He comprado una freidora de aire después de años pensando que estaban sobrevaloradas: tiene más inconvenientes que ventajas, pero hay un motivo por el que la conservo

En general soy escéptica con respecto a los productos publicitados. He recibido demasiadas promesas vacías de todo tipo, desde Bumpits hasta Instant Pot. Después de años evitando comprar una freidora de aire, finalmente he cedido a este electrodoméstico.

Seis meses después, estas son las principales razones por las que no creo que valga la pena, y una de las razones por las que la conservo.

La textura de la mayoría de los alimentos fritos al aire me parece un poco desagradable

La textura es un componente importante de cualquier plato. Las freidoras se anuncian como una opción para cocinar más saludable, principalmente porque no requieren mucho aceite, pero la grasa influye en la textura de los alimentos.

Descubrí que el aparato normalmente produce platos más secos que crujientes. Para evitar esto, solo uso la freidora para alimentos más grasos como alitas de pollo y masas de hojaldre cargadas de mantequilla.

Ocupa un espacio valioso en mi encimera

Esta es una razón muy de "dime que vives en Nueva York sin decirme que vives en Nueva York". Tras años de crear encimeras improvisadas, utilizar la tabla de cortar sobre el fregadero o metiendo estanterías en las cocinas, desconfío de los electrodomésticos que ocupan espacio.

Mi freidora tiene una capacidad de 2,5 litros, lo que parece adecuado para un hogar de dos personas. Mide solo 28 por 22 centímetros, pero como mencioné, el espacio en el mostrador se agota rápido.

Además, algunos aficionados de las freidoras recomiendan comprar un modelo más grande para disfrutar de una experiencia completa.

Podría convencerme de la teoría de que las freidoras de aire más grandes son más productivas en la cocina, pero no puedo justificar perder aún más espacio.

La ardua limpieza anula el tiempo de cocción ahorrado

Una de las promesas más atractivas de la freidora es el ahorro de tiempo. Muchas recetas al horno se cocinan un 20% más rápido en una freidora.

Por supuesto, también hay que limpiar la freidora, y requiere un mantenimiento un poco mayor que el de un horno o incluso un horno tostador. Aparte de los derrames o salpicaduras, que deben limpiarse tan pronto como se enfríen, normalmente hago una limpieza profunda de mi horno cada tres meses.

Pero la canasta de una freidora debe limpiarse después de cada uso. Además de eso, a menudo se recomienda darle una limpieza profunda cada pocos usos para evitar la acumulación de grasa y migas.

No estoy segura de que un tiempo de cocción un poco más rápido valga la pena por todo ese esfuerzo extra.

Pero hay un motivo por el que mantendré mi freidora: recalentar las sobras

Sé que puede parecer que estoy lista para tirar mi freidora, pero no. Aunque tengo una lista de desventajas, la mayor ventaja es cómo la freidora nivela el calor para las sobras.

Desde pizza fría y patatas fritas, hasta lasaña y verduras asadas, el aparato supera constantemente al microondas sin tener que usar el horno o el fuego.

Si conociera estas limitaciones antes de comprar una freidora, no estoy segura de que solo este punto positivo me hubiese convencido. Pero si tienes una encimera espaciosa y muchas sobras, una freidora podría ser perfecta.