La freidora de aire también sirve para recalentar la pizza, aunque debes saber algunos trucos para que el resultado sea perfecto

La pizza es una de las comidas más adoradas —e incluso adictivas— del mundo. La napolitana es incluso Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. El borde crujiente, el queso derretido o la salsa de tomate con orégano hacen de este plato un plan ideal de viernes por la noche para millones de personas.

Si no te gusta comer las sobras frías, hay un electrodoméstico de popularidad creciente que puede ayudarte: puedes recalentar pizza en la freidora de aire. De hecho, este aparato es mejor para tal fin que el microondas, ya que no ablanda la textura y cocina la pizza de forma uniforme, añadiendo textura crujiente a los bordes y evitando que se vuelva húmeda o gomosa.

Muchos usuarios celebran en plataformas como Reddit el sabor y la textura exquisitos de la pizza recalentada en la airfryer. En Eat This Not That recapitulan diferentes consejos para conseguir el resultado perfecto. 

El primero de ellos es precalentar previamente la freidora de aire durante unos minutos, tal y como recomienda Kathy Brooks, propietaria de Circa AirFryer. Este paso contribuye a garantizar una cocción uniforme y una corteza crujiente.

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No te pases con la temperatura, o se quemará la corteza, apostilla Isla Zoey, cofundadora y editora de Air Fryer Mag. También es bueno poner papel de horno —también conocido como papel pergamino— perforado, el cual evitará que la pizza se pegue a la canasta de la freidora de aire y también facilita un mejor flujo de aire. 

Vigila el reloj: comprueba qué tal está la pizza unos 3 o 4 minutos después de introducirla en el electrodoméstico. Si necesitas más tiempo, aumenta ligeramente la temperatura y continúa cocinando en intervalos de 1 a 2 minutos hasta lograr el nivel deseado de textura crujiente. 

Isla Zoey también recomienda a Eat This, Not That poner un pequeño trozo de papel de aluminio sobre el queso si notas que se dora demasiado rápido. Otro truco es poner las porciones de pizza más elevadas sobre una rejilla, para que el fondo no quede demasiado crujiente y el queso pueda derretirse.

Cuando te encuentres que la pizza está excesivamente seca, añade una taza de agua a la canasta de la freidora: el vapor mantendrá la corteza húmeda. A partir de ahora podrás disfrutar mucho más de la pizza recalentada.