de los sujetos de estudio, utilizando para ello la popular herramienta de generación de imágenes por IA, Stable Diffusion.

Según el artículo, los investigadores predijeron una representación latente, un modelo de datos de basado en imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI, por sus siglas en inglés), luego añadieron "ruido" mediante un proceso de difusión y, por último, decodificaron las representaciones textuales que había en las señales fMRI y las utilizaron para producir una imagen final.

El equipo de investigación de la Universidad de Osaka concluyó que este experimento suponía un primer vistazo a los procesos internos de los modelos de difusión en lo que trabaja el campo de la inteligencia artificial y que este caso era el primero en el que se había conseguido una interpretación cuantitativa del modelo desde una perspectiva biológica.