Qué es (y qué no) la nueva ley de crédito social de China, a la que se compara con 'Black Mirror'

Imagen del capítulo 'Caída en picado', de la serie 'Black Mirror'.
Imagen del capítulo 'Caída en picado', de la serie 'Black Mirror'.

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  • El sistema de crédito social chino ha sido comparado con la serie Black Mirror y una realidad distópica en la que cada acción de las personas estaría controlada, así como premiada o castigada. ¿Qué hay de cierto en ello?
  • La última novedad ha sido la reciente publicación de un proyecto de ley que ofrece por fin un marco legal para el sistema, aunque sigue sin despejar todas las dudas.

La gente vive obsesionada con controlar lo que hace en la vida pública, ya que cada gesto, cada palabra, cada acción, o la ausencia de estos, supone recibir una calificación buena o mala por parte de los demás, con los correspondientes premios en el primer caso o castigos y reputación negativa en la sociedad en el segundo.

Es el argumento de un capítulo (Nosedive, o Caída en picado) de la serie Black Mirror, que analiza el mundo, la sociedad y la tecnología desde una mirada distinta y distópica. Sin embargo, este episodio se ha llegado a comparar con la realidad: en concreto, con el sistema de crédito social de China.

¿Qué es el sistema de crédito social chino?

En primer lugar, el sistema de crédito social de China no es Black Mirror, a pesar de que se haya comparado con ello y de que en ocasiones ofrezca sorprendentes y preocupantes similitudes con el episodio mencionado.

En segundo lugar, si bien el Gobierno anunció en 2014 sus intenciones de llevarlo a cabo para 2020, aún no está implementado. La última noticia ha sido la reciente publicación, a mediados de noviembre, de un proyecto de ley que ofrece por fin un marco legal para el sistema. Aun así, este sigue sin despejar todas las dudas.

Una de las confusiones que surgen proviene de que se han mezclado 2 conceptos que, en teoría, se encuentran separados: un crédito social que hace referencia a la solvencia financiera y otro que alude a la 'solvencia' o fiabilidad social.

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En el primer caso, se trata de una especie de informe de crédito (zhengxin es el término chino utilizado) o historial financiero de las personas y las empresas: una manera de comprobar su solvencia económica en el contexto de una China moderna con una economía de mercado joven y muchas personas que acumulaban deudas personales.

El segundo, de donde proviene la polémica y aún por aclarar del todo, está relacionado con la búsqueda por parte del Gobierno chino de un mayor nivel de confianza y de conductas 'correctas' en la sociedad, que incluye desde estafas, corrupción y falsificación hasta evasión de impuestos y contaminación.

"El sistema de crédito social es una parte importante del sistema económico del mercado socialista y del sistema de gobernanza social. Se basa en leyes, regulaciones, estándares y contratos (...) para establecer el concepto de cultura de integridad", explica una circular del Consejo de Estado en 2014.

"Con incentivos confiables y limitaciones de deshonestidad como mecanismo de recompensa y castigo, el propósito es mejorar la integridad y credibilidad de toda la sociedad. Acelerar la construcción del sistema de crédito social es una base importante para implementar completamente el concepto de desarrollo científico y construir una sociedad socialista armoniosa", añade, según recoge un artículo publicado en Observatorio de la política china.

¿Cómo funciona el sistema de crédito social en China?

El zhengxin, o la parte financiera, no es muy diferente, en realidad, al esquema de puntuación de las agencias de crédito occidentales: actualizado en 2020, lo mantiene el banco central y registra el historial financiero de más de 1.100 millones de personas (con puntuación de crédito) y de unos 100 millones de empresas (sin ella).

Su contraparte social, sin embargo, es menos clara. Hasta el momento, el Gobierno nacional solo ha creado un sistema con datos procedentes de organismos gubernamentales acerca del cumplimiento de la ley por parte de las empresas, aunque también los contiene sobre personas y otras organizaciones, desde incumplimiento de sentencias judiciales hasta fraudes e instituciones ilegítimas, informa MIT Technology Review.

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Por un lado, los historiales crediticios positivos han dado lugar a beneficios como la prioridad para recibir subvenciones, mientras que los negativos pueden suponer la exposición pública de los datos o la prohibición de consumir bienes de lujo (pueden considerarse como tal viajar en avión o estudiar en una escuela privada costosa), de solicitar programas de ayudas gubernamentales o de recibir un premio, entre otros castigos.

Desde el MIT Technology Review aclaran que no hay una puntuación de crédito social centralizada para cada ciudadano chino ni una poderosa y omnisciente inteligencia artificial detrás de todo esto: el registro de datos ha sido incluso manual en ocasiones, y lo que recoge el reciente proyecto de ley es la necesidad de usar "diversos métodos, como métodos estadísticos, modelos y certificación de campo" para realizar evaluaciones crediticias y combinar datos de agencias gubernamentales.

'Experimentos' con castigos y beneficios, de Alibaba y Gobiernos locales

A falta de la implantación por ahora de un sistema de crédito social a nivel nacional —tras compartir el borrador en noviembre, el Gobierno chino está recabando retroalimentación estas semanas—, lo que sí ha habido en China son diferentes versiones.

Por un lado, sí existe en China desde hace años el Zhima Credit de Alipay, aplicación de pagos electrónicos perteneciente al gigante del ecommerce Alibaba, que a su vez está detrás de empresas como AliExpress.

Este, que sí está presente a lo largo del país, es un esquema que califica al usuario con la ganancia o la pérdida de puntos en función de su historial de compras, a semejanza de un programa de fidelidad occidental.

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Una puntuación baja, por ejemplo por deudas, puede impedir temporalmente el acceso a billetes de tren o avión, mientras que una alta da lugar a descuentos en el seguro médico, uso de bicicletas públicas gratis y no pagar por un visado para viajar al extranjero, recoge Xataka, que cita a varios usuarios de la app.

Por otro, a nivel gubernamental han surgido versiones locales como la de Rongcheng, municipio en el este de China con más de medio millón de habitantes.

Cuidar a personas mayores o discapacitadas, donar a fondos para la universidad para estudiantes pobres o pagar un préstamo incluso después de que el banco lo haya cancelado, serían acciones de comportamiento bueno que generan crédito positivo, según un estudio de un grupo de investigadores en Alemania, que analizó en torno a 195.000 registros de comportamiento y más de 900 informes gubernamentales.

 

El caso del crédito social en Rongcheng fue analizado en 2018 por Foreign Policy, que describe un sistema que parte de 1.000 puntos para luego ir sumando o restando, con una calificación que va de A+++ (descuentos en calefacción o ventajas en préstamos bancarios) a D. 

Así, se ganan puntos por obtener un premio, hacer negocios ejemplares o realizar donaciones o actos heroicos (como salvar a estudiantes de ser atropellados por un coche), pero los pierden quienes reciben una multa de tráfico o si una empresa cae en un escándalo de seguridad alimentaria.

Eso sí, "cualquier cosa que influya en sus puntos debe estar respaldada por hechos oficiales con documentos oficiales", lo que reduciría la subjetividad y limitaría las sanciones a infringir leyes y reglamentos, según declaraba He Junning, subdirector de la Oficina de Gestión de Crédito Social de Rongcheng, y recoge el medio.

Estos sistemas de puntuación locales han tenido un impacto muy limitado en China, informa la publicación del MIT, que apunta que podrían pasar años hasta que un sistema de crédito social chino se haga realidad de manera definitiva y a nivel nacional.

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