El modelo de crecimiento de China ha llegado a su límite y se está convirtiendo en un riesgo para muchos países

Romanus Otte
| Traducido por: 
Xi Jinping, presidente de China.
Xi Jinping, presidente de China.

REUTERS/Florence Lo/Pool

  • La debilidad de la economía china se está contagiando a la economía mundial.
  • Economistas del Bundesbank concluyen en un informe que el actual modelo de crecimiento chino ha alcanzado sus límites.
  • Muchos países emergentes, aún más dependientes del crecimiento chino que Occidente, son las principales víctimas.

La debilidad de la economía china preocupa también a economistas y políticos occidentales. El rápido ascenso de China hasta convertirse en la segunda economía mundial ha creado muchas dependencias. Uno puede exaltarse como el presidente estadounidense Joe Biden, que calificó a China de "bomba de relojería". Los problemas de China son peligrosos "porque cuando la gente mala tiene problemas, hace cosas malas", dijo Biden. O se puede observar la situación con mesura, como hacen los economistas del Bundesbank alemán. 

El resultado es similar: China está llegando a los límites de su modelo de crecimiento, escribe el Bundesbank en su informe mensual. Esto tiene dolorosas consecuencias para la economía mundial, especialmente para los países emergentes, que dependen aún más de China que Occidente.

El Bundesbank señala que el crecimiento de la economía mundial en la década de 2000 estuvo fuertemente determinado por China y los mercados emergentes. Pero en la década siguiente, China había "alcanzado los límites de su modelo de crecimiento orientado a la exportación". "Una razón importante fue la decreciente ventaja de costes del país", escriben los economistas. 

Subrayan además el dramático envejecimiento de la población china. "Dado el creciente agotamiento de la mano de obra rural y el cambio demográfico, el crecimiento salarial se fortaleció significativamente".

Razones de la debilidad económica china

Para muchos productos, China había agotado su potencial de ventas en los mercados mundiales. Como reacción a la ralentización, el Gobierno chino ha intentado "mitigar los problemas de la oferta mediante una política económica fuertemente expansiva. Pero esto ha llevado a un considerable exceso de inversión, incluso en el sector inmobiliario".

El Bundesbank se muestra escéptico ante los esfuerzos del régimen comunista de Pekín por impulsar el proceso de convergencia tecnológica y desarrollar innovaciones más independientes. "A pesar de la elevada inversión estatal en investigación y desarrollo, los éxitos hasta ahora han sido desiguales", dice el informe.

Otro problema: el consumo privado interno de China, que en comparación es bastante débil. Las autoridades han intentado limitar las inversiones no rentables y reforzar a cambio el consumo. " En realidad, esta medida ganó peso —al menos hasta el estallido de la pandemia de coronavirus—, pero no compensó plenamente la ralentización del impulso inversor", escriben los economistas. Y concluyen: "En conjunto, el crecimiento económico de China siguió perdiendo impulso en los últimos años".

El Bundesbank atestigua que China ha avanzado en la mejora de las condiciones del marco institucional para las empresas. Sin embargo, al igual que en Rusia, en China sigue habiendo muchas empresas estatales con una productividad a menudo baja.

 

De socio a rival

Además, China es vista cada vez más críticamente o como un rival por los que hasta hace poco eran sus socios. "Muchos socios comerciales acusan al país de violar las normas del orden comercial mundial, por ejemplo mediante prácticas comerciales desleales como el dumping de precios o la vulneración de los derechos de propiedad intelectual". Las esperanzas de que China hiciera retroceder su influencia estatal en la economía con su ingreso en la Organización Mundial del Comercio en 2001 se han visto defraudadas, señala el Bundesbank.

Las consecuencias de la debilidad de China las están sufriendo sobre todo muchos países emergentes. "En el curso de la desaceleración económica en China, los modelos de crecimiento de algunos países que anteriormente se habían beneficiado en gran medida del ascenso de China han empezado a tambalearse", afirma el Bundesbank. Esto se aplica, por ejemplo, a países de Asia, Sudamérica y África que han suministrado materias primas a China.

Muchas economías emergentes podrían verse doblemente afectadas, tanto por la menor demanda china de sus materias primas como por una posible desvinculación de muchos países de China. "Si prevalecen las tendencias a la desglobalización, es probable que se produzcan pérdidas considerables de prosperidad en todo el mundo", advierte el Bundesbank. "Los países emergentes podrían figurar entre los mayores perdedores" y entre estos países emergentes sigue figurando la propia China.

Al fin y al cabo, el producto interior bruto es grande debido al tamaño del país. Sin embargo, la producción económica per cápita de China sigue siendo sólo un tercio de la de Alemania, por ejemplo.

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